SEGUNDA OPORTUNIDAD

ARI BLANCO

Llegó el día que debía viajar a Estocolmo, Suecia. Obtuve una beca para estudiar Negocios y Administración en la Universidad de Estocolmo durante Tres años.

Mi madre me despidió en el aeropuerto. En mi maleta llevaba poca ropa de verano.

Aunque Estocolmo no es una de las ciudades más frías de Suecia, las temperaturas son mucho más bajas que en otras capitales europeas. Los inviernos en Estocolmo se parecen bastante a los de Oslo o Copenhague, con termómetros que alcanzan los -20ºC en diciembre, enero y febrero. La temperatura media anual de la capital es de unos 7 °C, por lo que el frío es casi una constante del tiempo de Estocolmo.

Creo que mis sentimientos y el clima de Estocolmo son iguales. Un nuevo inicio, una nueva visión y misión para mi vida. Me da un poco de miedo y pienso que es normal sentir temor, miedo. Es la primera vez saliendo del nido, es la primera vez que estoy completamente sola y lejos de mi madre.

Llegué a lo que sería una residencia para los becados. Me ubicaron en un cuarto, no tenía compañera, estaba sola, lo que me resulta bien.

Mi madre me envió dinero para comprar ropa de invierno.

El primer día de clase llegó. Habían estudiantes de todos lados del mundo. Todos casi de la misma edad. Todos siguiendo un sueño, dejando el nido. Eso me daba consuelo y me sentía identificada.

Tenía un inglés intermedio, lo que me hizo buscar una academia de inglés a lo inmediato, después de las clases de la universidad.

— Hola— un chico muy alto, de tez muy clara y ojos azules me habló.

— Hola— le contesté un poco tímida.

— Seremos compañeros de clase. Me llamas mucho la atención. Eres muy bonita— le sonreí.

— Gracias. Nos vemos.

Me alejé de el de la forma más cortes posible, ya había visto a este chico andar de chica en chica diciéndole lo mismo. Así que prefiero estar de larguito.

Decidí abrir una cuenta de Instagram para compartir fotos, para mí esto es una bonita experiencia. Me alejé un poco para tomarme una selfie y que saliera de fondo todos mis nuevos compañeros. La compartí.

Le escribí a Eloi, y le envié la foto. Ella empezó sus clases un mes después. Finalmente, se decidió por Diseño Gráfico.

Por la noche, sola en mi cuarto me puse a revisar un poco Instagram y Facebook. Añoré a mi madre.

Me ganó la tentación y busqué a Anne y a Álvaro en las redes sociales. Álvaro no tenía nada público, ni una sola foto, mientras que Anne tenía fotos de la boda y de la torre Eiffel, me imagino que Álvaro y ella están de luna de miel.

Llevé mi mano a mi rostro tapándome los ojos.

Ya. Es suficiente. Álvaro pasó a la historia. Este es un nuevo inicio.

Mi rutina diaria era ir a la universidad, después a la academia y regresaba a la residencia.

— Buenos días a la chica más bella de esta universidad. Me llamó Thomas Jey Morroni.

— Que bien Thomas. Eres algo coqueto— le sonreí.

— Te llamas— me miró haciendo un gesto muy gracioso.

— Ari Blanco.

— Blanco como un color. Me encanta.

El chico francés era todo un galán y la sensación del grupo. Thomas sacó su celular, me abrazó y tomó la foto.

— Mira que bonita.

— Con todas haces lo mismo.

— Es para el recuerdo. No cualquiera viaja y estudia fuera de casa. Pásame tu número para enviarte la foto, salimos "beau".

—¿Beau?

— Bello.

— ok.

Le di mi número y me envió la foto, la foto no tenía malicia. Decidí publicarla en Instagram y en Facebook.