En el reino mágico de Eldoria, la paz es una ilusión frágil que se ve amenazada por fuerzas oscuras que acechan en las sombras. Los guardianes de Eldoria, liderados por Leo, Camila, Alexander y Morgana, protegen su hogar con valentía y sabiduría, fortalecidos por siglos de tradición y la luz emanada por la Fuente de la Luz Eterna.
Pero cuando una curandera recién llegada, Selene, irrumpe en sus vidas, trayendo consigo un amor aparentemente puro por Alexander, todo cambia. Selene oculta un secreto oscuro: ha sido enviada por la Sombra del Pasado para infiltrarse en Eldoria y destruirla desde dentro.
A medida que el amor florece entre Alexander y Selene, también lo hace la traición. Selene debe enfrentar su lealtad dividida entre el deber y el corazón, mientras los guardianes descubren sus verdaderas intenciones. La batalla por el destino de Eldoria se desata, poniendo a prueba no solo la fuerza de sus defensas, sino también los lazos de amor y confianza que los unen.
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Capítulo 13: El Festival de la Luz
Tras la erradicación definitiva del espíritu de Arak, Eldoria floreció como nunca antes. La comunidad, agradecida por la paz y la prosperidad que ahora disfrutaban, decidió organizar un gran festival para celebrar y honrar a sus héroes, tanto del pasado como del presente.
Leo, ahora reconocido como el líder de los guardianes, tomó la iniciativa de planificar el Festival de la Luz. Con la ayuda de Camila, Alexander, Morgana y el resto de los guardianes, el festival prometía ser un evento inolvidable que uniría a toda la comunidad.
Los preparativos comenzaron semanas antes del gran día. Las calles de Eldoria se llenaron de color y vida, con decoraciones brillantes y festivas. Los niños, emocionados, ayudaban a colgar faroles y guirnaldas mientras los adultos preparaban comidas y bebidas especiales para la ocasión.
El día del festival, el sol brillaba intensamente, como si el propio cielo estuviera celebrando junto a ellos. La plaza central de Eldoria se llenó de puestos de artesanía, juegos y espectáculos, cada uno más impresionante que el anterior.
Camila y Alexander, sentados en un lugar de honor, observaban con orgullo cómo su comunidad prosperaba y se unía en celebración.
—Hemos pasado por tanto —dijo Camila, tomando la mano de Alexander—. Pero ver a Eldoria así, llena de vida y alegría, hace que todo haya valido la pena.
Alexander asintió, sus ojos llenos de gratitud.
—Nuestro amor y nuestra lucha han creado esto. Y mientras haya personas como Leo y los guardianes, Eldoria siempre estará protegida.
Morgana, aunque envejecida, participaba activamente en el festival, contando historias de antaño a los jóvenes y enseñándoles sobre la magia y la historia de su hogar.
—La magia no es solo poder —les decía—. Es conocimiento, sabiduría y, sobre todo, amor. Recuerden siempre eso.
Al caer la noche, la plaza central se iluminó con cientos de faroles flotantes, cada uno representando un deseo o una esperanza para el futuro. La gente se reunió alrededor del gran escenario, donde Leo, como líder de los guardianes, se dispuso a dar un discurso.
—Amigos y compañeros —comenzó Leo, su voz resonando con fuerza y emoción—. Hoy celebramos no solo nuestra victoria sobre la oscuridad, sino también la luz que todos llevamos dentro. Hemos demostrado que, unidos, somos invencibles. Y hoy, honramos a aquellos que nos han guiado y protegido, como Camila y Alexander, cuyo amor eterno ha sido la base de nuestra fortaleza.
Un aplauso ensordecedor llenó el aire mientras Camila y Alexander se levantaban, agradeciendo con humildad y emoción.
—Nuestro viaje ha sido largo y lleno de desafíos —dijo Camila, con lágrimas de felicidad en los ojos—. Pero cada momento ha sido una bendición. Ver a Eldoria así, en paz y unidad, es el mayor regalo que podríamos haber recibido.
Alexander añadió, mirando a la multitud:
—Recuerden siempre que el verdadero poder está en el amor y en la comunidad. Mientras permanezcamos unidos, ninguna sombra podrá oscurecer nuestra luz.
El festival continuó con música, bailes y risas, un verdadero reflejo de la alegría y la esperanza que llenaban el corazón de cada habitante de Eldoria. Leo, caminando entre la gente, sintió una profunda satisfacción al ver cómo la comunidad prosperaba.
Al final de la noche, los faroles flotantes se elevaron al cielo, iluminando el horizonte con una luz cálida y reconfortante. Camila y Alexander, tomados de la mano, observaron con una sonrisa, sabiendo que su legado viviría para siempre en el corazón de Eldoria.