está es la historia de Betty una jovencita luchadora , positiva y humilde; que sin querer atrae la atención de un hombre que es lo opuesto a Betty.
Antoni Santino un hombre con cicatrices del pasado ,desconfiado y cerrado al amor.
NovelToon tiene autorización de Carmen C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 12: La Desdicha de Antoni y Samira
El matrimonio de Antoni y Samira había sido discreto, una ceremonia civil con pocos invitados, en un intento de evitar el escándalo. Sin embargo, desde el primer día, la unión estuvo marcada por la tensión y el resentimiento. La primera pelea estalló la misma noche de la boda, antes de que siquiera pudieran salir del ayuntamiento. Antoni, que había soportado el día con una mezcla de rabia y desesperanza, terminó bebiendo en exceso durante la pequeña recepción.
Mientras Samira sonreía y posaba para las cámaras, Antoni se mantenía a un lado, su mirada vacía, perdida en pensamientos de lo que podría haber sido su vida si no hubiera dejado escapar a Betty. La frustración se acumuló dentro de él como un nudo apretado en el estómago, y cada copa de alcohol que bebía lo sumergía más en la melancolía. Al final de la noche, completamente ebrio, Antoni se negó a regresar al apartamento que había comprado para él y Samira.
—No pienso ir a ese maldito lugar contigo —dijo con voz arrastrada, mientras ella intentaba ayudarlo a subir al auto.
Samira, furiosa, trató de mantener la calma, consciente de que los fotógrafos seguían cerca. Pero una vez que se alejaron, su rabia se desbordó.
—¡Esto no es lo que acordamos, Antoni! —gritó, sus ojos lanzando chispas—. Somos una pareja soñada por todos en la sociedad, ¿y tú te comportas como un borracho de bar?
Antoni la miró con desdén, apenas capaz de mantenerse en pie.
—Tú no eres mi esposa, Samira. Solo eres el error más grande de mi vida —murmuró antes de tambalearse hacia un taxi que lo llevaría a otro lugar, lejos de ella.
Esa noche, Antoni no durmió en el apartamento. En lugar de eso, fue al apartamento donde había estado con Betty, el lugar que ahora consideraba su santuario, su único refugio en un mundo que se desmoronaba a su alrededor. Pasó la noche bebiendo solo, recordando los momentos con Betty, el aroma de su perfume que aún impregnaba el aire, y la calidez de su sonrisa que lo había llenado de luz. Lloró, una mezcla de rabia y dolor, preguntándose cómo había dejado que todo se arruinara tan rápidamente.
A medida que pasaban los días, la vida con Samira se volvió un infierno. Antoni apenas soportaba estar en la misma habitación con ella. Samira esperaba seguir teniendo intimidad con Antoni, ser la pareja perfecta ante la vista de todos ,pero sus interacciones eran cortantes, llenas de resentimiento. Él no la veía como una esposa, sino como una intrusa en su vida, una presencia que le recordaba constantemente su fracaso, no se iba a perdonar nunca haber perdido a su querida Betty. Había días enteros en los que Antoni desaparecía, encerrándose en su apartamento para ahogar su dolor en alcohol, sumergido en la culpa y la tristeza por haber perdido a su precioso amor.
En una de esas noches de borrachera, Antoni confesó todo a sus padres. Entre lágrimas y palabras balbuceantes, les habló de Betty, de cómo había dejado que las inseguridades lo alejaran de la única mujer que lo había hecho sentir amado de verdad. Sus padres, conmocionados, escucharon en silencio. No sabían cómo consolar a su hijo, atrapado en un matrimonio sin amor y enredado en una red de mentiras.
Por otro lado, Samira, lejos de intentar construir una vida con Antoni, se dedicó a su carrera de modelo con una intensidad casi frenética. Bebía sin control en cada evento, tratando de olvidar su miserable matrimonio. A pesar de estar "embarazada", no se cuidaba, pasando largas horas en la pasarela y viajando constantemente. La presión, el estrés y su estilo de vida desmedido pronto pasaron factura. En uno de sus viajes, sufrió un aborto, pero en lugar de informarle a Antoni, Samira decidió ocultarlo.
Para Samira, el aborto era solo un obstáculo más en su plan. Sabía que su relación con Antoni pendía de un hilo y que la única manera de afianzar su posición era quedar embarazada nuevamente. Así que, en un intento desesperado por retenerlo, planeó cómo podría engañarlo para llevarlo a la cama otra vez. Pero con cada día que pasaba, el abismo entre ellos se hacía más profundo, y la posibilidad de que su plan funcionara parecía más lejana.
Mientras tanto, Antoni, ajeno al aborto, continuaba consumido por la culpa y el dolor, consciente de que, aunque estaba casado, su corazón siempre pertenecería a Betty. Y así, lo que comenzó como una estrategia para evitar el escándalo, se había convertido en una vida de sufrimiento para ambos, atrapados en un matrimonio que estaba condenado desde el principio a cabar mal.