Vuelve A Ser Mi Esposa

Lorena.

La verdad es que no todas las mujeres podemos tomar vino, después de almozar Ricardo como siempre humillándome en cada oportunidad encontrada, me invita una copa de vino y me la tomo de inmediato hasta que acabe la botella, prácticamente yo sola, porque el solo se tomó una copa, me propone destapar otra botella y

acepto, mientras se dirige a buscarla me sumerjo en mis pensamientos “que tal si fuéramos una pareja de verdad”, creo que mi amiga Katia se tendrá que quedar en Estados Unidos, este hombre es un bastardo, no puedo seguir humillándome ante él, mañana llamare a Katia y le diré que perdí la apuesta, me quedo mirando fijamente al mar, cuando escucho a Ricardo decir No es una buena opción tirarte, le respondo Ya quieras tu para librarte de este matrimonio, pero no pienses demasiado no tienes que matarme desde que termine el contrato pienso marcharme de tu vida, nos insultamos un poco más, cuando de repente sentí sus labios sobre los mío y al principio me quede sin saber qué hacer.

Mi cuerpo en ese momento se entregó como un tonto, solo quería seguir que me cogiera todo lo que queda del día, siento que me carga y me lleva a la habitación, mi corazón late a mil, toma mis senos y juega con ellos, yo hago movimientos involuntarios y me toma de las manos y la coloca detrás de mí, baja a mi intimidad y siento lo que nunca en mi vida había sentido, un calor desde lo más profundo como que si mi cuerpo fuera a explotar, termino en su boca y sube nuevamente hacia mis pechos, siento que se aparta para quitarse el pantalón, cuando de repente sueña su celular, hasta ahí llego la magia, volví a mi cruda realidad, sale y me deja en la cama como estúpida necesitada.

No sé porque mis lágrimas caen, aun así espero en la cama mi cuerpo pidiendo a grito explorar lo nuevo, pasan alrededor de 15 minutos y Ricardo no llega, tomo un baño y me vuelvo a colocar el bikini porque no traje más nada para cambiarme, e miro al espejo y limpio bien mi cara para disimular, al Salir veo que Ricardo se está tomando un wiski muy tranquilo mirando la costa, no sé porque eso me dolió mas, simplemente me usó, me acerco y le digo que volvamos al hotel, y solo me responde de acuerdo y da la orden de regresar.

Ricardo

No sé en qué estaba pensando cuando estaba con Lorena, no puedo caer en sus garras, pero lo peor es que no sé porque me moleste tanto con Vanessa por su llamada, de no haberme llamado todavía estuviera disfrutando a de Lorena, sé que ha estado con muchos hombres por como habla, por eso tengo que demostrarle que soy mejor que todos esos que la han tocado.

Lorena será una más de mis lista, he estado con muchas, pero en mi corazón solo existe Vanessa, hoy me llamo para pedirme más dinero, según me dijo tiene nueva pasarela y tiene que impresionar con su vestimenta, le transferí de inmediato y pensé bajar a la habitación con Lorena, pero no quiero que se haga ilusiones, solicito a uno de los empleados un wiski, me lo entrega y me pierdo en mis pensamiento con la imagen de Lorena en mi mente cuando escucho que ella se acerca y me pide que volvamos al hotel, sin pensarlo le respondo de acuerdo.

Llegamos al hotel me di un baño y me vestí informal, necesito llamar a Amanda para que me ayude a desahogar todo el deseo que dejo Lorena en mí.

Llego al apartamento de Amanda, tengo llave entro y la veo acostada en la habitación con

una lencería esperándome.

Uso todas mis fuerzas para embestirla una y otra vez, cuando termino solo se me ocurre decirle me tienes loco Lorena.

-          ¿Quién es Lorena?

-          Quizás escuchaste mal

-          No amorcito no escuche mal, pero si me vas a seguir cogiendo así, me puedes llamar, Lorena,

Sofía, como quieras.

-          Adiós me tengo que ir

Me retiro el preservativo y me dirijo al hotel, no le puedo dar de que sospechar a Lorena, aun no sé cómo pude mencionarla estando con Amanda, reconozco que esa mujer me trae loco.

Al llegar al hotel la encuentro dormida, la despierto y le digo que nos regresamos a Italia esa misma noche, solo me dice ok y  se pone hacer sus maletas, en el camino de regreso a casa ninguno de los dos hablamos.