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La Sombra Del Deseo

La Sombra Del Deseo

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Completas / Yuri / Posesivo / Mujeriego enamorado / Triángulo amoroso
Popularitas:4.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Cris_R

"Ser una cobarde en el amor, ¿te puede costar tu propio corazón? Freya seguirá huyendo de sí misma."
Tendrá que decidir entre el amor o la pasión
Descubre lo que sucederá 🤓

Esta historia es solo amor entre chicas

NovelToon tiene autorización de Cris_R para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 13: La distancia entre nosotras

Para finalizar nuestro almuerzo, pedimos un postre. Las dos éramos fanáticas de lo dulce, y como de costumbre, compartimos el mismo platillo. Disfrutamos juntas de aquel momento feliz, una especie de calma que nos envolvía, como si el mundo exterior no existiera por un rato. Pero esa armonía se rompió cuando mi celular sonó.

Charlotte tenía mi teléfono porque le había pedido que lo guardara en su bolsa, pero en lugar de eso, lo había dejado a un lado junto al suyo. Su rostro cambió al leer la notificación, y su expresión de enojo dejó claro que el mensaje no era agradable. Era como si toda la tranquilidad que compartíamos se desmoronara en un segundo.

—¿Disfrutaste tu fin de semana con tu novia? —leyó en voz baja. Era un mensaje de Min-ju.

El nudo en mi estómago se apretó al escuchar su voz. Mi reacción fue intentar ignorarlo, como si al no prestarle atención pudiera borrar lo que estaba sucediendo, pero Charlotte no lo dejó pasar. Respondió con un tajante "estuvo genial" y adjuntó una foto de nosotras junto a la fogata, sonriendo.

Intenté comer más rápido, pero no pude evitar sentirme atrapada en la situación. Frente a nuestra mesa, Min-ju nos observaba con esa actitud desafiante que tanto me ponía nerviosa. Charlotte, en su habitual forma, le lanzó una mirada fulminante, casi como si intentara atravesarla con los ojos. Mi piel comenzó a sudar; temía que sucediera algo.

—Vamos, cariño. Estoy muy llena —le dije, levantándome apresuradamente y dejando dinero sobre la mesa, como si el acto de irnos pudiera disolver la tensión.

—¡Ja, ja, ja! —La risa de Min-ju resonó en el pequeño restaurante, haciendo que todos voltearan a verla. Estaba claro que había escuchado nuestra conversación.

Charlotte estuvo a punto de levantarse para ir hacia ella, pero la sujeté de la mano y la llevé fuera del lugar antes de que pudiera hacer algo. Una vez afuera, sentí algo de alivio. No quería que se molestara más; Charlotte podía ser realmente intimidante cuando estaba enfadada. Sin embargo, me preocupaba que ese enojo se desbordara y nos arrastrara a algo más grande.

Pero antes de que pudiéramos alejarnos, la voz de Min-ju me sobresaltó.

—¿Cómo te la pasaste el viernes? —susurró de repente en mi oído, con un tono provocador que me hizo brincar.

Charlotte se detuvo en seco y la enfrentó con una mirada furiosa, una mezcla de rabia y dolor evidente en su rostro.

—¿Qué quieres? ¿No ves que ya nos vamos, Min-ju? —preguntó con dureza, la tensión palpable en cada palabra.

—Solo le recordaba a tu novia la noche que pasamos juntas —respondió ella con una sonrisa juguetona, como si estuviera jugando un juego que solo ella entendía.

—Cállate, Min-ju. Fue un desliz. Así que aléjate —dije, intentando sonar firme, aunque mi voz traicionaba un dejo de inseguridad.

Min-ju, con toda su audacia, se inclinó hacia mí y me dio un beso rápido en los labios antes de alejarse, dejándonos en un incómodo silencio.

Charlotte no dijo nada. Simplemente suspiró profundamente, un suspiro tan pesado que pareció arrastrar toda la carga de la situación.

—Otra regla: no dejes que te bese, toque o se acerque a ti en público. Es molesto —murmuró, y su tono era triste, como si ya no estuviera segura de lo que pensaba de todo esto.

Caminamos en silencio hasta mi departamento. Cada paso que daba junto a ella me recordaba el abismo creciente entre nosotras. Ya adentro, intenté aliviar la tensión, aunque sabía que no sería fácil.

—Voy a ducharme. ¿Me acompañas? —le dije, intentando bromear, pero mis palabras sonaban vacías, como un intento desesperado de devolver la normalidad a la situación.

—No, lo haré después de ti —respondió sin emoción, y su frialdad me recorrió como un escalofrío.

Me bañé con calma, dándome tiempo para pensar. Mientras el agua caliente me rodeaba, mis pensamientos se agitaban con la misma fuerza que el agua sobre mi piel. Cuando salí, ella tomó su turno en la ducha, pero el aire seguía pesado, como si estuviéramos atrapadas en una burbuja de incomodidad.

Más tarde, ya en la cama, traté de besar su mejilla, pero ella apartó mi rostro con delicadeza, como si no estuviera lista para aceptar mi gesto de afecto. Sin saber qué más hacer, comencé a hacerle cosquillas, intentando arrancarle una sonrisa, aunque en el fondo sentía que no estaba siendo honesta conmigo misma.

—¡Ja, ja, ja! ¡Te estás vengando por las cosquillas de ayer, ¿verdad?! —rio mientras su carcajada llenaba la habitación. Pero no fue una risa completamente genuina. Era una risa forzada, una respuesta automática, como si no quisiera dejarme en claro cuánto me hería el silencio.

—Exacto —respondí, sonriendo, aunque aún sentía el peso de su enfado, de la herida que aún no se curaba.

Sin querer, mis manos se deslizaron por su pecho. Charlotte las apartó de inmediato, un gesto tan cortante que me hizo sentir como si no supiera quién estaba frente a mí.

—Lo siento, fue sin querer —me disculpé, apenada por su reacción, pero sabía que no se trataba solo de ese toque accidental. Había algo más en el aire, algo que no se podía ignorar.

Ella se volteó, dándome la espalda, y el silencio volvió a instalarse entre nosotras. Después de unos minutos, no pude contenerme más.

—¿No quieres que te toque?

—Mmm... —murmuró, sin mirarme, y esa indiferencia dolió más de lo que quería admitir.

—¿No te gusto?

—No digas tonterías. Es solo que... olvídalo —respondió, dudosa, como si las palabras se le estuvieran escapando sin querer.

—Dime. No tenemos secretos, ¿recuerdas? —intenté tranquilizarla, pero la inseguridad que sentía era tan palpable como el aire en mis pulmones.

Charlotte suspiró profundamente antes de hablar, como si al hacerlo estuviera dejando ir algo que le pesaba.

—Es solo que... para ti parece que todo se trata de sexo. Solo deseo, nada más.

Sus palabras me dejaron helada. Sabía que con otras mujeres mi relación había sido puramente física, pero lo que Charlotte quería no era lo mismo. Ella quería algo más. Algo que yo no había sabido dar.

—¿Qué tiene de malo? Ya lo habíamos hecho antes —respondí, sin entender del todo a dónde quería llegar, como si pudiera justificar todo con la simple existencia del deseo.

—Ese es el problema, Freya Te quiero tanto, y sí, también te deseo, pero quiero que me veas de otra manera. Ya no quiero que sea solo sexo. Quiero que conectemos.

El peso de sus palabras llenó la habitación de

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dora leidy Yara bonilla
buenisima
Cris_R: Me alegra mucho que te gustara, tendré otra continuación para que estés al pendiente 🤓
total 1 replies
Pamela Duran Sandoval
hay Freya pienso que deberías decirle a min que no estás segura de casarte que no te sientes capacitada para dar ese paso en tu vida
Pamela Duran Sandoval
hay frente aún estás enamorada de Charlotte te distes cuenta demasiado tarde
Pamela Duran Sandoval
Freya recuerdas lo que dijo tu madre al despedirse de ti busca tu felicidad y no ocultes tus sentimientos
Pamela Duran Sandoval
la cagastes Freya como pudistes decir eso cuando se nota a leguas que estás enamorada de ella porfavor autora otro capítulo más de su novela gracias
Cris_R: Ya subí,me alegra mucho que te gustara, espero tu apoyo 😄
total 1 replies
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