Pasiones Prohibidas

Capítulo 13:

—¡Jamás!!! La odio, jamás podrá ser tu mujer, gritó desesperada. —Por favor quiero que me hagas tuya antes de morir, dijo con voz suplicante.

—¿Me deseas en estos momentos? —pregunté sacando un cortador de puros de las herramientas que tenía Andrés.

—¡Si te deseo! quiero ser tuya, dijo.

Me acerque a ella y pase mi rostro cerca de su oído y respire profundamente ocasionando que saliera un gemido de ella y en ese instante metí el cortapuros en uno de sus dedos y corté uno de sus dedos cambiando su gemido de placer por un grito de dolor.

Volteé mi rostro por el grito ensordecedor de ella, alejándome, tome la silla y me senté a unos metros de donde ella estaba atada en la cruz.

Su mirada hostil causó en mí, satisfacción.

Andrés se alejó de ella y en una esquina tenía un bate, a un extremo tenía un fogón encendido, que no sé en qué instante lo entendió.

Trajo el bate en sus manos y lo puso en su hombro, abrió un dulce y lo metió en su boca jugando con el palillo que salía del dulce de su boca.

Se paró en frente de ella y dijo que a él no se le utilizaba, y su video lo hacía ver como un traidor, al decir esas palabras dejó caer el bate en una de las rodillas de Anna partiendo su hueso al instante.

El grito que ella dio fue abrumador.

—Dos semanas te busqué, grito Andrés y dejó caer otro golpe más arriba partiendo el hueso de esa misma pierna.

—¡No me golpees!!! gritaba ella, sus manos se cerraron en puños enterrando sus uñas por el dolor y salía sangre de la fuerza que ejercía en sus manos.

Andres tomó el bate y dio dos golpes consecutivos en su abdomen ocasionando que ella empezará a botar sangre por la boca.

Al verla de esa manera se detuvo y puso el bate en la mesa.

Ella empezó a escupir sangre y suplicaba que no siguiera.

El se recostó en la mesa y se quedó viendo como escupía sangre.

—Querías saber que se sentía una escena de BDSM, yo te voy a enseñar, dijo esas palabras se levantó de donde estaba y empezó a caminar a donde tenía el fogón de candela.

Nunca había visto a Andrés de ese modo, pero lo entiendo, ese video hizo que yo hiciera algo que jamás había hecho, puesto en duda “su lealtad“

Los primeros días fueron muy difíciles para nuestra amistad, y mi duda hacia el puso en jaque su equilibrio y no descanso hasta encontrarla.

Me disculpe por mi duda, y sufri por pensar en su traición, confío más en él que en mi propia madre así que su traición hubiera sido el fin de la confianza en una persona especial para mi.

Pero buscamos cámaras adversas a las que el le pusieron y pudimos ver cada movimiento de ella hasta cuando llegó al apartamento de él e hizo contacto con un policía que llevó a Anthony.

Cuando vieron las imagen Anthony se preocupo por el policía que vio la evidencia y la dejó ir, sabiendo que ella no tenía otra copia del video.

Se hizo cargo de aquel policía aquella misma noche, pero cuando llegó por ella, ya no se encontraba y eso le costó caro a Anthony.

Me disculpe con mi amigo, y sentí que volví a vivir cuando corrobore, su fidelidad.

El dice que prefiere cortarce la mano antes de hacer algo en contra de mi o cortarse la lengua antes de hablar alguna palabra sobre mi.

Vi que tomó una varilla de hierro del fogón y empezó a caminar hacia Anna y a un costado de su costilla pone el hierro encendido, lo quitó y lo puso en diferentes partes de su cuerpo —¿Querías saber qué se siente una fusta en el cuerpo?, eso que acabas de sentir, ardor, dolor y placer no lo sentiste o no estas satisfecha con el sado masoquismo preguntaba andres de una manera desquiciada.

Ella no dejaba de gritar y el fue por dos bolas de goma, se quito la corbata, metió las dos bolas en su boca y al mismo tiempo amarró su boca con la corbata haciendo una perfecta, pero peligrosa mordaza.

Fue al fogón y lo jalo para que quedara cerca a ellos, ella negaba con la cabeza hasta donde su atadura la dejaba.

El saco de un bolso una fusta de cuerdas, las empezó a pasar por el fuego y cuando estaba caliente lo dejaba caer en la piel de la mujer.

Resistió unos azotes sin gritar, pero su piel empezó a enrojecer, y empezó a gritar y las bolas de goma taparon su vía respiratoria ahogándose, mientras él no dejaba de dar golpes en el cuerpo que ahora se encontraba sin vida.

Me levanté de la silla al ver que el había perdido el control.

Me pare a su lado y detuve el golpe —Ya está muerta, le dije sosteniendo su mano.

—No soy un traidor, dijo susurrando con la voz quebrantada.

—Lo sé, perdón amigo, dije y lo abracé se quebró y lo que guardaba por estas dos semana salió empezando a llorar diciendo que él jamás me traicionaría, decía que yo era su hermano, su ídolo, su todo, él jamás haría algo que me dañara, sus palabras me hicieron sentir culpable lo abracé fuerte.

—perdón por desconfiar de ti, dije, su quebranto, me dolía, ya que fui el causante de su descontrol.

Se separó de mi, limpio sus lágrimas y dijo que dejara mis niñerías que él no era mujer para quererme follar, su comentario me hizo sonreír, tenía dos semanas que no escuchaba sus absurdos comentarios y no puedo negar que me hacían falta.

Vi que el tenia una botella de whisky, en un extremo, fui por ella regrese al lado de él, quedamos sentados en la mesa al frente del cuerpo sin vida de Anna.

Tome un largo trago desde la botella y se la ofrecí para que el tomara un trago, en silencio tomamos el contenido de la botella.

Todos mis hombres conocían mi identidad, tome la máscara en mis manos y juntos salimos de la bodega, mis hombres estaban atentos al vernos abrieron la puerta de mi auto, donde subimos atrás y uno de mis hombres condujo a mi casa.

Cuando llegamos, mi nana nos recibió y la sangre en Andrés la hizo saber que pasó, llevamos a Andrés a una habitación y de allí me fui a la mía a descansar.

Llame a Edgar mi jefe de seguridad dije que se encargará de Claudia, ya el sabía todo lo que debía hacer, que se quedara a su lado hasta que tuviera su auto y apartamento.

Dije que supervisará la limpieza y desaparición completa del cuerpo de Anna.

Edgar acato las ordenes y dijo que se encargaría de todo.

Me senté en la cama ya iban eran las ocho de la mañana, encendí mi computadora y vi como zaidimar fue levantada por su amiga, y cada paso que dieron instale cámara en todo su apartamento menos en la habitación de su amiga pero un audífono si puse, cuando su amiga preguntó si me enojaria por el vestido, su actitud a la pregunta saco una sonrisa de mi, no se que tenía esa mujer que me hacía sentir tan bien.

Puse la computadora a un lado, llame a la oficina que cambiara mi agenda, llegaba después de medio día.

Dejando las indicaciones fui al baño, tome otra ducha coloque un bóxer y me tire en mi cama de esa manera, teníamos dos semanas sin dormir tranquilos y por fin hoy iba a descansar sabiendo que mi amigo está en una habitación al lado de mia.