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El Sacrificio De Meskhenet

El Sacrificio De Meskhenet

Status: Terminada
Genre:Completas / Maltrato Emocional / Pareja destinada / Pacto diabólico / Poderosas criaturas sobrenaturales
Popularitas:2k
Nilai: 5
nombre de autor: misstyc yippsi

Los sueños pueden llegar a cambiar vidas, para bien o para mal, sobre todo los sueños que nos guían a lugares que no imaginábamos que existían.
¿Qué pasa cuando toda tu vida has soñado con un hombre que al final puede ser cualquier cosa menos un príncipe?
¿Está bien enamorarte del que podría ser tu verdugo?
¿Qué pesa más; el amor, la amistad o la vida?

NovelToon tiene autorización de misstyc yippsi para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La Hermana Clara 2

Después de la fallida visita a la familia de Iselda, en la que quedó claro para la monja que esa gente no estaba interesada en proteger la salud espiritual de su alumna. La hermana Clara comenzó a desesperarse, y ni siquiera las oraciones de penitencia que se le habían ordenado lograron calmarla, por lo que le pidió a Meskhenet que le hablara más sobre ese culto, ella la principió se negó, mostrando temor por lo que le pudiera suceder si lo hacía, pero al final terminó accediendo a la insistencia de su maestra, quien le aseguraba que sería peor para su alma no decir nada.

—El más interesado en Iselda es un hombre llamado Vlad— mencionó Meskhenet, con un dejo de frustración, a la Hermana ese nombre le pareció conocido —Dice ser un ente inmortal que necesita de un pacto y ha elegido a Iselda para eso, usted ya lo conoce, es el sujeto del museo— las palabras de la chica atenazaron de terror el corazón de la monja, que después de todo lo ocurrido, había olvidado ese incidente, porque en general no había visto nada extraño en aquella ocasión, lo que le confirmaba que el mal estaba al asecho en todo momento —Encontré un libro donde se habla de él, y de su grupo...

Entonces Meskhenet le hizo entrega a la Hermana Clara de un libro en latín, en él se especificaba el tipo de tatuajes que se usaban para pactar con entes considerados no humanos, el autor admitía que era imposible especificar su origen y por lo tanto debían ser algún tipo de encarnación demoníaca... Mientras la monja leía el pánico al confirmar sus más antiguos miedos se apoderó de ella; esos tatuajes ya los había visto, o por lo menos algunos, eran iguales a los que lucían aquellos sujetos que trató de ahuyentar...

Y ese sólo era el inicio, había más; el libro mencionaba que estos seres acostumbraban pactar con personas de almas luminosas, para arrastralos a su maldición y consumir su luz. De entre los mencionados el más terrible era la encarnación de un demonio que estaba marcado en los brazos, la espalda y el torso, los dibujos parecían menos ostentosos que los anteriores y estaban mejor definidos, era el único del que se mencionaba el nombre; Vladislav Manzur (Gloria al vencedor); la hermana nunca antes había sentido tanto miedo. No estaba dispuesta a aceptar que estos rituales arcaicos aún se realizaran. Ni siquiera había terminado de leer el libro cuando una bilis amarga subió a su garganta, haciéndola sentir enferma, y en su pequeña habitación en el colegio, esa tarde ella lloró por estar fallándole a Dios, aunque le quedaba el consuelo de haber puesto a salvo a Meskhenet.

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«Meskhenet ¿Te has arrepentido de tu misión?»

—¿Eso tendría alguna importancia?

Entonces el árbol comenzó a llorar una sabia dulce de color carmesí, mientras un viento helado hacia que las ramas secas se azotaran unas contra otras, y en medio del crujido de la madera seca los lamentos de cientos de muertos se elevaron como un cántico lleno de remordimiento y dolor, acusándola de ser la causante de toda la sangre derramada en ese campo, de que todo se hubiera marchitado; Meskhenet trató de taparse los oídos, esos lamentos la habían estado atormentando por lo que parecía ya una eternidad, pero entonces unas fuertes manos la detuvieron.

«Tú, menos que nadie, tienes derecho a tratar de aminorar el castigo, cuando por tu causa ellos sufrieron de esa manera»

—Por favor has que se detenga— sollozó desesperada

«La redención requiere un sacrificio, tú lo sabes, desde el momento en que tu sangre se mezcló con la de ella, tú alma no tiene otro camino»

—Ella es tan parecida a lo que yo fui una vez— replicó agotada

«¿Y a caso no has odiado todo este tiempo lo que alguna vez fuiste? ¿No te parece poético ofrecer en sacrificio aquello por lo que te condenaste para poder redimirte?»

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En medio de una terrible tormenta eléctrica, a mitad de la noche, la Hermana Clara recibió una inesperada visita. Se trataba de Meskhenet, quien tenía un aspecto terriblemente marchito, opuesto a la lozanía juvenil que había lucido esa misma mañana. La joven parecía envuelta por un aura oscura, decadente, como si estuviera enferma, estaba completamente empapada, pero lo que escurría de ella no parecían ser gotas de lluvia, ya que la lluvia no era roja...

—Tengo que darle las gracias por todo— dijo Meskhenet con una voz hueca, casi mecánica —Sin su ayuda las cosas no estarían funcionando tan bien— la Hermana Clara no supo a que se refería y aunque lo intentó, no logró articular palabra —Gracias a sus ataques de histeria y su reacción de fanática religiosa usted logró alejar a Iselda del único lugar donde la hubiesen podido proteger, y pronto ella nos pertenecerá.

La Hermana no entendía, o mejor dicho, no quería entender, qué estaba sucediendo, trató de retroceder, cerrando los ojos, negando con su cabeza lo que escuchaba y justo cuando estaba a punto de taparse sus oídos, unas manos heladas, de tacto repugnante y huesudo, la detuvieron, obligándola a abrir los ojos y ver directamente a la criatura de piel marchita y mirada muerta, que se veía como su alumna.

—¡Será un Hermoso Sacrificio!— la sonrisa diabólica que deformo el rostro de Meskhenet iba acompañada con el hedor de la sangre, y la monja no pudo evitar sentirse mareada, al tiempo que todas sus fuerzas la abandonaban —Me encanta la ingenuidad que tienen los humanos, siempre dispuestos a creer que pueden defenderse...

Entonces con un sencillo movimiento Meskhenet arrojó al piso a la monja, quien lloraba aterrorizada, sin poder emitir sonido alguno. Lentamente la joven se desabotonó la blusa, mostrando su pecho y abdomen llenos de aquellas marcas que la Hermana Clara, no hacia mucho, había visto en aquel libro; los símbolos que la identificaban como la encarnación de un alma errante que había hecho un pacto con un demonio para volver a caminar en la tierra. Y por fin la Hermana Clara recuperó su voz, para comenzar a gritar lanzando alaridos de desesperación que despertaron a todo el convento:

—¡¿Qué he hecho?! ¡Yo misma la condene!, ¡se la he entregado a esos monstruos..!— repetía una y otra vez llena de desesperación y locura.

1
Naamáh Maya A Roja
/Whimper//Whimper//Whimper//Whimper//Whimper//Whimper//Whimper/ aver aver aver pero que paso aqui ¡? 🤔🤔🤔
Naamáh Maya A Roja
👀 cual demonio si ha de esta guapo bueno yo me lo imagino guapo 🤭
Oronguin-sensei
/Grievance//Grievance/
adry alfaro
Excelente
🥂🫧𝒮𝒶𝓈𝒽𝓊𝒴𝒶𝓃ᴰ’ᵉʳⁱᶜ ⚝
Me encanta ✨
Karoyu Hamilton
me encanta
badboys
meskhenet oh Wow realmente es una persona impresionante realmente sabe combate Jejeje y vaya que se sabe manejar bien las personas Jajaja/Gosh//Gosh//Gosh//Gosh//Gosh//Gosh//Gosh/
badboys
Oh mi Dios Qué imaginación vaya que esto sí es su peso puro/Toasted//Toasted//Toasted//Toasted/ autora me sorprende demasiado👍👍👍😁😁😁✨️✨️
badboys
Jeje para qué uno necesitaba una película de terror si puede leer esto vaya caballero me sorprende tu primer capítulo vaya que me dejo con muchas preguntas/Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle/
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