Melisa, es la chica que muere inculpada por la villana, pero ahora que he reencarnado en ella, sobreviviré.
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capítulo 14- cita
Horas después de que el Duque se había ido, Melisa se dirigió fuera de la mansión, ahí ya la esperaba un carruaje, el propio cochero la ayudo a subir, para después dirigirse a su destino, el viaje duro un poco, Melisa noto que ya iban saliendo de la ciudad, algo muy raro, ya hasta empezaba a creer que eso era como en su mundo, donde se suben al coche de un extraño, no sería raro que suceda, el problema era como librarse, estaba perdida en sus pensamientos cuando el carruaje se detuvo, escucho voces y pronto las puertas se abrieron, ahí estaba aquel chico de ojos rojos, quien le ofrece la mano para bajar, Melisa acepta y baja con cuidado, andar con tacones era un poco complicado en ese sitió, estando ya fuera del carruaje, vio ante ella, una enorme mansión, en medio de ese solitario campo, al dirigirse dentro, habían guardias en la puertas, estos les dejan pasar, siendo recibidos por un par de doncellas, quienes les guían hasta el comedor, la cena ya estaba servida, al entrar cierran las puertas y solo esta un hombre mayor, cuando toman asiento el mayordomo, les sirve las copas de vino y se retira de igual manera.
- así que, mi conejito es un noble. ¿Duque, Marqués? ¿Que será?
- eso es una sorpresa, no coma ansias señorita.
- ansías no, más bien, te comeré a ti.
Melisa guiña un ojo mientras le sonríe de manera pícara, el chico no esperaba que ella hablará de esa manera, pero sonríe, se había encontrado con una chica muy interesante. Melisa ya había empezado a probar la comida, mostrando emoción por lo deliciosa que estaba, aunque Dora cocina rico, esa comida era digna de reyes; el chico también había empezado a comer y Melisa podía notar sus buenos modales, eso la deja con más duda de saber quien es, pero por la mansión enorme, puede ser un noble de alto rango, quizás un Duque como su padre.
- conejito ¿de verdad no me dirás nisiquiera tu nombre?
- ¿no es mejor el misterio? Si te digo quien soy, es probable que quieras hasta casarte conmigo.
- para nada, no tengo interés en eso, si quisiera conseguir un buen matrimonio, no te hubiera dejado robarme mi pureza.
Melisa se abraza así misma, sabe que en ese mundo, los hombres aprecian que su futura esposa sea virgen.
- Conrad, ese es mi nombre. Es todo lo que diré.
- ya veo, pero, prefiero que sigas siendo, conejito.
El chico deja salir un suspiro, no entiende porque insistió tanto en el nombre si no lo va llamar por el.
- por cierto, antes de pasar a la alcoba necesito saber algo.
- ¿alcoba? Veo que eres muy directa...
- para eso me invito ¿no? Dígame, desde la noche que estuvo conmigo ¿con cuantas más ha estado? Porque no haré nada si es todo un don juan, no me quiero contagiar de nada.
- entiendo su duda, pero le aseguro que no soy así, si bien he estado con otras mujeres, no es siempre, antes de esa noche, ha pasado casi año, que no dormía con una mujer.
Melisa se le queda viendo de manera acusadora, un hombre guapo como él, sin sexo por un año, duda que sea cierto.
- ¿que? Hablo en serio, no soy un promiscuo.
- ajá...digamos que le creo. Confiaré.
Ya que ha terminado de comer, se puso de pié y se acerco al chico, sentándose en su regazo mientras pasa su mano sobre su pecho.
- pasemos a la alcoba entonces...
Porque desde que llegó, ha sentido ese calor crecer en su cuerpo con tan solo tener cerca a Conrad y siente esa necesidad de saciarse con él. Conrad la sujeta de la cintura y la carga, causando que Melisa se sorprenda.
- bien, vayamos.
Sin importar que todos los sirvientes les vean, Conrad la camina, pero antes de alejarse de la mesa, Melisa agarra la botella de vino. Atraviesan la sala hasta llegar a las escaleras.
- que nadie suba si no los llamo.
Los sirvientes se inclinan ante su orden. En la alcoba, Conrad deja a Melisa sobre la cama y se coloca sobre ella, notando que sujeta contra su pecho la botella de vino.
- ¿para que trajiste eso? ¿Piensas beber antes?
Melisa solo se relame los labios.
- lo traje para hacer algo...te enseñaré un juego.
Conrad se extraña por eso de "un juego" pero también le causa curiosidad. Se pone de pié para quitarse la ropa, mientras que Melisa le observa, ya lo había visto antes, es emocionante verlo desvestirse frente a ella, revelando ese escultural cuerpo, pero, se pone de pié para pasar sus manos sobre su pecho mientras levanta el mentón, Conrad se inclina un poco, para comenzar con un apasionante beso, mientras se va deshaciendo de la ropa de Melisa, no es justo que solo él, este desnudo. El beso continúa con sus lenguas jugueteando, mientras ahogan sus jadeos, el vestido de Melisa cae, así que el chico la levanta para dejarla sobre la cama, viendo la lencería de encaje negro que ella llevaba puesto, parece que fue preparada para seducirlo; apoya las manos sobre la cama para acomodarse sobre Melisa, pero ella le detiene.
- no, recuestate tú...
- señorita...acaso piensa montarme...
Corad mostró una sonrisa ladina.
- tal vez, pero primero lo primero.
Al ver que Corad se ha recostado, Melisa toma la botella de vino para derramar el líquido sobre el cuerpo del chico, por supuesto que él se sorprende de ello y más cuando Melisa se posiciona de rodillas a su costado, inclinándose para empezar a lamer el vino que se desliza por su pecho, el chico deja salir un suspiro, eso era realmente excitante, Melisa apoya ambas manos a los costados del cuerpo de Corad para ir moviéndose y continuar lamiendo el vino de su cuerpo, hasta llegar por debajo del ombligo, ahí derrama un poco más continuando con lo suyo.
- señorita...no irá a...
Poco pudo decir, ya que sintió como la lengua de Melisa se deslizaba sobre miembro, mientras los sostiene con una mano, Melisa levanta la vista hacia el rostro de conrad y se relame los labios, ya podía sentir que estaba reaccionando a lo que hace, pasa su lengua y labios por todo el miembro, poniendo mayor énfasis en la punta, la respiración de Corad era agitada, debido a la descarga de placer que recorría su vientre y llenaba su cuerpo cada vez que Melisa movía la lengua hasta sentir como es introducido en sus labios, se mueve despacio, hasta que Corad siente que no aguantaría mucho, Melisa se detiene y se reincorpora para montarse sobre el pecho del chico y derrama el vino sobre su propio pecho, el líquido se desliza por sus piernas y entre ellas, por supuesto, Corad entendió bien lo que debía hacer, se apoya de sus codos y pasa su lengua en la pierna interna de Melisa hasta subir a su intimidad, pasando la lengua por donde ve que esta húmedo debido al vino, Melisa apoya sus manos sobre la cabecera, cuando sus piernas empiezan a temblar debido al cosquilleo que recorre su cuerpo, sentir la lengua del chico en un sitió sensible, aumentando su excitación, ya no podía más, así que sostiene el cabello de Corad para detenerlo y desliza su cuerpo hacía atrás.
Pronto Conrad siente como es envuelto por la calidez del interior de Melisa, la sostiene de la cintura al estar dentro por completo y la chica apoya las manos sobre el pecho de Corad comenzando a moverse, el placer llenaba su cuerpos por completo y la habitación se llenaba de sus jadeos, fue bueno decirle a la servidumbre que no subiera o seguramente los escucharían. Melisa flexiona las piernas mientras que Conrad se mueve a su ritmo para que ambos disfruten por igual, pero, esa posición no le permite moverse como le gusta, así que la sostiene para girar y dejar a Melisa abajo, así, sostiene su cintura y comienza un vaivén brusco, pero placentero para ambos, hasta que alcanzan el clímax, con su respiración agitada, Corad se inclina para lamer el pecho de Melisa, aún tenía ese dulce sabor a vino. Después de descansar un poco, ambos volvieron a perderse en su lujuria, hasta ya no poder más.
A la mañana siguiente, aunque ya era un poco tarde, Melisa baja pues quería beber algo de agua, pero al pasar por la sala se detiene mientras mira pasmada a una cara muy conocida, era Liam quien bebía tranquilamente su té en la sala, pero de igual manera se ha quedado pasmado al ver a la chica, Melisa no comprendía ¿por qué el príncipe estaba en esa mansión? Y por su parte Liam también se preguntaba, el porque Melisa estaba ahí.
- s-señorita Melisa...pero...
- al-alteza...
- hermanoooo~ el desayuno esta servi...¿oh?
Si, también ahí estaba la princesa Silvia y con ella venía Dalia, ahora ¿como explica su presencia en ese sitió?
un mega 10 con este personaje hacía falta.
ella ni interesada está y nosotros aquí en ascuas esperando saber quién es 😶🌫️