El Trono Robado

Ahora estoy acostada en mi cama, no soy capaz de sacarme de la mente hay aquel hombre que se me presentó hoy día en la mañana.

¿Cómo era que se llamaba?

Ya recuerdo, Bastian. el mismo hombre de mis sueños que al parecer si me conoce. Quiero saber más sobre este hombre ¿Por qué será que me busca?

Creo que son las dos de la mañana y todavía no puedo caer dormida. No puedo relajarme al pensar en eso en el hombre.

Le dije hasta la ubicación donde vivo porque si no, no me dejaría ir, hasta sabe mi nombre. ¿ Qué tan peligroso puede ser que se sepa mi nombre?¿ Será capaz de amenazarme?

Al parecer la señora loca también ha muerto. Así que ya no puedo preguntarle a ella sobre lo que está pasando.

Según mi sueño que tuve antes de conocerlo nos veíamos cercanos de cierto modo. Yo no tengo mala memoria ¿ Por qué no soy capaz de recordar recordarlo? ¿ Qué pasa si es que ya vino la casa hoy en la tarde y nosotras no estábamos?

......................

...Despierta Abriella ...

...Tienes que despertar ...

...Recuérdame ...

...No muy complicado ...

...Me ...

...Me lo prometiste ...

...Se supone que no me ibas a olvidar ...

...Se supone que no rompes las promesas...

...Me lo prometiste ...

...Prometiste ...

...Recuérdame ...

...…...

......................

Desperté de golpe.

No soñé nada pero pude escuchar lo que me decía, ¿Cómo fue que me reconoció si tenía mi identidad escondida?

Necesito despejar mi mente. Me aliste, me cambié la ropa y salí a trotar. Supongo que no dormí lo suficiente porque todavía no sale el sol.

Di alrededor de unas cinco vueltas, nunca en mi vida había hecho tantas vueltas. Al llegar a la casa me lave el cuerpo completo ya que estaba bastante sucia.

Al salir del baño me encontré con él en la cocina junto con Erik, Erik ya sabe caminar hasta corre por toda la casa.

— ¿Hoy vamos a salir a comprar las cosas verdad? — preguntó Elo desde la cocina.

— ¿Qué tenemos que ir a comprar? — pregunté

— Gaby recuerda, ayer dijimos que íbamos a remodelar la casa íbamos a comprar pintura — me recordó mi amiga.

Ayer pasaron muchas cosas, así que me cuesta recordar lo que pasó ayer, no es por mala memoria sino que es porque pasó todo muy rápido.

— Si sí, si quieres puedo pasar a comprar las cosas ahora yo no tengo ni un problema — Le dije a mi amiga.

— No es necesario, ya has hecho mucho por mí.

— Sabes que ahora que somos amigas eres una de mis preocupaciones, esto nos va a ayudar a ambas así que yo no tengo ningún problema en ayudarte a ti en arreglar esto — Le dije.

Ella se dio y me dejó ayudarla, además fuimos al pueblo en donde compramos pintura y escoba para barrer.

Si no me equivoco estuvimos toda la mañana barriendo y nos dimos cuenta que habían espacio en donde no alcanzábamos por la altura, así que Elo tuvo que ir a comprar un palo para poder unir a la escoba.

Yo la esperé fuera de la casa mientras barría la entrada ya que tenía que tener un buen aspecto por fuera igualmente.

Mientras barría vi que unos pies se pusieron enfrente mío, al mirar para arriba me di cuenta que era el mismo hombre, Bastian, que vi ayer y no me dejó dormir en paz.

— Si no me equivoco me dijiste que vivías fuera del pueblo, no es por nada, pero creo que está más cerca del centro de lo que creí — dijo él — ¿Aquí vives? Si quieres te puedo ayudar a limpiar se ve bastante desordenado todo.

— No te mentí, si vivo fuera de la ciudad. Ahora estamos ordenando esto ya que mi amiga va empezar a vender cosas aquí mismo — Le dije, es insistente, pero no me molesta.

—Si quieres las puedo ayudar, no tengo ni un problema, de hecho, tengo demasiado tiempo ahora. — Quién soy yo para rechazar esto mientras más gente ayuda a ordenar más rápido terminamos.

Le ofrecí la escoba y le mostré el lugar en el techo donde nosotras no alcanzábamos, se ve que es más alto que yo, a pesar de que yo mido un metro setenta aproximadamente él se ve que mide más de diez centímetros que yo. Por lo que él si lograba alcanzar esos espacios.

Eloísa llegó con el palo, al momento de ver al hombre se asustó y se acercó corriendo a mí.

— Gaby ¿Quién es este hombre? ¿Por qué está acá adentro? — Me preguntó susurrando.

— ¿Saben que las puedo escuchar verdad? — Dijo Bastian.

— Elo, tranquila. Este hombre se llama Bastian, lo conocí ayer, es bastante amable, se ofreció en ayudarnos a limpiar y ordenar esta casa.

— Oh, si es así muchas gracias por ofrecernos tu ayuda — Dijo mi amiga.

Eloísa le entregó a Bastian un pincel y baldes de pintura.

— Si ofrece tu ayuda, ayuda pintando, ya que según muchos es la parte más divertida pero para los que en verdad conocen esto es la parte donde uno más sufre.

¿ Por qué se deja mandar tanto? si es que a mí me tratan de esta manera yo pediría permiso para ir al baño y me escaparía. Pero él aceptó sin negarse.

Llevamos cuatro horas pintando, creo que estamos a punto de terminar todo el interior. Nunca pensé que íbamos a avanzar tan rápido así que ver esta me pone muy orgullosa.

Llevamos muchas horas porque nos concentramos con Erik, ya que para que no se aburra nosotras le compramos un pincel y él juega pintando algunos espacios. Se ve tan tierno.

Cuándo terminamos todo el interior Erik ya se había dormido por lo que mi amiga se lo llevó a la casa para que pueda descansar mejor y yo me quedé ordenando con Bastian.

— ¿Sabes que hay gente que te está buscando todavía? Estamos buscando a la princesa que desapareció, a ti ¿ por qué no vas y te presentas para que todo esto termine y vuelvas al palacio? — ¿ él se hace el que no entiende o de verdad que no sabe?.

— Es algo obvio que si me presento me van a matar, por lo que prefiero entrenar y prepararme para ese momento.

— ¿ Prepararte para morir?

— No, prepararme para ser más fuerte y así vencer a mi primo.

— Sabes, yo no estoy solo. Viajo con un grupo de personas somos cuatro en total. todos ellos tienen habilidades con armas, ellos te pueden ayudar a entrenar, si quieres yo también porque si se usar igualmente.

— Apenas te conozco desde ayer ¿Crees que confiaría en ti e iría a un lugar que no conozco?

— Se que confías en mí, nosotros vivimos en una casa que también se encuentra fuera del pueblo. — Dijo y me dio indicaciones como llegar a ese lugar — Te voy a estar esperando, espero que aparezcas. Adiós.

— Adiós, que te vaya bien

Y así nos despedimos y nos fuimos caminando cada uno por su lado.

Cuando llegue a la casa mi amiga ya había dormido a Erik.

— No me dijiste que ayer conociste un hombre ¿Te gusta? Porque se veía bastante preocupado por ti, creo que sería una buena pareja — La miró de mala manera — Solo bromeaba.

— Apenas lo conozco desde ayer, no sé si confiar en él todavía.

— Tú eres la que decide.

— Si, lo estaré pensando. Descansa duerme bien.

— Gracias, espero que tú puedas dormir bien.

Y así no despedimos y cada uno se dirige a su cuarto, me cambié de ropa y me acosté en la cama mirando el techo.

¿ será buena idea ir mañana a su casa y conocer el resto? ¿ Será que el resto de la gente que lo acompañe también sabe mi verdadera identidad?