Tentación Prohibida

Sigo sin poder entender la causa de su mirada.

—Me puedes dar un poco, sámara— dice como una voz fría y filosa.

—Si, claro papá, un momento— veo cómo su mirada se posa al hombre que está al lado de mí, le pasó su bebida y al ver que todavía no le quita la mirada decidió presentarlos. —Papá, él es nuestro vecino de enfrente, su padre es el señor Flicher—

Zeus toma la mano que ya está extendida dándole un apretón.

—Soy Jorge, señor—

—Zeus, llámame Zeus—

Dios mío, puedo notar la atención en estos dos, bueno al menos de Zeus.

—Cariño ven un momento— le pide a mi madre, él la voltea a ver y luego a nosotros, toma un sorbo de su bebida y vuelve a dejar el vaso ahí para darse la vuelta y marcharse.

—Y entonces Sámara— dice Jorge cortando el momento tan tenso que dejó la presencia de Zeus. —¿Nunca te ibas a atrever a hablarme?—

»¿Que?«

Por Dios, su sinceridad es algo abrumador y vergonzoso, ahora soy más que consciente de que él se me observaba observándolo a él.

—Que vergüenza— digo de inmediato.

Él ríe dejando al descubierto sus dos hoyuelos perfectos en cada mejilla.

Que hermoso.

—¿Vergüenza por qué? Somos vecinos y eso no tiene nada de malo— levanto mi cabeza en alto para poder mirarlo a los ojos, también es alto al igual que Zeus, y muy atractivo, mucho diría yo. —¿O si?— pregunta levantando una de sus tupidas cejas al tiempo que me da otra sonrisa dejando ver nuevamente esos hermosos hoyuelos.

—No, claro que no, solo que...— bajé mi cabeza un poco avergonzada por no saber decirle que siempre me dio vergüenza por miedo a que me rechazara.

De inmediato siento como sus suaves manos me toman del mentón suavemente obligándome a levantar la cabeza para verlo.

—Nunca agaches tu hermoso rostro delante de nadie, al menos no delante de mí— me suelta de la barbilla. —Eres muy hermosa, siempre quise decírtelo, pero nunca tuve la oportunidad— Oh por Dios. —Me gustas mucho, siempre me has gustado. Nunca me acerqué a decírtelo porque no me dabas la oportunidad, cada vez que te veía quería saludarte, pero de inmediato te escondías, sentí como si huyeras de mí—

—Oh no, las cosas no fueron así, huía por vergüenza— dije llevándome un mechón y mi cabello detrás de mi oreja. —En realidad, también me gustas mucho—

Él sonrió al escucharme decirlo en voz alta. Y lo veo darme una sonrisa al tiempo que lame sus labios. Esos rosados y provocadores labios de Jorge, mi guapo y sexy vecino de enfrente.

POV ZEUS.

Aprieto mi mandíbula fuerte para contenerme al ver la escena.

¿Le está tocando la cara?

Trato de ser cortés con las personas que me está presentando mi esposa, pero si me preguntan en realidad no he escuchado ni siquiera lo que han dicho, ya ni me acuerdo de esus nombres.

Solo hay algo aquí que llama mi atención y son esos dos.

Sámara y ese.

¿Jorge es que se llama? Creo que es el vecino de enfrente del que me habló Pablo.

Hace poco cuando salimos a una caminata le pregunté muchas cosas sobre ellos, él me contó de su vida y también de la de su hermana, me dijo que su hermana siempre había estado flechada por el vecino de enfrente, pero que nunca había tenido el valor de hablarle.

Y ahora por lo que veo, ya ese muro se ha derrumbado entre ellos dos.

¿De verdad tuve que escuchar que le dijera lo hermosa que es?

No sé por qué esta reacción de mi parte, siento celos, unos que no debería sentir.

Ella es mi hijastra, es joven y puedo hacer su vida con quien quiera, yo soy alguien mayor y estoy casado con su madre.

Trato de prestar atención a lo que los hombres que están a mí lado dicen, pero por más que me concentro no puedo.

»Joder conmigo«

—¿Qué pasa cariño?—susurra Selena en mi oído al ver que estoy tenso. —¿Te sientes incómodo?—

—No cariño, está todo perfecto— digo dándole una falsa sonrisa de mi parte. —Estoy feliz y parece que los niños también—

Ella los busca con la mirada y sonríe, Pablo está hablando con algunos amigos de él, mientras que Sámara sigue con ese, cada vez que los veo estan más juntos y hablando de una manera no apropiada.

—Si, realmente todos estamos felices— en ese momento sámara la mira y su madre le devuelve una sonrisa pícara, cosa que Sámara ignora por vergüenza pero que vio. —Está muy guapo el vecino, con el que Sámara está hablando ¿no?— dice mirándome.

»¿Qué? ¿En serio me está preguntando esto?«

—¿No crees que están hablando de una manera no apropiada?— ella ríe anté mi comentario. —¿Qué es tan gracioso?—

—Ya tienes celos de padre— dice sin parar de reír. —Me gusta ese chico, ojalá y se hagan novios—

—¿Qué? No—

»¿Qué paso aquí? ¿Por qué dije eso sin pensar?«

No entiendo por qué reacciono de esta manera ante lo que acaba de decir mi esposa.

—¿Por qué no? Si ambos siempre se han gustado—

—¿Cómo lo sabes?—pregunto con curiosidad.

—Porque siempre se han visto de esa manera, solo que ninguno tuvo el valor de hablarle al otro hasta hoy— ella los queda viendo con admiración. —Realmente hacen muy linda pareja—

Me quedé en silencio, me llevo un trago de la bebida que tengo en mi mano a mi boca sin apartar la vista de ellos y, teniendo en cuenta el comentario de Selena.

POV SÁMARA.

[•••]

La noche ha transcurrido mejor de lo que esperé.

Creí que al estar en esta celebración, me aburriría al no tener con quién hablar, y eso que estaba en mi propia casa.

Pero el destino me ha premiado con esta gran sorpresa, y es él, el hombre ha puesto y guapo que tengo enfrente de mí y quien no se ha despegado de mi lado desde que me habló.

Ahí está él, riendo y dejándome ver sus hermosos hoyuelos, su sonrisa es tan encantador al igual que sus hermosos ojos verdes.

La plática con él se vio natural, todo entre nosotros se está dando de una manera tan sencilla que es difícil de creer.

Su presencia y sus palabras bonitas hacia mí me hacen sentir extremadamente bien a su lado.

Pero.

Cómo todo siempre hay un, pero, y este es el hombre que me está observando en este momento con una mirada devoradora.

Una que no ha parado de darme.

Nose qué le pasa, debería concentrarse en lo que están hablando y en disfrutar de esta fiesta que fue hecha para él, para presentarlo exclusivamente como el esposo de mi madre.

Pero, en cambio, siento que no la ha disfrutado para nada

Yo mientras lo ignoro y me concentro en la atracción que tengo delante de mí.

—Sámara— dice mi madre mientras se acerca a mí. Saluda a Jorge con una sonrisa y más confianza de la que debería. —Por favor puedes ir por más bebidas en la cocina, ¿Puedes ayudarla Jorge?— sonríe.

—Claro que sí, vamos— él se levanta y no me quedó de otra que hacerlo también y caminar hacia dentro de la casa, no sin antes voltearme para ver a mi madre quién me estaba sonriendo descaradamente...