Frontera Roja

Mientras Alejandro busca la mejor manera de explicar a Klea lo que pasó a cambio de una oportunidad para hacer las paces, ser amigos y quien sabe a estar juntos, unas precarias embarcaciones de madera con sobre carga de pasajeros, hasta botes inflables están siendo vista en alta mar, los helicópteros de la policía local están sobrevolando el área.

Los migrantes, se ponen de pie, y sacuden los brazos para llamar la atención de los pilotos, uno de los helicópteros retorna a tierra y otro sale con provisiones alimentarias, tiene copiada las coordenadas brindadas por el helicóptero precedente.

Klea da la orden de rescatar enfermos, gestantes y niños, atenderlos como prioridad, todos escuchan las órdenes, nadie dice nada, lo que la intendente dice es ley.  Cuando era con su uniforme de agente, nadie le prestaba atención, por más razón tenía, por carácter que tuviese, salvo uno que si la conoce bien. Ahora su uniforme de Interpol con todas sus condecoraciones, ella tiene mucho poder, hasta se podría decir que está a la altura de los jueces.

El helicóptero con víveres parte, el piloto busca la embarcación, mientras que por agua hay rescatistas que van a obedecer las órdenes de la jefa. A bordo del bote salvavidas están grabando el procedimiento de abastecimiento de alimentos.

El helicóptero está llegando a las coordenadas, ubica a la balsa, pero no puede dejar caer el paquete dentro de la balsa, el peso con la gravedad podría destruir la frágil embarcación y lo peor de todo es que podría aplastar personas, por lo que tuvo que lanzar la caja a unos metros de distancia, tampoco se podría dejar caer la caja tan próxima a la embarcación, puesto que al salpicar el agua podría llenar de agua la embarcación y hacerla hundir, eso sería provocar un naufragio, eso sería una mala jugada.

El video se coló en internet y ha provocado repulsión de las personas, es entendible, la gente no entiende, simplemente lo vio mal, pero no se toman unos minutos de reflexión y pensar que era la única opción para que ellos tener unas promociones, si bien es cierto deben tirarse al agua, pero es la maniobra mejor acertada del piloto, no fue con malicia, fueron los cálculos fisicomatemáticos para no matar directamente, y menos provocar un naufragio.

Klea vio el vídeo y saludó la maniobra del piloto, hombres se botaron al agua, dejando débiles, mujeres y niños a bordo. Cabe resaltar que la acción de saltar al agua ha sacudido el bote inflable, no tiene estabilidad, y esto ha hecho que algunos pierdan el equilibrio y caigan al agua.

De inmediato los rescatistas se ponen en acción para rescatar menores de edad, enfermos o débiles y mujeres gestantes. La operación fue un éxito, los rescatados están en un lugar más cómodo y están recibiendo atención médica. Aquellos que saltaron al agua para salvar el botín de comida, se la pelearon, todos querían servirse primero, el ser humano, hasta en sus condiciones paupérrimas es egoísta. Se han peleado y algunas provisiones se han desperdiciado en el agua.

La policía está con trabajo hasta la coronilla, este año 2015 es nominado como hemorragia migratoria, Italia también tiene el mismo problema, está cerrando sus fronteras, son miles al día que llegan, Grecia ni hablar, se están saturando de extranjeros, que se han vuelto más estrictos y selectivos.

Los migrantes ven al Norte como la tierra prometida, con grandes sueños, esperanzas, ilusiones de una vida mejor. Pero en estos países cuentan con varias Klea, al ojo ya detectan sospechosos para investigar. Lo doloroso es que muchos niños son separados de sus padres por presentar documentos falsos, por ser personas requisitoriadas, son radicales, etc.

 En el medio oriente está el ataque contra Isis desde hace un año, pero no hay mejoría, más bien, los muertos se cuentan por decenas al día. Esa gente huye, busca ayuda, y por un grupo de verdaderos necesitados hay infiltrados y a veces estos logran escapar de la observación. Al ser una gran masa de gente, a la policía se les escapan de las manos, por lo que, para ellos, esconderse en medio de la turba está su éxito.

En casi dos semanas, la policía local ha deportado más de doscientos migrantes de manera irrevocable e inmediata. Y a través de filtro se han ido deportando, otros fueron expulsados, en la costa se ha encontrado varios ahogados, algunos estaban mal y otros se han ido solo Dios sabe dónde, solo se sabe que en la clandestinidad hay mucha gente y la policía debe buscarlos.

Se siguen encontrando niños en estado de abandono, mujeres que han dado a luz, pero no quieren a sus hijos por qué durante su viaje migratorio fueron estafadas, secuestradas, violadas y dejadas. Cargar con un recuerdo de violación, sería como cargar con una maldición. Se han reportado casos, de mujeres que han dado a luz en plena travesía marítima y que, por falta de atención, espacio, higiene, morían los bebés e inclusive la madre, la policía naval encuentra los cuerpos flotando de aquellas víctimas.

Cualquier viaje migratorio hecho por tierra a pie, o por agua con embarcaciones precarias, son viajes de terror, las historias son desgarradoras, mucha gente desconoce el detrás de una persona, se juzga, muchas veces la policía por no dar atención a todos, se cargan y pierden la cordura, Klea ha tenido muchos inconvenientes que resolver al día.

Entre los años 2014, 2015 (año en el que se desarrolla nuestra historia) y 2016, España, Italia y Grecia colapsaron con tantos migrantes, muchos países abrieron sus puertas para ayudarlos, pero dada la cantidad se perdió el control y todo se fue desestabilizando.

Después de recibir al grupo de migrantes antes mencionado, y el pleito por la repartición de alimentos, por la madrugada llega una gran embarcación de madera sobre poblada de migrantes, pero de actitud violenta, todos querían entrar, daban empujones sin importar si había niños pequeños, mujeres, gestantes y hasta enfermos, la policía tuvo que solicitar refuerzos de emergencia.

Por la prisa de la emergencia Klea llegó a la playa en ropa casual, con su brazalete de policía, estaba con el cabello suelto y mal peinado, apenas unos jeans azules con zapatillas blancas y polo, nadie la había reconocido si no fuera por su carné de identificación. Ella tuvo que organizar rápidamente a la policía armada para calmar a turba. Al juez Alejandro le notificaron la presencia de un buen grupo de migrantes rebeldes, por lo que se presentó antes de la hora habitual, estuvo en la oficina a las seis y media y vestía ropa informal.

Cara a cara entre ellos no se habían reconocido.

-Buenos días, señorita. Veo que usted es policía, pero se podría identificar.

-Buenos días, me sorprende que el juez tenga educación – lo reconoce por la voz, pero su trato es frío.

- ¿Eres tú, Klea? – le pareció ver a una mujer más bonita, estaba sorprendido de verdad, fue la voz que lo trajo a tierra.

Alejandro jamás pensó que algún día llegara a conocer a Klea al natural, sin uniforme y tanto arreglo oficial, si no, ver a una Klea libre de vestimenta protocolar, un peinado al viento, una Klea natural, una Klea ligera, más bonita, siendo ella misma.