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El CEO VIUDO ENAMORADO EN BORA BORA

El CEO VIUDO ENAMORADO EN BORA BORA

Status: En proceso
Genre:Romance / Yaoi / Amor a primera vista / Diferencia de edad
Popularitas:6.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Mckasse

Arim Dan Kim Gwon, un poderoso CEO viudo, vive encerrado en una rutina fría desde la muerte de su esposa. Solo su pequeña hija logra arrancarle sonrisas. Todo cambia cuando, durante una visita al Acuario Nacional, ocurre un accidente que casi le arrebata lo único que ama. En el agua, un desconocido salva primero a su hija… y luego a él mismo, incapaz de nadar. Ese hombre es Dixon Ho Woo Bin, un joven biólogo marino que oculta más de lo que muestra.

Un rescate bajo el agua, una mirada cargada de algo que ninguno quiere admitir, y una atracción que ambos intentan negar. Pero el destino insiste: los cruza una y otra vez, hasta que una noche de Halloween, tras máscaras y frente al mar, sus corazones vuelven a reconocerse sin saberlo.

Arim ignora que la mujer misteriosa que lo cautiva es la misma persona que lo rescató. Dixon, por su parte, no imagina que el hombre que lo estremece es aquel al que arrancó del agua.

Ahora deberán decidir si siguen ocultándose… o si se atreven a dejar que el amor, como los latidos bajo el agua, hable por ellos.

NovelToon tiene autorización de Mckasse para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Sol y playa en Bora Bora

Esa tarde, Dixon organizó una pequeña salida con varios huéspedes. Sakura corrió feliz hacia las tablas de surf.

—Papá, ¡ven a mirarme!

Arim se sentó bajo una sombrilla, con gafas oscuras, aparentando leer un libro, aunque en realidad no podía dejar de seguir cada movimiento de Dixon.

Éste corría sobre la arena, ayudando a los chicos a subirse a las tablas. Su camisa blanca ondeaba con el viento, y cuando se agachaba para ajustar algo, los músculos de su espalda se marcaban bajo la tela.

Arim murmuró entre dientes.

—Ese hombre es demasiado… libre.

Un turista al lado lo escuchó y rió.

—Dixon es el alma de este lugar. Todos lo adoran. Tiene una energía… ¿cómo decirlo? Magnética.

Arim no respondió. Pero en su interior algo lo corroía: ¿por qué lo miraba tanto?

En un momento, Sakura cayó de la tabla y tragó un poco de agua.

—¡Sakura! —Arim se levantó de golpe.

Pero Dixon ya estaba en acción. La sacó suavemente, cargándola en brazos.

—Tranquila, pequeña. Solo fue un susto.

—¿Estás bien? —preguntó Arim, llegando casi corriendo.

Sakura tosió, pero luego sonrió.

—Estoy bien, papá. Él me salvó de nuevo.

Dixon le acarició el cabello mojado.

—Eres fuerte. Solo recuerda: siempre respira hondo antes de caer. El mar no muerde.

Arim lo miró, con esa mezcla de gratitud y celos inexplicables.

—Gracias…

—Para eso estoy —contestó Dixon, con una media sonrisa.

Esa noche, todos los huéspedes se reunieron en la terraza iluminada con faroles. Dixon servía pescado fresco, ensaladas tropicales y jugo de fruit punch.

—¡Está delicioso! —exclamó Sakura, devorando feliz.

Arim probó un bocado y asintió.

—Admito que está muy bien preparado.

—No me subestime, señor Kim —dijo Dixon, inclinándose un poco sobre la mesa con una enorme sonrisa —. No todo en mi vida es surf y buceo.

—¿Ah, no? —Arim arqueó una ceja.

—También sé preparar unos waffles que harían llorar de emoción a cualquiera. —Miró a Sakura y guiñó un ojo—. Mañana lo comprobarás.

La niña rió.

—¡Prometido!

Arim intentó mantenerse serio, pero su corazón latía rápido. Esa sonrisa, esa chispa… “No. No puede ser él. Es solo mi imaginación. ¿donde la había visto?"

Más tarde, en el balcón.

Después de que Sakura se durmió, Arim salió al balcón de su habitación. El mar brillaba bajo la luna llena. Y allí, en la playa, vio una silueta.

Dixon caminaba descalzo, con otra muda de ropa diferente, unos pantalones cortos y una camisa color lila flotando como un fantasma bajo la brisa nocturna. Se detuvo frente al agua, cerró los ojos y respiró profundamente, como si hablara con el mar.

Arim apretó la barandilla. Había algo en esa imagen que lo desarmaba. No entendía por qué, pero sentía que debía bajar, hablarle… preguntarle.

Sin embargo, en ese mismo momento, Dixon se levantó las mangas para mojarse los brazos de las olas iluminado por un farol.

Arim se quedó helado.

Por un instante alcanzó a ver los tatuajes en sus muñecas. Negros, profundos.

Un recuerdo golpeó su mente como un rayo:

La chica de la subasta.

Los ojos grises detrás del antifaz.

La piel temblando bajo sus manos.

—Labios de fresa.

El delfín.

Arim retrocedió, con el corazón en la garganta.

—No puede ser… —susurró, incrédulo.

Allí abajo, Dixon levantó la mirada hacia la luna, ajeno a la tormenta que había despertado en Arim.

La arena crujía bajo los zapatos de Arim mientras descendía hacia la playa. La brisa nocturna era fresca, pero su cuerpo ardía de nervios. Cada paso que daba lo acercaba más a la verdad que su mente se resistía a aceptar.

Dixon, distraído, seguía con las mangas remangadas, mojando sus brazos en el agua distraído con la espuma de mal.

Arim carraspeó suavemente para hacerse notar.

Dixon se giró de inmediato, sorprendido. Bajó las mangas casi con brusquedad, como si hubiera sido atrapado en un acto prohibido. Se puso de pie como un resorte.

—Oh… señor Kim —dijo con una sonrisa nerviosa—. ¿No debería estar descansando? ¿No puede dormir?

Arim dio unos pasos más, lo bastante cerca para sentir el calor de su cuerpo. Su mirada se clavó en esas muñecas ocultas.

—No podía dormir. El mar no deja de llamarme…la brisa marina es deliciosa y esta hora, con mi agenda es imposible disfrutar algo como esto —hizo una pausa y sonrió con ironía—. Y al parecer, tampoco deja de llamarlo a usted.

Dixon bajó la vista, incómodo.

—Cuando no trabajo en el acuario estoy aquí, me hace sentir más...libre.

Hubo un silencio tenso. Arim se pasó la lengua por los labios, dudando, hasta que soltó con voz baja:

—Alcancé a ver… sus tatuajes. Parecían tribales.

Dixon tragó saliva, apretando los puños dentro de las mangas.

—Sí. Son… Tribales de delfines.

Arim sintió un vuelco en el pecho. El aire parecía más pesado, la noche más densa. Dio un paso más cerca, reduciendo el espacio entre ellos.

—¿Delfines, eh? Qué curioso… me gustan mucho los delfines pero verlos de lejos, luego del último incidente no me animo a volver al acuario.

Dixon sonrió apenas, ruborizado.

—Solo fue un accidente desafortunado. Por suerte no pasó a tragedia. Los delfines son mis animales favoritos. Representan libertad, inteligencia… y un poco de juego.

Los ojos de Arim se oscurecieron. Esa sonrisa, esas palabras. Todo encajaba demasiado bien. No podía resistir más. Extendió la mano, con una osadía que lo sorprendió incluso a él mismo, y atrapó la muñeca de Dixon con firmeza.

Dixon se tensó de inmediato.

—¿Qué… qué hace?

Arim no respondió. Sus dedos recorrieron lentamente la tinta negra. Y allí estaba: la cicatriz debajo, oculta, pero inconfundible al tacto. Una herida con algo cortante, una herida que solo puede dejarle un corte profundo en accidente o por querer... suicidarse.

Un estremecimiento lo recorrió de pies a cabeza. Cerró los ojos un segundo y casi pudo oír de nuevo los gemidos ahogados de delfín, en aquella noche de fiesta y desenfreno, sentir la piel caliente bajo sus manos, la respiración acelerada…

Abrió los ojos, enfrentando a Dixon.

—Tienes… unos tatuajes lindos —murmuró, con voz ronca. Me dan ganas de hacerme uno.

Dixon se sonrojó aún más, retirando la mano bruscamente.

—Gracias… Te quedarían bien, pero ve con un profesional —contestó, casi en un susurro.

Arim lo observó en silencio. Ya no había dudas. El apodo que había escuchado todo el día en boca de los huéspedes, “delfín”, ahora tenía un rostro, una piel, una cicatriz.

Era él.

El mismo hombre que lo había hecho arder en la fiesta de máscaras.

El mismo que lo salvó de ahogarse en el estanque del acuario.

El mismo que, sin saberlo, le había robado el corazón en una sola noche.

Arim retrocedió un paso, intentando recomponerse, aunque por dentro temblaba.

—Dime, Dixon… —su voz salió más grave de lo normal—. Aquí en Bora Bora no hay mucha diversión nocturna… para adultos, ¿verdad? Tu sabes...fiestas glbt.

Dixon ladeó la cabeza, sin entender del todo el tono de su pregunta.

—No tanta como en Tahití. La mayoría de las fiestas grandes son allí. Aquí la gente viene más a descansar.

Arim asintió despacio, sintiendo cómo una gota de sudor frío le corría por la espalda.

—Entiendo…

Entonces, sus miradas se cruzaron. Los ojos grises de Dixon brillaban bajo la luna, idénticos a los que lo habían dejado sin aliento aquella madrugada.

Arim contuvo la respiración. No era imaginación. No eran recuerdos borrosos por el alcohol. Eran los mismos ojos. Los mismos labios de la mañana después de la fiesta.

El mismo delfín.

Dixon, nervioso por la intensidad de la mirada de Arim, bajó la vista y jugueteó con la arena con los pies descalzos.

—Deberíamos… volver. Es tarde. Mañana tenemos muchas actividades y clases de nado.

Arim sonrió, apenas, con un brillo peligroso en los ojos.

—Sí… es tarde. Se que estoy en las mejores manos. Así que estoy a tu cuidado.

Dixon lo miró confundido, sin sospechar que el hombre frente a él ya había descubierto el secreto que tanto temía revelar.

Arim sabía la verdad. Y esa certeza lo consumía por dentro.

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Maru19 Sevilla
Todo está muy bien y va estar mejor cuando Arim se sacuda a su perniciosa familia 😂😂😂
Maru19 Sevilla
Arim está muy manipulado
Maru19 Sevilla
Cuánta pasión 🥰🥰
Maru19 Sevilla
Que descanses autora🥰
💖
La nana quiere al jefe
💖
Ya entendí es homosexual
💖
Una protagonista vestido de hombre /CoolGuy/
Erika Estrada
me encanta ojalá puedan estar juntos los tres 🤭
Maru19 Sevilla
Que bonito capítulo 👏
Maru19 Sevilla
Que posesivo! 🤭🤭🤭
Erika Estrada
entiendo a Sergey pero en el corazón no se manda y espero que ahora sí el domador de Delfines saque la casta que debe🤭
Erika Estrada
OMG por qué no hay hombres así en mi pueblo ☺️☺️
Yandi Perea Maturana: esos hombres solo existen y están en noveltoon🤣😂🤣😂🤣😂
total 1 replies
Maru19 Sevilla
Jajajaja que buen capitulo
Mckasse Escritora
🥰🥰🥰🥰🥰gracias por leer
Maru19 Sevilla
Me encantan tus novelas autora /Heart/
Maru19 Sevilla
A poco no le tentación, saber quién es /Slight/
Maru19 Sevilla
Ni modo a recetearse Alfa
Mckasse Escritora: jajaja está buena esa
total 1 replies
Maru19 Sevilla
Ah, pillines/Drool/
Maru19 Sevilla
Picarones/Chuckle/
Mckasse Escritora
muchas gracias
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