Encerrada por un destino, libertad por un amor... que ya era suyo.
NovelToon tiene autorización de Hada Celestial para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 7
Cuando regresamos a casa el lugar era un desorden, Paola corrió a su cuarto, Lucy y yo nos fuimos detrás de ella; miramos como sostenía una cajita en las manos y de sus ojos empezaron a derramar lágrimas la escucho que dice.
— Parece que Mara se fue y se llevó mi dinero.
Al ver el cuarto estaba todo en completo desorden y la ropa de ella no estaba, Lucy se acercó a ella, la abraza, en ese momento le dice.
— No te pongas triste, volveremos ahorrar y veras que juntaremos el dinero pronto solo hay que esperar un poco más.
Yo también quería ayudarla, hacer algo para dejar de ser una carga para ellas; Paola nos pidió que la dejáramos sola, Lucy y yo salimos del cuarto dándole privacidad.
Escuché como Lucy maldecía a Mara, la miraba tan molesta dando vueltas de un lado a otro, cuando recordé la maleta con el dinero; me voy directo al cuarto y miro debajo de la cama donde la había dejado, ahí estaba intacta lo bueno que Mara no se le ocurrió buscar entre mis cosas.
Salí de la habitación con la pequeña maleta en mis manos, al ver a Lucy le digo.
— Ven vamos con Paola, quiero mostrarles algo a las dos.
Lucy se me queda mirando, se pensaba negar yo la tome de la mano y la jale hasta el cuarto de Paola; las dos entramos, la miraba tan triste y de caída, que no me gusto verla así, sin pensarla mucho les digo.
— Antes de que digan algo hay que contar este dinero y ver si hace falta para la cafetería.
Vacié todo el dinero en la cama, miro como se me quedan viendo con una cara llena de sorpresa.
Escucho cuando Paola con su voz tensa me dice.
— Kaia ¿de dónde tienes tanto dinero?
Miro sus rostros tan tensos y parecían nerviosas; tranquila les digo.
— No piensen mal, este dinero lo tome de la casa donde me tenía mi esposo, antes de escapar bueno tome todo lo que pude; Por favor hay que usarlo creo que con esto podemos empezar la cafetería, claro si ustedes están de acuerdo.
Las miraba tan sorprendidas que hubo un silencio, donde solo miraba como me veían, sin poder entender si era buena o mala la forma en que me miraban.
Por un momento me sentí avergonzada por la forma que me miraban tal vez ellas pensaban mal de mí, cuando escucho que Lucy con una voz emocionada me dice.
— Kaia tu si eres muy lista, si te trajiste una fortuna.
Miro como me sonríe de manera feliz, eso me hizo sentir algo cómoda; escucho cuando Paola me dice.
— Kaia, eres muy linda al querer ofrecerme este dinero, pero es tuyo tienes que guardarlo para ti, si ese hombre te encuentra y tienes que salir huyendo este dinero te puede servir muchísimo para escapar.
Las dos eran tan lindas, aunque ella tenía algo de razón en cierta parte, pero si el me encontraba eso sería el fin de mi libertad, no habría más a donde yo pueda huir.
No pude evitar ponerme triste y sin nada de ganas digo.
— Paola, si ese hombre me llega a encontrar ni siquiera tendré oportunidad de despedirme de ustedes, solo llegara, me tomara y me llevara a la mansión que es como mi gran jaula de oro.
Yo he sido feliz estos dos meses, para mi han sido lo mejor de mi vida, ustedes son como mi familia, si él me encuentra mínimo me quedara la felicidad que pude hacer algo bueno; aunque sino me encuentra tendremos un negocio donde podremos tener una vida cómoda, solo digan que sí.
Miraba indecisa a Paola, tuve que ser insistente con ella, me costó trabajo convencerla, pero al final termino diciéndome que sí, eso me puso feliz, por que por fin podía aportar algo para poder ayudarlas un poco.
Las tres empezamos a contar el dinero, fue lo suficiente que alcanzo para comprar una pequeña propiedad y comprar todo lo que se ocupaba, sobro algo de dinero que utilizamos para comprar algo de ropa para las tres y una cama para mí.
Las tres empezamos con las compras para la cafetería, a decorar todo el lugar, todo estaba quedando como ellas lo querían felices de poder lograr el sueño de Paola.
Después de dos semanas inauguramos el lugar, Lucy y yo atendíamos las mesas, Paola preparaba las galletas y los postres, al menú agregamos algunos bocadillos; nuestro primer día fue todo un éxito, los compañeros de la escuela de Lucy fueron a la inauguración apoyando a su compañera, me toco conocer alguno de ellos eran tan amables, unos no tanto.
Las tres nos apoyábamos como si fuéramos una verdadera familia, entre semana Lucy estudiaba por las mañanas y cuando salía nos ayudaba en la cafetería, renuncio a su trabajo para apoyarnos más en la cafetería; todo estaba saliendo tan bien que éramos un éxito.
Nuestros días eran levantarnos a las 5:30, a las 6 ya estábamos en la cafetería, yo ayudaba un poco a Paola hacer las galletas antes de abrir, después yo atendía las mesas y cobraba mientras ella preparaba las ordenes; aprendí hacer diferentes cafés, poco a poco aprendí hacer más rápida para atender a los clientes.
Cuando menos pensé ya tenía 5 meses y medio con ellas, todo estaba yendo tan bien, mi vida era perfecta no había nada que pudiera desear; estaba feliz como nunca lo había estado, me sentía amada, sentía que por fin tenía una familia, alguien en quien podía apoyarme.
Yo solo deseo que esto nunca termine, que mi vida siga siendo así, no me importa vivir en la pobreza, trabajar para tener que comer, mientras pueda ser feliz nada me importa.
Era sábado cuando Lucy se le ocurrió que fuéramos de antro después de cerrar la cafetería, yo me emocione tanto que Paola no le quedo más que aceptar; a las 5 pm yo regrese a casa para cambiarme Lucy compro un hermoso vestido de noche para mí, cuando termine de cambiarme al verme al espejo no podía creer como me miraba, era un vestido negro, de largo hasta media pierna pegado a mi cuerpo, la parte de arriba se sujetaba del cuello, la espalda descubierta.
Creo me miraba muy sexi, me sujete el cabello en una cola alta, me maquille un poco nada exagerado; cuando estuve lista tome mi bolsa lista para irme a la cafetería y de ahí al Club.
Estaba por abrir la puerta cuando escuche que tocaban, al abrir la puerta miro a un hombre mayor, vestido elegante, en las manos traía un gran ramo de orquídeas blancas; yo conocía ese ramo, era el mismo que el hombre que decían era mi esposo me mandaba para mi cumpleaños.
El hombre me entrega el gran ramo de flores y después me entrega una tarjeta, una vez que me entrego la tarjeta solo se marchó.
me gustaría saber el final