Mi Antiguo Guardaespaldas

( Mauricio )

Llevó cuatro años manejando la mafia más poderosa de Europa he cambiado mucho éstos cinco años viviendo con mi padre, según el era débil y tuve qué cambiar mi forma de ser, hace dos años mis abuelos fueron asesinados en Nueva York, les prendieron fuego la casa mientras dormían y lamentablemente murieron quemados, aún no he podido dar con el asesino o los asesinos pero juro por mi alma que lo haré y el día que eso pase desearán no haber nacido nunca.

Tengo una vida llena de lujos, poder y dinero pero no soy feliz, siento que me falta algo, extraño a mis abuelos claro que sí, pero es cómo si algo me faltará para ser feliz y no se que es..

Tengo dos grandes amigos que hice aquí en Italia trabajaban para mí padre y ahora trabajan para mí como mis manos derecha, Giuseppe y Antonio son muy leales y excelente hombres además de ser muy letales en su trabajo, ambos tienen más o menos mi edad por lo que nos entendemos a las mil maravillas..

Soy dueño de varios casinos y clubes nocturnos los cuáles me gusta ir de vez en cuando a buscar una buena mujer para pasar un buen rato, no es que sea un mujeriego ni nada de eso, pero como todo hombre tengo mis necesidades..

Llevó varios años soltero y aúnque mi padre insiste en que me case con la hija o sobrina de un socio, no recuerdo bien, yo me niego rotundamente, es una mujer de unos veintiocho años, caprichosa y prepotente que se lleva el mundo por delante y yo sinceramente odio ese tipo de mujeres

Tengo una villa en Sicilia con una hermosa vista al mar, me gusta sentarme a ver el amanecer mientras pienso en mi vida pasada, en los míos, mis abuelos, los amigos que tuve que dejar en Nueva York y en ella, mi pequeña mocosa quién sabe cómo estará en estos momentos, debe de estar convertida en una hermosa mujercita, debo de a ir a la universidad para ser la gran doctora que siempre deseo llegar a convertirse.

Tal vez ya tenga novio y aúnque me pone demasiado celoso sólo deseo que este siendo muy feliz como siempre lo fue, mi pequeña Candela merece lo mejor de la vida..

Sacudo mis pensamientos y vuelvo a mi despacho y comienzo a trabajar con mi computadora debo de preparar las rutas para los embarques de cocaína y armas para los chinos, me pase casi toda la tarde en eso de pronto siento que abren la puerta y es Giuseppe siempre con una sonrisa, a pesar de todo lo malo que le pasó en la vida siempre está de buen humor..

- Qué sucede? - pregunté acomodando unos papeles sobre el escritorio

- Tiene que suceder algo para venir a ver a mi querido hermano de distintos padres?

- No sólo que hace un rato dijistes que ya te ibas, qué querías dormir

- De verdad creíste que iría a dormir un viernes tan temprano? Acaso crees que soy un amargado cómo tú? A veces me preguntó si tú cuando eras chiquito te pico un alacrán o tus abuelos en vez de leche de daban limones para que seas tan A - MAR -GO!! - lo último me lo deletreó en la cara casi escupiendo me si no fuera mi gran amigo ya le hubiera bajado los dientes de una buena trompada

- Giuseppe!! - Protestó mientras el ríe

- Antonio nos acaba de invitar para ir un rato al club que dices?

- Sabes que me aburren esos lugares

- Anda a ver si te consigues una mujer para que te de una buena follada que es lo que necesitas, y dejas esa cara de velorio..

- Tal vez tengas razón y necesito salir un poco..

- Ok nos vemos a las nueve en tu club del centro y por favor no lleves esa cara.. Gracias.. Adiós - dijo apurado cuando me vió tomar el cenicero que había arriba de mi escritorio

Moví mi cabeza de un lado negando la situación, Giuseppe es así siempre está bromeando, es un buen hombre que la vida golpeó duro, sus padres lo abandonaron a los seis años en la calle a la buena de dios, eran unos drogadictos que unos meses después murieron de una sobredosis, entro a trabajar para mí padre a los catorce años como guardia hasta que fue escalando de posición hasta convertirse en mi uno de mis dos hombres de mi confianza absoluta.

Antonio es hijo del jefe de seguridad y también es un buen tipo, sólo que el es más serio, pero la verdad es que les tengo un gran aprecio a ambos.

Después de un rato me retiró a mi mansión, me doy un baño y me acuesto un rato a observar el techo, no tengo ganas de salir, pero ya di mi palabra y soy un hombre que siempre cumple su palabra, me coloque un pantalón negro y camisa negro desprendida mostrando los tatuajes de mi pecho, tomó las llaves de mi Lamborghini negro último modelo y salgo de la mansión manejando a más de 140 Km por hora es una preciosura como anda este auto, la carrera está vacía, aceleró a fondo en las decenas de curvas que hay en esta carretera y en media hora estoy estacionando en mi lugar exclusivo, bajo y camino apresuradamente hasta el segundo piso en dónde está nuestra mesa especial por ser el dueño, mis amigos ya están esperando, Giuseppe tiene una pelirroja y una rubia sentada en sus piernas una en cada una, mientras que Antonio tiene una morocha despampanante, me siento y me pido un whisky bien fuerte, el lugar está llenó, las mujeres bailan sensualmente en los caños y otras se acercan a intentar seducirme, pero la verdad es que solo deseo tomar unos tragos y volver a dormir, este tipo de mujeres ya me comienzan a asquear, a veces me gustaría tener una buena mujer a mi lado, pero todas son unas interesadas que solo se acercan a mí por mi dinero…

Dos días después estaba trabajando en mi despacho con normalidad cuando entro Antonio con una sonrisa en su rostro eso es muy raro en el

- Buenas noticias! Encontramos a los asesinos de tus abuelos. Fueron los Estadounidenses, querían venganza por haberles ganado territorio ya que ellos querían quedarse con la parte Norte de Italia..

- Entiendo, prepara todo en una semana viajamos a Nueva York, es hora de que esas escorias paguen lo que hicieron… - digo sirviendo me un whisky

Una semana después estamos subiendo al avión rumbo a Nueva York a cobrar la muerte de mis queridos abuelos los seres más maravillosos del mundo, a los que les debo todo lo que soy, no se porque siento que apartir de este viaje mi vida cambiará para siempre.