Como toda historia comienza con un “yo era tal persona bla bla bla bla, mori y reencarne en tal villana, protagonista, o extra” bueno pues mi historia comienza así...
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CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 17
Las vacaciones de verano comenzaron, y Kristen decidió que era el momento perfecto para investigar más sobre su hermano y su relación con Liz. No podía dejar que las cosas se desarrollaran sin su intervención, especialmente si eso significaba que Kyan podría salir lastimado.
Durante los primeros días de vacaciones, Kristen se dedicó a observar a Kyan y Liz desde la distancia. Se pasaban el tiempo juntos, riendo y disfrutando de la compañía del otro. Sin embargo, había algo en la forma en que Liz miraba a Kyan que no le gustaba. Era como si estuviera jugando con sus sentimientos, y eso la preocupaba.
Un día, mientras estaba en el jardín, vio a Kyan y Liz sentadas en una banca, hablando en voz baja. Kristen se acercó sigilosamente, tratando de escuchar lo que decían.
—Liz: Kyan, ¿alguna vez has pensado en lo que pasará cuando regresemos a la academia?
—Kyan: No sé, Liz. Solo quiero disfrutar el momento. No quiero pensar en el futuro.
—Liz: Pero, ¿y si alguien se interpone entre nosotros? No quiero perderte.
Kristen sintió un escalofrío recorrer su espalda. ¿Acaso Liz estaba insinuando que había alguien más? Decidió que era hora de intervenir.
—Kristen: ¡Hola chicos! ¿De qué hablan?
Kyan se sobresaltó y Liz sonrojando, pero había algo en su sonrisa que no le gustó a Kristen.
—Kyan: Oh, nada importante. Solo estábamos hablando de la academia.
—Liz: Sí, solo de cómo será el próximo año. Sonríe de manera forzada.
Kristen no se dejó engañar. Sabía que había más en esa conversación, pero decidió no presionar. En cambio, se unió a ellos y trató de mantener la conversación ligera.
A medida que pasaban los días, Kristen comenzó a notar que Liz se comportaba de manera extraña. A veces parecía muy interesada en Kyan, pero en otras ocasiones, se mostraba distante y fría. Esto solo aumentó las sospechas de Kristen.
Una tarde, mientras estaba en su habitación, decidió que necesitaba hablar con Luz. Era su mejor amiga y siempre había sido su confidente. Así que la llamó y le pidió que viniera a visitarla.
Cuando Luz llegó, Kristen le contó todo lo que había estado observando.
—Luz: Eso suena raro. ¿Estás seguro de que Liz no está jugando con Kyan?
—Kristen: Eso es lo que temo. No quiero que le rompa el corazón. Kyan es muy sensato, y no sé cómo reaccionaría si eso sucediera.
—Luz: Tal vez deberías hablar con él. A veces, la comunicación es la clave.
Kristen ascendió, pero sabía que no sería fácil. Kyan era muy protector y no le gustaba que la gente se metiera en su vida personal. Sin embargo, decidió que era hora de ser valiente.
Al día siguiente, se acercó a Kyan mientras estaba en su habitación.
—Kristen: Oye, Kyan, ¿podemos hablar un momento?
—Kyan: Claro, ¿qué pasa?
—Kristen: Quiero que sepas que me preocupa tu relación con Liz.
Kyan frunció el ceño.
—Kyan: ¿Por qué? ¿Acaso crees que no es buena para mí?
—Kristen: No es eso. Solo creo que deberías tener cuidado. A veces, las personas no son lo que parecen.
Kyan la miró fijamente, y por un momento, Kristen sintió que había tocado una fibra sensible.
—Kyan: ¿Tú crees que Liz no me quiere?
—Kristen: No lo sé, pero él notó que a veces actúa de manera extraña. Solo quiero que estés feliz.
Kyan suspir y se pas la mano por el cabello.
—Kyan: Gracias por preocuparte, pero creo que puedo manejarlo. Liz y yo estamos bien.
Kristen no estaba convencida, pero decidió no presionar más. Sin embargo, sabía que tenía que seguir vigilando la situación.
Mientras tanto, Luz comenzó a investigar sobre la historia de la academia y sus antiguos estudiantes. Quería encontrar pistas sobre lo que había sucedido en el pasado y cómo eso podría afectar a Kyan ya Kristen en el presente.
Un día, mientras revisaba algunos documentos antiguos, Luz encontró algo sorprendente: una historia sobre un amor prohibido entre dos estudiantes que había terminado en tragedia. La historia hablaba de celos, traiciones y un desgarrador final. Luz se dio cuenta de que la historia de Kyan y Liz podría estar repitiéndose.
Decidida a advertir a Kristen, Luz la llamó de inmediato.
—Luz: Kristen, tienes que escucharme. Encontré algo que podría ser importante.
—Kristen: ¿Qué es?
—Luz: Es sobre la historia de la academia. Hay un patrón de relaciones que terminan mal. Creo que deberías hablar con Kyan antes de que sea demasiado tarde.
Kristen sintió un nudo en el estómago. Sabía que tenía que actuar rápido. No podía permitir que la historia se repitiera.
—Kristen: Gracias, Luz. Voy a hablar con él ahora mismo.
Con determinación, Kristen se dirigió a la habitación de Kyan, lista para enfrentar la verdad y proteger a su hermano de cualquier dolor que pudiera venir.
Kristen se acercó a la puerta de la habitación de Kyan, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que esta conversación podría cambiarlo todo, pero no podía quedarse de brazos cruzados mientras su hermano se adentraba en una relación que podría ser peligrosa.
—Kyan, ¿puedo entrar? —preguntó, tocando suavemente la puerta.
—Sí, pasa —respondió Kyan desde adentro.
Kristen entró y se sentó en la cama, mirando a su hermano, que estaba sentado en su escritorio, con la mirada perdida en sus pensamientos.
—Kyan, necesito hablar contigo sobre Liz —comenzó, sintiendo que cada palabra era crucial.
Kyan la miró, su expresión se volvió seria.
— ¿Otra vez? Kristen, ya te dije que estoy bien. Liz y yo estamos bien.
—No se trata solo de eso. He estado investigando un poco sobre la historia de la academia, y encontré algo que creo que deberías saber —dijo Kristen, tratando de mantener la calma.
Kyan frunció el ceño, claramente intrigado pero también un poco a la defensiva.
—¿Qué encontraste?
—Hay historias de relaciones en esta academia que han terminado mal. Celos, traiciones, y en algunos casos, incluso tragedias. No quiero que tú y Liz se conviertan en parte de esa historia —explicó Kristen, sintiendo que su voz temblaba.
Kyan se cruzó de brazos, pensativo.
—Kristen, eso suena a cuentos de viejas. No creo que eso nos pase a nosotros. Liz es diferente.
—Pero ¿cómo lo sabes? —insistió Kristen—. A veces, las personas no son lo que parecen. Solo quiero que estés a salvo.
Kyan sospechaba, claramente frustrado.
—Mira, entiendo que te preocupes por mí, pero tengo que tomar mis propias decisiones. Liz me hace feliz, y eso es lo que importa.
Kristen sintió que su corazón se hundía. Sabía que Kyan estaba enamorado, pero también sabía que el amor a veces podía nublar el juicio.
—Solo te pido que estés alerta. Si algo no se siente bien, confía en tus instintos —dijo Kristen, tratando de ser lo más sincero posible.
Kyan la miró a los ojos, y por un momento, Kristen vio una chispa de duda en su mirada.
—Está bien, lo intentaré. Pero no prometo nada —respondió Kyan, su tono más suave.
Kristen sintió un alivio momentáneo, pero sabía que esto era solo el comienzo. Tenía que seguir vigilando a Liz y su relación con Kyan.
Esa noche, mientras se preparaba para dormir, Kristen no podía dejar de pensar en lo que había descubierto. La historia de la academia pesaba en su mente, y sabía que tenía que hacer algo más que solo advertir a Kyan. Tenía que encontrar la verdad detrás de Liz.
Al día siguiente, decidió que era hora de confrontar a Liz. No podía dejar que su hermano se viera atrapado en una red de mentiras. Así que, con determinación, se dirigió a la casa de Liz.
Cuando llegó, Liz la recibió con una sonrisa, pero Kristen no se dejó engañar.
—Hola, Liz. ¿Podemos hablar un momento? —preguntó Kristen, en tono serio.
Lizió frunció el ceño, pero asintió.
—Claro, ¿de qué se trata?
Kristen tomó una respiración profunda.
—He estado pensando en tu relación con Kyan. Quiero que seas honesta conmigo. ¿Realmente lo quieres?
Liz se quedó en silencio por un momento, y Kristen pudo ver que la pregunta la había tomado por sorpresa.
—Por supuesto que lo quiero. Kyan es increíble —respondió Liz, pero su voz sonaba un poco vacía.
—¿De verdad? Porque he notado que a veces actúas de manera extraña. No quiero que le rompas el corazón —dijo Kristen, sintiendo que cada palabra era un desafío.
Liz se cruzó de brazos, su expresión cambiando a una de defensiva.
—Y qué si lo hago? No es tu vida, Kristen. Kyan puede tomar sus propias decisiones.
—Pero yo soy su hermana. Y si estás jugando con sus sentimientos, no lo voy a permitir —respondió Kristen, sintiendo que la tensión aumentaba.
Liz la miró fijamente, y por un momento, Kristen sintió que había tocado una fibra sensible.
—No estoy jugando con él. Solo... tengo mis propios problemas —dijo Liz, su voz más suave.
Kristen se dio cuenta de que había algo más en la historia de Liz, algo que no estaba dispuesto a compartir. Pero no podía dejar que eso se interpusiera entre Kyan y su felicidad.
—Si realmente lo quieres, entonces demuéstralo. No lo último —dijo Kristen, su tono más conciliador.
Liz avanzaba lentamente, y por un momento, Kristen sintió que había logrado algo. Pero sabía que la batalla no había terminado.
Mientras se alejaba de la casa de Liz, Kristen sintió una mezcla de alivio y preocupación. Había hecho lo que podía, pero sabía que el futuro de Kyan y Liz aún estaba en el aire. Tenía que seguir vigilando, y si era necesario, actuar de nuevo.