Mi Fortaleza

...Narra Victoria...

Entre al Palacio, furiosa, sentía como si mi estómago fuera a reventar por dentro. Mis manos temblaban del coraje y mi respiración era agitada.

Tanto que sentí que en cualquier momento me iba a desmayar. Era inconcebible lo que había pasado en el jardín. ¿Desde cuándo me convertí en la amante y en la prometida de dos hombres?

Tan siquiera me lo hubieran informado. Mientras subía las escaleras me encontré a la abuela del Príncipe, se me queda mirando inesperadamente.

Antes de que pudiera decirme algo, hago una leve reverencia delante de ella y continuó mi camino.

Estaba tan enojada que en este momento podía decir y hacer cosas que me manden a la horca.

______ Espera... ____ Me detuve de golpe y me quedé parada sin voltear a ver a su majestad por un par de segundos.

______ Disculpe, su excelencia, me duele el estómago, necesito ir al baño. Creo que el té me hizo daño.

______ Eres una corriente. Dudo mucho que seas una princesa.

Bajé levemente la vista y contesté.

_____ ¿Corriente? Mmm...

_____ La ropa que ahora uso la escogió el príncipe, el maquillaje, su sirvienta y si lo dice por mi personalidad, estoy conociendo princesas que solo tienen el título.

El rostro de la abuela se puso rojo de coraje, al darse cuenta de que estaba hablando de la princesa Artemisa.

______ Ten mucho cuidado con lo que hablas, señorita. Esa lengua puede ser arrancada de tu cuerpo.

Apreté con fuerza mis puños, en este momento como deseaba tener un poco de poder y no ser la hija de una campesina.

Si tan solo pudiera hacer que esta mujer baje la cabeza y se trague cada insulto.¡Pero, no!

Era a mí a quien le toca soportar las humillaciones. Si no fuera porque una desgraciada Duquesa me quiere hacer daño; sin conocer el motivo, hubiera tomado mi equipaje y a Isabela y me hubiera de ir del Palacio.

_____ Su excelencia, espero de verdad que eso nunca suceda. Le pudo una disculpa.

Después de decirle esas palabras a la abuela del príncipe me di media vuelta e intenté irme. Sin embargo, me detuve diciendo.

______ El príncipe se casará con la princesa Artemisa, hasta a la idea.

Volví a voltear ligeramente mi cabeza, y contesté.

______ Mis más sinceras felicitaciones a ambos. Que sean muy, muy felices y que puedan formar una familia numerosa.

Volví a hacer una reverencia y me alejé de la abuela. Al entrar a la habitación, quería arrancarle la cabeza a cualquier cosa que se pudiera parecer al príncipe, a la abuela y a la princesa.

Sentía tanto coraje que mi sangre me quema por dentro. Quería gritar, pero me mordí mi labio inferior para no hacer ningún ruido.

Isabela sale del baño donde ha estado escondida todo el tiempo. Tiene miedo de que la princesa la vea y se de cuenta de que es la sirvienta que por años trabajo bajo las ordenes de la Bruja.

______ Vicy ¿qué tienes?

_______ Te ves tan enojada.

______ ¿La princesa te descubrió?

________ ¿Sabe qué eres una esclava?

Levanté mi mano, para que Isabela se quede callada. En este momento no quería hablar, si lo hacía algo dentro de mí iba a explotar e iba a reventar.

Caminé por la habitación hasta la ventana, necesitaba un poco de aire fresco, sino respiraba, me iba a volver loca.

Abrí la ventana y salí al balcón, el viento de esa noche acarició mi rostro. Cerró momentáneamente mis ojos, dejando que el mal humor pase.

Lentamente, mis lagrimas mojaron mis mejillas. Los amargos recuerdos que me han llevado ahí se apoderan de mi mente. Siento un vacío en mi alma.

Mi vida a lado de mi madre era perfecta, vivía en paz, no conocía tanta crueldad. Era una vida armoniosa, llena de amor y tranquilidad.

Todo cambio cuando ese lujoso carruaje se detuvo frente a la casa y esa Bruja bajó de él.

Su mirada era la de una Hechicera sin alma. La de un demonio sin corazón, que lo único que deseaba era arrancar el alma de las personas buenas y llevarla al infierno.

Cada azote que recibí en mi espalda, cada lágrima que derrame, cada suplica, endureció mi corazón y alma.

Cada rata que vi en ese sótano, me hizo desear vengarme. Esa noche, los animales salvajes, no se comieron mi cuerpo, pero, si mataron a la niña que era.

Convirtieron a una mujer con sed de vengarse, la cual se juró levantarse de esa cama y convertirse en alguien sumamente poderosa. La cual pudiera vengarse por la muerte de su madre.

Todo lo que ahora tengo se lo debo a Isabela. Ella no solo me salvo de la Bruja, sino que tuvo que mentirle al príncipe para salvarme la vida.

Sin su ayuda, no estaría vistiendo estos vestidos tan costosos. Las joyas que su majestad me ha regalado.

Abrí los ojos, un poco más tranquila, cuando estaba a punto de voltear a ver a Isabela y conversar con ella sobre lo sucedido en el salón.

Sentí un par de manos colocarse en mi cintura, giró mi cuerpo y quedé cara a cara con el príncipe.

_____ Usted... ___ Antes de que pudiera preguntar algo más, mis labios fueron sellados por sus labios.

Sus manos me agarran con fuerza de la cintura, impidiendo que me separe de él. El beso cada vez es más posesivo, el aire escapa de mi cuerpo.

Aun así, no permite que me separe de él. Una de sus manos se colocó detrás de mi cuello, me mantiene unida a él, hasta que me siento mareada.

Golpeé su espalda con mis puños, esperando que me suelte y poder respirar. Algo que no pasa, era como si me estuviera castigando por algo.

Pasado el tiempo, se separa de mí y me deja respirar. Por impulsó o por estupidez levante mi mano y le dio una bofetada al príncipe.

______ En su vida me vuelva a besar de esa manera. ¿Quién cree que soy? Si busca a una ramera vaya a un burdel. Ahí va a encontrar muchas que por unas cuantas monedas están dispuestas a entregarse a usted.

Después de decirle esas palabras estaba por volver al dormitorio; sin embargo, el príncipe no me lo permitió.