*Amor sin edad * es una novela romántica con toques de comedia, que narra la historia de Juliana, una joven soñadora que se enamora de Francisco, el mejor amigo de su padre. A través de situaciones cómicas y agridulces, Juliana enfrenta la realidad de un amor aparentemente imposible, marcado por la diferencia de edad. Francisco, un hombre encantador y seguro de sí mismo, se ve atrapado en un dilema emocional cuando empieza a notar los sentimientos de Juliana.
La historia también introduce a Nicolás, un amigo cercano de Juliana, quien confiesa su amor por ella, creando un triángulo amoroso lleno de humor, malentendidos y momentos tiernos. A lo largo de la novela, los personajes reflexionan sobre el amor, el destino y las decisiones que nos llevan a encontrar la felicidad, todo envuelto en un tono ligero y entretenido.
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Capítulo 11: El Conflicto Interno
Francisco estaba en medio de una encrucijada emocional. La revelación de sus sentimientos hacia Juliana había puesto en marcha una serie de conflictos internos que ni siquiera él entendía del todo. Mientras trataba de procesar sus sentimientos, la diferencia de edad seguía pesando en su mente como una sombra persistente. Su intento de alejarse de Juliana para protegerse a sí mismo y a ella solo parecía hacerlo más visible para la joven.
**Intentos de Evitación**
Francisco había decidido que la mejor manera de lidiar con sus sentimientos era evitar a Juliana tanto como fuera posible. A primera vista, esto parecía una estrategia lógica, pero la vida tenía sus propios planes.
Un lunes por la mañana, Francisco estaba en una cafetería local, tratando de concentrarse en su trabajo, cuando se dio cuenta de que había olvidado su computadora portátil en casa. Se levantó rápidamente para ir a buscarla, pero al girar en una esquina, se encontró cara a cara con Juliana, que estaba en la misma cafetería, haciendo un proyecto de fotografía para la universidad.
—¡Francisco! —exclamó Juliana con una sonrisa radiante—. No esperaba encontrarte aquí.
Francisco intentó sonreír, aunque la sorpresa y el desconcierto eran evidentes en su rostro.
—Juliana. Qué sorpresa. ¿Cómo estás?
—Perfectamente bien, gracias. ¿Qué te trae por aquí? —preguntó ella mientras recogía sus cosas.
Francisco se encogió de hombros y trató de parecer casual.
—Oh, solo estaba en la zona. Olvidé algo en casa, así que volví para recogerlo.
Juliana miró a su alrededor y notó que había un asiento libre en la mesa frente a ella.
—¿Quieres quedarte un rato? —ofreció Juliana, con una expresión esperanzada.
Francisco dudó por un momento, pero luego aceptó, pensando que tal vez no habría mucho daño en una breve conversación. Sin embargo, mientras conversaban sobre temas triviales, Francisco se dio cuenta de que cada palabra, cada risa de Juliana, solo hacía más difícil ignorar lo que sentía.
**Situaciones Cómicas**
La situación se volvió aún más complicada cuando Francisco se encontró accidentalmente en una sesión de fotos con Juliana. Ella había decidido hacer una sesión improvisada en el parque, y cuando Francisco se cruzó con ella, Juliana le pidió ayuda.
—Vamos, Francisco. Solo es por un rato —dijo Juliana, sonriendo mientras ajustaba la cámara.
Francisco se encontraba en medio de un campo, posando como modelo involuntario mientras Juliana intentaba capturar las mejores tomas. En un momento particularmente cómico, Francisco estaba en medio de un salto, intentando hacer una pose elegante, cuando tropezó con una rama y cayó de espaldas en el suelo, cubierto de hojas.
Juliana no pudo contener la risa, y Francisco, con la cara roja y las hojas enredadas en el cabello, se unió a ella en la risa.
—No puedo creer que esto esté sucediendo —dijo Francisco, riendo—. Me siento como un idiota.
—Bueno, al menos ahora tienes una excusa para parecer tan elegante —respondió Juliana con humor—. Te ves como un modelo de moda del bosque.
A pesar de la situación embarazosa, Francisco se dio cuenta de que, en lugar de sentir incomodidad, se estaba divirtiendo genuinamente. La risa de Juliana y su capacidad para encontrar humor en cualquier cosa hicieron que el momento fuera especial.
**Un Encuentro Inesperado**
El siguiente malentendido cómico ocurrió cuando Francisco decidió intentar un enfoque más directo para evitar a Juliana. Decidió unirse a un grupo de amigos en una pista de patinaje sobre hielo, pensando que sería una forma perfecta de mantener la distancia. Pero, por supuesto, Juliana también estaba allí con algunos amigos, y al verlo, se apresuró a unirse a él.
—¡Francisco! ¡Qué coincidencia encontrarte aquí! —dijo Juliana, mientras se acercaba con sus patines.
Francisco trató de sonar despreocupado, pero en realidad estaba buscando desesperadamente una salida.
—Sí, parece que es una coincidencia —respondió Francisco—. No sabía que te gustaba el patinaje.
—Me encanta —dijo Juliana con entusiasmo—. ¡Vamos a patinar juntos!
Mientras intentaban patinar, Francisco, que no era un experto en el deporte, tropezó y cayó varias veces, mientras Juliana, con su habilidad natural, lo ayudaba y reía cada vez que él se caía. Su esfuerzo por evitar el contacto solo parecía acercarlos más.
**Reflexión y Confusión**
A medida que los días pasaban, Francisco se daba cuenta de que sus intentos de evitar a Juliana estaban teniendo el efecto contrario. Cada encuentro, cada situación cómica en la que se encontraban, solo aumentaba su deseo de estar cerca de ella.
Una noche, Francisco estaba en su apartamento, mirando por la ventana, reflexionando sobre lo que había estado ocurriendo. La risa de Juliana, su amabilidad y su espíritu libre eran cada vez más difíciles de ignorar. Se dio cuenta de que, en lugar de alejarse, estaba profundamente inmerso en sus sentimientos.
—¿Qué estoy haciendo? —se preguntó a sí mismo—. ¿Por qué estoy tratando de evitar algo que claramente me hace feliz?
**El Momento Decisivo**
Decidido a enfrentar sus sentimientos, Francisco se preparó para tener una conversación sincera con Juliana. Necesitaba comprender si había una posibilidad de que sus sentimientos fueran correspondidos o si estaba persiguiendo una ilusión.
Un domingo por la tarde, Francisco se encontró con Juliana en el parque donde solían pasar el tiempo juntos. Ella estaba sentada en una manta, leyendo un libro, cuando lo vio acercarse.
—Hola, Francisco —dijo Juliana con una sonrisa—. ¿Qué te trae por aquí?
—Quería hablar contigo —dijo Francisco, con una mezcla de nervios y determinación—. Creo que es hora de que aclaremos algunas cosas.
Juliana lo miró con curiosidad, notando la seriedad en su tono.
—Claro, hablemos —dijo ella, poniendo su libro a un lado.
**Conclusión del Capítulo**
En el parque, rodeados de la tranquilidad de la naturaleza, Francisco y Juliana se preparaban para tener una conversación que podría cambiarlo todo. Francisco sabía que enfrentarse a sus sentimientos no sería fácil, pero estaba listo para ser honesto consigo mismo y con Juliana. Mientras se sentaban juntos en el césped, el aire estaba lleno de una mezcla de anticipación y esperanza.
La conversación que seguiría prometía ser un punto de inflexión en su relación, un momento en el que la verdad saldría a la luz y los sentimientos serían confrontados. Con cada palabra que compartían, la conexión entre ellos se hacía más fuerte, y el futuro se volvía un misterio emocionante que ambos estaban dispuestos a explorar.
Cada autor tiene el derecho de contar la historia que desea, y la ausencia de contenido sexual no desmerece la obra. Es esencial respetar el trabajo ajeno, especialmente si una novela no se ajusta a los gustos personales. Criticar sin comprender la intención detrás de una obra suele provenir de quienes no han experimentado el reto de escribir. La literatura es un arte en todas sus formas, y cada historia tiene su lugar y propósito.