Elliot, un omega puro y dominante, se disfraza de un chico feo y humilde para convertirse en sirviente (Asistente personal) de Cassian Lancaster, un alfa dominante y heredero de un imperio empresarial. Lo que comienza como un acto de protección hacia él mismo se complica cuando surge una atracción inesperada entre ellos. Cassian, intrigado por su misterioso sirviente, no sospecha que tras su apariencia se oculta alguien completamente diferente. Ambos terminan enamorándose sin darse cuenta. ¿Qué pasará si Cassian descubre la verdad sobre Elliot?
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📌 BL/Omegaverse (ChicoxChico)
📌Embarazo Masculino
📌 Ocultamiento de Identidad
📌 Omega ¿débil? x Alfa fuerte
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Capítulo 13
Cassian no dejó de molestar a Elliot ni siquiera durante el desayuno, señalando sus propios labios con una sonrisa ladina, provocando que el omega desviara la mirada con el rostro encendido.
Desde la noche anterior, Cassian no había dejado de hacer insinuaciones, y ahora, frente a toda la familia, seguía con su descaro.
—¡Ew! ¿Qué le pasa a mi hermano, mamá? —le susurró Celine a Ross, frunciendo el ceño ante el comportamiento de Cassian.
—Tal vez está enamorado, no le des mucha importancia, mejor… —Ross sonrió con complicidad, pero Celine la interrumpió antes de que pudiera continuar.
—Sí, sí, sí. Mejor pensaré en los kilos de más en mi cuerpo. ¡Ya verás, tendré dos novios al mismo tiempo! —afirmó con seguridad.
—¡Dios mío! ¿Dos novios? ¿Quieres ser una playgirl o qué? —Ross no pudo evitar reír ante la confianza de su hija.
Celine solo sonrió ampliamente, convencida de que recibir el doble de atención sería lo mejor del mundo.
—¡Shu, shu, shu! —dijo mientras se daba golpecitos en la barriga, como si estuviera ahuyentando la grasa.
Elliot suspiró, aliviado de que la conversación cambiara de dirección. Pero al alzar la vista, Cassian le guiñó un ojo de manera descarada. "¡Este alfa no tiene vergüenza!", pensó, sintiendo que su temperatura subía de nuevo.
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Después del desayuno, la familia Lancaster siguió con sus actividades diarias. Demian se fue al trabajo, Cassian a la universidad y Celine a la escuela. Mientras tanto, Ross se quedó solo en la mansión, ya que no tenía compromisos ese día.
—Elliot… —llamó Ross con tono tranquilo.
Elliot, que se encontraba cerca, se apresuró a responder.
—Sí, señor.
—Pronto será el cumpleaños de Cassian, y tú como su asistente personal, debes elegir un traje para la fiesta —explicó Ross, entregándole un catálogo de su boutique de confianza—. Elige con calma, no hay prisa.
Elliot miró el catálogo con sorpresa y cierta incomodidad.
—Pero, señor, me siento más cómodo con mi uniforme, no creo que esto sea necesario —respondió con honestidad.
Ross entrecerró los ojos y usó su táctica infalible.
—Oh.. ¿Así que no quieres aceptar mi regalo? — Dijo mientras agachaba la cabeza con tristeza.
—N-no es eso, señor… —Elliot se puso muy nervioso.
—Entonces acéptalo. —Ross le dejó el catálogo en las manos y se marchó con una sonrisa.
—Eh...
Elliot lo sostuvo con una expresión difícil de descifrar. La familia Lancaster tenía la costumbre de imponer cosas, pero siempre lo hacían con buenas intenciones.
Suspirando, decidió concentrarse en sus labores y ese día limpió la habitación de Cassian con especial dedicación, y también lavó su ropa con extremo cuidado.
Mientras sacudía una de las camisas del joven alfa, un aroma intenso y varonil le envolvió. Su cuerpo reaccionó instintivamente, y antes de darse cuenta, acercó la ropa a su nariz.
—El aroma del joven amo sigue impregnado en ella… —susurró sin pensar.
Al darse cuenta de lo que hacía, Elliot se apartó bruscamente, escandalizado.
—¡¿Q-qué estoy haciendo?!
Se llevó las manos a la cara, sintiendo su piel arder de vergüenza. Todo era culpa de Cassian, quien lo molestaba constantemente y lo trataba como si fuera su pareja. Estaba comenzando a dejarse llevar por la atmósfera envolvente de sus feromonas.
—¡Reacciona! —se dijo mientras se daba unas palmadas en la cara, intentando despejar su mente.
Tal como Cassian había dicho, ese día estaba ocupado con clases y no regresó hasta la tarde.
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Tiempo después...
—¿Dónde está Elliot? —preguntó Cassian al llegar.
—Está en el jardín, joven maestro —respondió un sirviente, tomando su bolso.
Cassian frunció el ceño.
—¿En el jardín? ¿No debería estar dándome la bienvenida?
Con expresión molesta, se dirigió al lugar. Allí encontró a Elliot ayudando a los demás empleados a quitar flores marchitas y plantar otras nuevas.
—Elliot… —lo llamó con voz firme.
Elliot, de repente, se detuvo y se apresuró a acercarse a su joven maestro.
—Bienvenido de vuelta, joven amo —se inclinó con respeto.
Cassian lo escaneó con la mirada, notando las manchas de tierra en sus manos y ropa.
—¿Qué haces aquí? Esto no es tu trabajo. Deberías haber estado esperándome y atendiendo mis necesidades —se quejó, claramente disgustado.
—Terminé mis responsabilidades temprano, así que decidí ayudar en el jardín en lugar de quedarme sin hacer nada, joven amo —explicó Elliot.
Cassian arqueó una ceja.
—¿Quién dijo que terminaste tus responsabilidades?
—¿Eh? —Elliot lo miró sin entender.
Cassian se cruzó de brazos y lo miró fijamente.
—Cuando termines tu trabajo, debes usar tu tiempo para pensar en mí, ¿entendido?
Elliot quedó boquiabierto.
—¿Este joven amo qué cree que soy?
Cassian sonrió con satisfacción ante su expresión desconcertada.
—Mi pareja, por supuesto.
Elliot sintió que su corazón se saltaba un latido.
—¿Una pareja con sueldo, joven amo? ¿Eso significa que soy un amante pagado? ¿Qué clase de gusto extraño es ese? —preguntó con incredulidad—. Debería ir a revisarse la vista, joven amo.
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