Bienvenidas a esta nueva historia!
La vida de Katrina Harper directora del hospital y especialista en oncología.
Una mujer dedicada, para todos ella tenía una vida perfecta, el matrimonio soñado, un esposo esculpido por los dioses y un hijo prodigio.
pero ¿cual es la verdadera historia de Katrina?
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11 un adelanto de lo que viene
Eleanor
Salí del hospital, observando que nadie me viera salir, subí a un taxi y fui directo a casa de Jacobs, ese maldito miserable y sabía que tendría que dar algo a cambió por obtener esas pruebas, mis labios se curvaron levemente, ya se lo que haré; Era momento de terminar con su vida, de la mejor manera, morirá como un gusano retorciéndose, jamás podrán probar que fui responsable de ello, abrí mi cartera, allí estaba el veneno que era para el escuincle de Anthony. Miserable haré pagar lo que me hiciste.
En unos suburbios, Eleanor hablaba con unos rusos que hacían trabajos sucios, ella estaba parada viendo al jefe que se acercó a ella, este hombre tenía un diente plateado, era de unos 50 años o más.
El hombre tenía una mirada lasciva. — Mira nada más, a quién tenemos aquí, — Jacobs Petrov, acarició la mejilla de ella, se lamió ligeramente sus labios. — La niñita de papá, estás hermosa,— Tomó un mechón de cabello, lo llevó a su nariz, por primera vez Eleanor sintió un frío recorrer su espalda. — Hueles a niña rica, pero dime Lea que quieres?
Eleanor apretó sus puños, cerró sus ojos con fuerza sentía repugnancia, al recordar que este era aquel hombre que abusó de ella en su infancia, trago saliva. — ¡Necesito que me ayudes, me debes! Me arruinaste mi infancia y nunca más pude ser igual.
El hombre soltó una carcajada retorcida, — mira nada más, ahora eres altanera. — El hombre reprochó, la atrajo pegando su virilidad en el glúteo de ella. — Sabes que no olvidó esa noche.
Eleanor sentía repugnancia pero necesitaba la ayuda, — Sí no puedes hacer esto, mejor me voy, creo que fue una mala idea venir aquí…
Ella se soltó de su agarré, caminó con soberbia, aunque en lo más profundo de su interior sentía que se derrumbaba en cualquier momento. — Alto allí, tranquila borreguita, no dije que no lo haría, en realidad sí lo puedo hacer dime que y enviaré a los mejores hombres hacer lo que desees, viviré para hacer tu voluntad, pero tendrá un precio.
Eleanor tragó saliva, sabía que tendría un precio, ahora debía seguir el juego,— Haré lo que me pidas! Pero necesito que vayan a la mansión de Vannicelli, hay pruebas que me incriminan con la muerte de un hombre, necesito tenerlas en mis manos, si lo haces tendrás lo que quieres…
Ella hablaba con firmeza, el hombre se acercó y tomó por él cuello, pasó su lengua por el rostro de Eleanor, — ¿Sabes que después de esto estarás en mi mano? — Él hombre sonrió ladinamente.
Sí, lo sé perfectamente! — Ella sonrió dejando un beso en los labios de aquel hombre.
Eloísa estaba terminando de preparar las cosas del almuerzo sobre la mesada en la cocina, eran las 8:30 se encontraba sola, un ruido llamó la atención. — ¡Mi niño ya llegó! — Ella sonrió saliendo de la cocina y lo primero que vio fue a tres hombres de negro, con capucha, otros dos salían del despacho.
— Hay una mujer aquí — Susurró uno de ellos, Eloísa retrocedió tres pasos atrás.
— ¡No me hagan daño por favor se lo súplico!
¡Vamos vieja! — Los hombres la golpearon, ella estaba casi inconsciente, la arrastraron hasta la cocina.
— ¡Mmm! No!— Apenas audible Eloísa clamó por su vida.
Los hombres se burlaron a carcajadas, las patadas se hicieron presente, los golpes eran como si estuviesen jugando al fútbol. Los gemidos de Eloísa se desvanecen a medida que los múltiples golpes frenaban en su cuerpo.
— ¡Basta debemos irnos! — Uno de ellos se alarmó al escuchar ruidos en la entrada, todos salieron por la puerta de servicio.
Alessandro llegó a la mansión, del enorme portón de entrada hasta la casa, había 50 metros hasta llegar a la enorme mansión. — ¡Nana ya estoy aquí! — Él fue al despacho y encontró todo tirado y la caja fuerte abierta, su corazón se aceleró, salió corriendo hasta la cocina, las imágenes delantes de sus ojos, lo dejaron paralizado, Eloísa estaba cubierta de sangre, él cayó sobre sus rodillas, sus manos temblaban, — ¡Nana! Por favor dime algo…— sus ojos se nublaron y sus lágrimas no tardaron en salir, tomó el pulso de ella estaba débil, pero aún podía salvar su vida, la levantó en brazos y salió de allí, la dejó en el asiento trasero del automóvil. — ¡por favor resiste! — decía Alessandro saliendo de la mansión, tomó el teléfono y llamó a su mano derecha.
● Franco trae a la policía a la mansión…
La angustia era evidente en cada palabra que salía de su boca.
● Hermano qué sucede ¿estás llorando?
● ¡Entraron y golpearon a Eloísa, estoy camino al hospital!
● Bueno, tranquilo!
● ¡Tranquilo! ¡No, no mi padre y ahora Eloísa, sabían de las pruebas, por eso fueron directamente a la mansión, solo hazlo hermano necesito tu apoyo!
Finalizó la llamada, limpiaba sus lágrimas ligeramente, — No te mueras, Nana que haré sin tí…
Mientras tanto Giovanni se encontraba en la empresa, — Liz! — Rugió furioso cuando la asistente entró a la oficina.
Señor Giovanni…— Ella habló nerviosa.
Él levantó la mirada, era imposible concentrarse, Eleanor no contestó sus llamadas y tampoco llegó a la casa, ya que él llamó y las empleadas dicen que desde muy temprano salió y no regresó. — ¿No pudiste comunicarte con Eleanor?
La chica negó entrelazando sus dedos detrás de la espalda,— Lo lamento mucho, pero llame y está fuera de línea.
Él se puso de pié soltando un suspiro, — Bueno necesito que suspendan mis reuniones el día de hoy.
“Este hombre dejó de comer pan por migajas, que pena me da” se decía a sí misma la asistente,— como ordene señor…
Ella se retiró de la oficina, Giovanni salió por el pasillo y los empleados murmuraban entre sí lo veían desalineado, — ¡Que están viendo, a trabajar manga de holgazanes! — Los empleados volvieron a sus lugares, nunca antes Giovanni había gritado de esta manera, él salió de la empresa y se dirigió a la nueva mansión.
Mis querid@s lectores! Gracias por leer.
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