La princesa reencarnada, ayuda a un malhumorado príncipe en su venganza...
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Tres días después…
POV Bella
Mi hermana mayor cada día está más odiosa, cree que le quiero quitar la oportunidad de casarse con un estúpido duque que es un machista, egocéntrico, maniático, pero algo, guapo. Aunque sé que en este juego de tronos el casarse con un hombre que tenga poder político asegura una posición para estar más cerca de ser reyes, debido a que el idiota de mi padre, aún no ha decidido quien será el próximo rey o reina.
Llegué a mi habitación cansada de un largo día, me saque la ropa y deje caer mi largo pelo rubio casi cano sobre mi cintura, lo cepille y me quede en mi pijama, un short y una polera…
Flashback:
- Princesa, como es posible que duerma con esa ropa, es inadecuada para una señorita.
- Nadie me ve.
- Pero, se podrían enterar y esto arruinaría su reputación.
- Si alguien se entera, será porque alguien me delata y si lo hace significa que mis pijamas, vestidos de la temporada anterior, se tendrían que quedar en la basura.
- …pero señorita… ¡oh entiendo!... bien… solo cierre por dentro cuando use eso, para que no entre nadie, cualquier cosa yo tengo llave.
Estaba sentada en mi cama, escribiendo en mi diario, cuando sentí que alguien me estaba observando, asi que saque de debajo de mi almohada, mi daga. La luz de mi lampara se apagó y me acerque al balcon, cualquier cosa, saldría por la ventana, ya tenía una forma de salir de ahí, lo había ideado cuando cumpli 8 años, realmente pertenecer a la realeza es como estar todos los días desconfiando de hasta de las sombras.
- Si te quisiera muerta, ya lo estarías.
- ¿Cómo llegaste aquí?
- …
- Tenemos que hablar.
- Bien, pero déjame de mirarme como un pervertido.
- No tienes nada que me guste princesita.
- wow! Olvide que te gustan las morenas que te traicionan.
- ¿qué morenas?
- en la historia que leí, la princesa Olivia es una bella morena de ojos verdes, eras hasta cursi para describirla.
- ja! Te falla tu poder de adivinación niña, yo jamás sería así.
- no me importa como seas con ella, solo quiero irme de este lugar y tener una vida tranquila.
- tampoco me importa lo que quieras hacer.
- bien.
- No te vas a vestir.
- Estoy vestida y si no te gusta, pues no me miras y ya.
- Supe que me investigaste y sabes de lo que soy capaz, no te sobrepases niñita.
- bien. Sabes que no me gusta pelear, pero no ayudas príncipe.
- Haremos el plan de las minas, pero ni sueñes que me casaré contigo.
- Bien. Sirve que te cases con la princesa del reino de las montañas, aunque ella es un poco mayor que tú, es la única soltera de ese reino...
- no.
- con mi hermana? ni siquiera a ti, te desearía ese mal.
- no me casaré.
- eres... sabes que los matrimonios en la realeza son un acuerdo, un contrato, ningún príncipe se casa por amor... por lo menos no en este mundo... no te olvides que es tu deber como príncipe de un reino grande, sobre todo que necesita poder, no es necesario que la ames, solo firmar el contrato y después buscas una mujer que te soporte y tienes a tus herederos.
-...
- yo ya me borré de la lista.
- ...
- no soy plato de segundo mesa. Tú te lo pierdes... pero, ahora lo importante es que te hagas de la fortuna.
- mañana iré a las tierras que me indicaste por lo de las minas.
- con tus poderes no sería difícil encontrar el lugar.
- ...
- además, firmaremos dos contratos, uno con tu nombre real y otro con tu nuevo nombre, así me aseguro de recibir mi cheque todos los meses.
- ¿cheque?
- sueldo, dinero, oro.
- bien.
- cuando empiece la mina a producir, tendremos que viajar fuera de las islas de los reinos de plata para comprar algún título y tierras, aunque no sea un terreno extenso, es importante que se diga que eres extranjero.
- ...
- de nada.
- ¡Maldición!
- así es no puedes salir, porque hay cambio de guardias. Quédate en el sillón.
- ...
- Dormiré con mi puñal bajo la almohada por si te pones raro.
- te dije princesita que no me produces nada, ni sueñes que te tomaría por mujer.
El ego de mujer se sintió herido, ella sabía que era hermosa, así que le demostraría a ese hombre que con ella no se juega.
[Maldito Vitorio, ya aprenderás, vas a morder el polvo donde piso, estúpido idiota]
Bella se acostó y a los pocos minutos se durmió. Vitorio espero cerca de una hora y salió por el balcón de la misma forma que había entrado, sin ser visto y en completo silencio.