DE VUELTA AL DESEO

Madrid, España.

Han sido solo dos horas de vuelo, pero pareciera que hubiesen sido diez, Grace se durmió en cuanto sintió el avión despegar, siempre pasa.

Cuando mi bebé cumplió 2 añitos comencé a viajar con ella, fuimos a mi ciudad natal, Irlanda, visitamos Italia, Grecia y México; Escuché muchas veces que viajar con una bebé tan pequeña no era lo adecuado y que debía ser cansado, pero la realidad es que me disfrute cada uno de esos viajes con mi pequeña bebé y por supuesto, Brigitte que me ayudó mucho y si hay actividades para realizar con bebés, decían que no, pero hay una cantidad de cosas por hacer cuando se viajan con niñas pequeños.

Comida nueva, aires diferentes, todo ha sido una experiencia única, tengo fotografiado todos nuestros viajes, yo estoy feliz, porque sé que Grace es feliz, es una niña sana, fuerte y come de todo, para mí es más que suficiente, en ese ámbito.

Madrid será otra experiencia única y ahora tiene la oportunidad de vivirla con su padre, tendrá 3 años, casi 4 añitos, pero Grace es muy inteligente, independiente a medida que puede y sé que será una niña muy madura.

—Estás callada— comenta mientras camina a mi lado, estamos saliendo del aeropuerto.

—Solo pienso— digo mirando al frente el bonito paisaje que nos recibe, por suerte y nunca me puede faltar en mis viajes, es su coche, desde la primera vez que lo vi por Amazon, sabía que tenía que ser mío.

Super ligero, práctico y lo puedo llevar a todas partes.

—Depende del resultado de este viaje, me gustaría que Grace pasara su primer fin de semana en mi casa— me dice—Si no te molesta— comenta.

—No me molesta, solo esperemos— le digo.

Algo me dice que Grace se adaptará rápido a Liam, tanto, que después no querrá separarse de él y siendo honesta me gustaría que sucediera, si la situación hubiese sido diferente jamás me habría separado de él, porque yo crecí con mis padres juntos, es obvio que ellos se aman, siempre han sido felices.

Quería darle a mi hija el mejor ejemplo, pero no podía cuando la relación de sus padres era disfuncional y tóxica.

—¿Por qué decidiste buscarme?— pregunto.

—Quería verte Grecia— responde luego de unos minutos—Lo que nunca imaginé ni me espere que tuviéramos una hija mía, yo te imaginaba casada, con hijos de otro— ríe.

—¿Por qué querías verme?— pregunto, tengo demasiadas preguntas.

—Yo nunca te olvidé Gre, fui una mierda y lo acepto, pero mis sentimientos hacia ti eran verdaderos, bueno lo son—confiesa y yo solo me quedo en silencio.

Por ahora no tengo nada que decir a eso, porque siempre pensé y sigo pensando que su amor fue a medias, su comportamiento conmigo era muy volátil, un día decía que me amaba y al otro me trataba indiferente, era muy confuso, sin embargo, yo me aferraba a los momentos hermosos que vivimos y a sus muestras de afecto.

Llegamos al hotel, la habitación de Liam está junto a la de nosotras, ¡demasiada tentación! Será una noche muy tensa y debo descansar, porque mañana tengo que estar fresca como la lechuga para la reunión.

¡Maldición!.

Liam se encarga de confirmar nuestra reservación y lo agradezco, de verdad está siendo todo un caballero y eso me ablanda un poco el corazón, porque en el pasado tenía sus días de romance y eran esos días que más me gustaban, pero tristemente la mayor parte del tiempo era un cabrón.

—Mamá, tengo hambre— dice una Grace ya muy despierta.

—Ahorita iremos a comer cariño— le respondo acercándome a ella—¡Qué hermosa mi bebé!— exclamó peinando un poco su cabello alborotado.

—Está listo, el botones llevará el equipaje a las habitaciones— anuncia y asiento.

—Gracias— le digo sonriendo de lado.

Viajamos en primera clase por petición de él, desde que salimos de casa hemos tenido una atención privilegiada que desde hace mucho no sentía y menos de su parte.

—¿Quieren comer algo?— pregunta cuando estamos frente a la puerta de nuestra habitación.

—De hecho, Grace tiene hambre— le digo—Déjame dejar todo acá dentro y vamos—señalo.

Mi pequeño retoño viene con su peluche de conejito en sus bracitos, nos mira desde abajo y sonrío con ternura, es una mini Liam versión mujer.

—¿Quieres comer?— le pregunta.

—Si— asiente.

La alza en sus brazos y la abraza, mi hija se deja y yo sonrío, ahora entiendo cuando mis padres decían que la sangre tenía poder.

Cada vez que pienso en Liam no consigo las palabras adecuadas para describirlo, está tan cambiado y en el poquito tiempo que llevamos frecuentándonos por Grace me ha demostrado que todos podemos cambiar y evolucionar.

A pesar del desastre de relación que teníamos, de sus salidas a tomar y tener noches divertidas, Liam ha sido exitoso en sus negocios y con las matemáticas es buenísimo, entre sus tantos negocios, es dueño de un bar&restaurante en la zona céntrica de Londres, pero hizo la carrera de comercio internacional y la cereza del pastel es que heredó de su difunto padre la empresa de producción de licores.

¡Rico de cuna!.

Pero lo bueno de todo esto es que no presume el dinero, si, se da sus lujos y tiene comodidades, pero no es el típico hombre arrogante millonario.

Nos conocimos precisamente en su bar, yo cenaba y él llegó, tuvimos una conexión extraña al momento de mirarnos fijamente, se veía tan hermoso con su traje negro, nunca olvidaré ese día.

Porque es uno de los pocos recuerdos que son hermosos.