El Paraíso De Adán

Me abrace a ella no queriendo soltarla nunca, su mano acaricio mi cabello, haciéndome recordar cuando era solo una niña y sus manos acariciaban mi cabello, sus brazos me abrazaban con amor, sus labios besaban mi frente con cariño.

- Está bien mi niña, en cualquier momento me iría, ya estoy muy vieja hija, no viviré para siempre, ahora necesito que seas fuerte y me escuches todo lo que tengo que decir

Intenté con todas mis fuerzas parar mis sollozos y me despegue de sus brazos, nuestros ojos se conectaron y ella me sonrió.- Evangeline he vivido bien, los últimos 20 años de mi vida han sido los mejores, te he visto crecer y aprender, heredaste el temple y la inteligencia de tu abuelo, me has enorgullecido y estoy tan feliz y orgullosa de ser tu abuela, en el pasado cometí el error de confíar en los equivocados y han tomado decisiones de las cuales no me siento orgullosa de ser parte, por eso ahora haré lo que debo hacer. Evangeline dejaré todo en tus manos, confío en tu juicio y en tu innegable inteligencia, sigue honrando el apellido Rosset y yo seguiré siendo feliz mirándote desde el cielo.

- Te lo prometo abuela, Seguiré honrandote y honrado nuestra familia hasta la muerte.

- Muy bien querida, me hace feliz escucharlo. Ahora vayamos a la fiesta, deben estar esperándome.

Nos levantamos y salimos del cuarto, mi corazón se sentía pesado y dolido pero puse una sonrisa en mi rostro, me mire en el espejo antes de entrar a la celebración, todo estaba bien, todo tenía que estar bien.

Entramos y fuimos a la mesa de la familia, ahí ya estaban mis padres, mis tíos y primos y mi esposo, todos parecían enfrascados en una conversación, cuando llegamos a ellos todos se levantaron a felicitar a mi abuela, tome mi puesto al lado de mi esposo, todos parecían demasiado preocupados por mi abuela y me preguntaba si era que sabían lo de su inminente fallecimiento o solo querían sumar puntos para quedarse con su herencia.

- Abuela feliz cumpleaños, estamos felices de poder compartir este día con usted.- Adán tomo sus manos y sonrió encantador.

- Señor Krimett muchas gracias por venir.

Mi abuela le sonrió y la celebración siguió, las personas se acercaban a saludar a la familia, conversaciónes importantes venían y iban, siempre habia sido buena conversando cuando se trataba de cosas importantes, asi que siempre lideraba las pláticas, Adán no había dicho mas de dos oraciones esta noche y se había mantenido toda la noche a mi lado. Llegó la hora de hacer el brindis y mi abuela se levantó.

- Quiero brindar esta noche por la oportunidad de vivir un día más, este año a pasado lleno de emociones para mí, he visto nuevas arrugas aparecer en mi cara, algo que no me ha agradado mucho.- Todos rieron de lo que dijo.- pero también he visto a mi mayor orgullo crecer y casarse, he sido testigo de como el pequeño capullo que regué por años ha florecido como la mas preciosa flor del Jardín Rosset.- mi abuela me miraba con una sonrisa en sus labios.- He sido afortunada por la vida que he vivido, así que este año mi único deseo es que cuando lleguen a esta edad puedan mirar hacia el pasado y sentirse aunque sea la mitad de felices de lo que yo me siento ahora, Salud.

Todos dijeron salud y chocaron sus copas, bebi el vino feliz, guardando en mi corazón este recuerdo, cuando ella se vaya no quería recordarla como alguien enfermo o alguien que sufrió, si no como la mujer cálida que amo y vivió en carne propia la felicidad.

La fiesta paso tranquila, bebi unas cuantas copas y me sorprendió ver a Adán tomando una copa tras otras bastante seguido, parecía molesto y no quería arruinarle la noche a mi abuela así que tome su brazo.

- Nos vamos esposo.- El me miró, sus ojos estaban dilatados, se veían oscuros como una tormenta, se levantó y me estiró su mano, la tomé y caminamos hacia donde mi abuela.

- Abuela ya nos vamos, la hemos pasado excelente.

- Me alegro mi niña, me has hecho feliz con tu presencia.- Nos abrazamos y cuando me soltó volteo a ver a Adán.- Señor Krimett, haz feliz a mi nieta.

- Así será mi señora.

Nos despedimos y salimos de la mansión, en el camino a la limusina vi a Dylan a lo lejos y le dije adiós con mi mano y el respondió igual, Adán me jalo de la cadera hacia la limusina, abrio mi puerta y me ayudo a subir y el subio después, nos sentamos unos frente al otro, el camino fue bastante largo y Adán no dejaba de tomar del vino que había en la pequeña nevera de la limusina, bebia y bebia y me miraba y me miraba, le di gracias a dios cuando al fin llegamos a casa, me baje de la limusina y camine hacia la entrada, Lana me estaba esperando y la envie a dormir, ella se retiro, ya era bastante tarde y ella parecía cansada, yo subi las escaleras hacia mi habitación, entre y cerre la puerta, me quite los zapatos y camine hacia las ventanas, miraba el jardín tan precioso y pensaba en todo lo que sucedería de ahora en adelante, mi abuela moriría pronto y comenzaría la batalla por todo lo que nunca han querido compartir, mi familia estaba podrida, demasiado podrida, podían esconderse todo lo que quisieran pero yo lo sabia, sabía la clase de personas que eran, esto no iba a terminar bien.

De repente la puerta de mi cuarto se abrió, voltee rápido cuando vi a Adán cerrar la puerta y mirarme, me miraba con ojos de cazador, sus ojos oscuros como una tormenta, se acercaba a mi despacio.

- Que haces en mi habitación.

- Acaso no puedo venir a la habitación de mi esposa.

- Tu esposa.- solte una risa burlona.- Entonces soy tu esposa cuando te conviene, cuando te la gana que lo sea, cuando llega la noche y recuerdas que tienes una esposa.

Adán se detuvo delante de mí.- Estás molesta mí hermosa Eva? Porque quiero estar contigo, deseo estar contigo, esta noche y todas las demás.

Lo miré contrariada, sus palabras me ponían a flaquear, pero no quería, no deseaba ceder ante el estúpido demonio.- Sal de mi cuarto Señor Krimett.

- Krimett.- el sonrió y puso su mano en mi mejilla, acariciaba mi rostro.- Sabías que eres la señora Krimett Eva.

- Obvio lo sé y eso que tiene que ver.

- Porque no se lo dijiste al niñato ese, ya no eres la joven Dama Rosset, ahora eres la señora Krimett, la esposa de Adán Krimett, mi esposa.- él me tomo de la cintura y me jalo hacia él, puse mis manos en su pecho intentando separarnos.- Alejate.

- No te resistas cariño, eres mia, te hicieron para mi Evangeline, eres el mejor regalo que me han dado en mi larga vida.- mi respiración se atoro en mi garganta cuando el acerco su rostro al mio, sentia sus labios rozar con los mios.- Eres mia mi Angel y yo soy todo tuyo.