Esposa Por Herencia

Roslain estaba hecha una furia. Le quedaba como anillo al dedo el dicho, si me pinchan no echo sangre. En este mismo instante podrían cortarle las venas que no saldría nada, estaba roja de coraje. ¿Como podía ese hombre que siempre la respetó humillarla de esa manera?. De seguro esta noticia estaría mañana en los medios, con los chismosos que son los sirvientes y con un show de esta magnitud, seria la comidilla en la sociedad.

Adrián: madre, ¿qué es esto?, que vergüenza.

Rosalin: díselo a tu padre, aunque no sé como lo logra. Con esa agitación debería morirse de un infarto. El veneno ya debe haber hecho estragos en su cuerpo.

Adrián: pues no parece. ¿Cómo nos libraremos de esa mujer?.

Rosalin: ¿por que no lo intentas?, eres joven, atractivo y estoy completamente segura de que esa chica no está con Alberto por amor. Eso no existe, así que seducela, se ve que es inexperta.

Adrián: una sonrisa ladina se formó en sus labios hace tiempo codiciaba a esa mujer. Lo intentaré, es hermosa. De todas formas yo podré complacerla más que ese anciano. Aunque debo preguntarle a mi padre cuál es su secreto, quiero llegar a esa edad, con ese ímpetu. Todavía se escucha el escándalo de esos dos.

Rosalin: serás imbécil.

Adrián: 🤷

Alberto: jajajaja está que hecha fuego por la boca.

Isabella: cualquiera, por lo menos la grabación ya acabó. Que vergüenza, ¿cómo pudo ocurrirsele algo asi a el doctor Connor?.

Alberto: tendré que felicitarlo, fue una buena idea.

Isabella: cómo miraré la cara de los demás.

Alberto: con autoridad, no olvides quien eres ahora.

Isabella: yo no se si podré hacerlo.

Alberto: puedes y lo harás, yo me encargare de ello. Eres mi heredera hasta que Dorian vuelva y debo prepararte, ya que no podré estar siempre contigo.

Isabella: no diga eso.

Alberto: tú mejor que nadie sabes que es verdad.

Los días se hicieron semanas, meses, años y Alberto tal como había dicho la transformó por completo, hasta el punto que había quedado en el olvido su intención original de ser libre. La formó académicamente, cursó una carrera en administración y se especializaba en una rehabilitación. Fueron carreras que Alberto le había pedido que estudiara y no lo vio mal. Tenía el potencial para desarrollarse y le estaban dando la oportunidad de hacerlo. Aunque ocupaba la mayor parte de su tiempo, pudo verse realizada al ser una profesional. Inteligentemente la fue moldeando, convirtiéndola en una mujer confiada de si misma y capaz de defender por si sola el patrimonio que resguardaba. Su carácter se hizo más fuerte ya no era sumisa ni tímida, no tenía tiempo para serlo. Tenía que mantener a raya a Rosalin, aunque intentó varias veces terminar con la vida de Alberto, siempre logró evitarlo. Asi como los intentos frustrados de Adrián por conquistarla. Pero el tiempo se acababa ya habían pasado tres años y los síntomas que hasta ahora habían ocultado ya se hacían evidentes. Había perdido mucho peso, ya que sufría de constantes malestares estomacales y su apetito cada vez disminuía mas. Había días en que le costaba moverse, pues su cuerpo no tenía las fuerzas para estar en pie, dejándole esa sensación de entumecimiento. Su salud era más frágil que nunca. Cualquier virus o infección lo atacaba con severidad , lo sabía su fin estaba cerca.

Alberto: se me acaba el tiempo.

Isabella: no digas eso, te recuperaras.

Alberto: sabes que no es así, pero gracias por permanecer a mi lado.

Isabella: sabes, accedí a ayudarte para poder vivir mi propia vida, después que todo terminara. Pero te has convertido en un padre para mi. Me has hecho ser quien soy hoy, nunca pensé que sería capaz de lograr dirigir una gran compañía.

Alberto: sabía que lo harías bien, pero este viejo quiere aprovecharse una vez más de tu bondad. Dejé un testamento y quiero que lo cumplas, pero si es muy difícil o si no te hace feliz puedes dejarlo cuando quieras. No te sientas atada por mi petición.

Isabella: te conozco, ¿que hiciste?. Solo usas ese tono cuando sabes que has hecho lo que no debías.

Alberto: puede ser, pero quién me va a reclamar, tengo un pie en la tumba.

Isabella: no por eso te tendré lastima.

Alberto: jajajaja sin dudas te has convertido en mi hija, ¿y la arpía?

Isabella: bajo control, pero no se hasta cuándo. Por ahora la he mantenido a raya ya que han visto que soy capaz de tomar tu lugar, pero eso no durará para siempre.

En el transcurso de tres años los planes de Rosalin, se vieron frustrados una y otra ves. No pudo volver a administrarle otra dosis de veneno, pues Isabella era muy cuidadosa con lo que comía o le daba se comer a Alberto, y colocar el veneno en un objeto de uso común tampoco funcionó. Sus planes habían fracasado uno tras otro. Hasta su hijo había fallado en llamar la atención de esa chica, y para colmo se había hecho cargo de la empresa, pues contaba con la mayoría de acciones a su disposición. Definitivamente las cosas no habían salido como quería.

Isabella: ¿estás seguro de que volverá?.

Alberto: si, lo hará cuando este listo, tocan la puerta.

Isabella: adelante.

Connor: ¿cómo estas?.

Alberto: aguantando, ¿has hecho lo que te pedí?.

Connor: todo está listo.

Rosalin: al fin ese bastardo morirá. Hasta pensé que no le había hecho nada el veneno que tantas veces le di.

Adrián: con él fuera del marco sera mas fácil eliminar a Isabella.

Rosalin: eso espero, esa perra se ha hecho con el control.

Isabella: ¿cuánto le queda?

Connor: no le queda tiempo, de hecho es un milagro que aún siga con vida. Solo le pronostique un año y va por tres. Aunque ese mérito es tuyo por tu cuidado y suyo por terco, obstinadamente quiere ver a su hijo.

Isabella: ¿no se sabe nada de Dorian?.

Connor: no, lo he buscado pero nada. Es como si no existiera. Se que tienes trabajo pendiente, Miguel te está esperando abajo. No te preocupes yo me quedaré con Alberto.

Isabella: gracias, no me gusta dejarlo solo.

Miguel: señora Isabella, tiene un evento esta noche.

Isabella: ¿cuantas veces debo decirte que me llames por mi nombre?

Miguel: lo siento, pero es la señora y eso no puede cambiarse.

Isabella: esta bien, vámonos no quiero demorar mucho, Alberto no está bien.

Esa noche se daban a conocer las nuevas figuras en el mundo de los negocios. Habían aparecido hace cerca de un año y habían llegado a la cima como la espuma. Nadie sabía quién era la figura detrás de esta empresa. Solo conocían la identidad del representante oficial. En la mansión todo estaba oscuro, una por una de las personas que estaban dentro se iban durmiendo de manera inexplicable. Mientras todos caían es este sueño profundo, una figura caminaba despacio y con algo de dificultad en la penumbra. Hasta llegar a la habitación del señor Lombardi, al lado de la cama dormía Connor completamente ajeno a lo que sucedía. Esa misteriosa figura se sentó al lado del anciano y puso en su nariz un frasco con algún tipo de sustancia que lo hizo despertar.

Alberto: ¿Dorian?