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Historia De Una Enfermera

Historia De Una Enfermera

Status: En proceso
Genre:Madre soltera
Popularitas:7.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Diana Sanchez Beleño

Esta es la historia de una joven enfermera, que tuvo que pasar por muchas adversidades, pero eso no la llevo a rendirse y lucho por lograr su sueño.

NovelToon tiene autorización de Diana Sanchez Beleño para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

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— Cuando salimos de Fundación, yo solía hacer los mandados a mi hermana con su enamorado, el viejito extranjero Joseph.

— Él siempre me regalaba dinero, prendas y chocolates. Era muy caballeroso y un amor. No sé por qué mi hermana no fue seria, si él era un amor.

— De esas prendas, aún estaban salvadas las mías, con tantas necesidades.

— Esta mañana, teníamos que pagar el arriendo de la casa y para la comida.

— Mis papás me dijeron: "Juanita, mija, ¿tú por qué no nos prestas tus prendas para completar, mija? Y si nos queda, hacemos un poquito de comida."

— Respondí: "Bueno, aquí están." Me quité mis aretes, una cadenita con su dije y los anillos.

— Mi mamá se quitó sus aretes y una cadena. Ya esto era casi lo último que teníamos.

— Salíó mi papá a pie al mercado para la casa de empeño.

— Llegó mi papá en un taxi. Venía el conductor y una mujer como de unos cuarenta y pico de años. Ella venía sentada atrás con papi.

— Nosotras, mi mamá y yo, estábamos esperándolo, pues él había salido desde muy temprano y ya era casi noche y no venía.

— Se bajó aquella mujer del taxi. "Buenas tardes," dijo.

— Respondimos: "Buenas tardes."

— "El señor vive aquí," preguntó la mujer.

— Respondimos a la vez: "Sí, señor, ¿por qué?"

— Contestó la mujer: "No, es que yo lo encontré así y lo traje. Está como borracho. Mírenlo, venga, ayúdenlo a bajar."

— Nos abrió la puerta del carro del lado donde se encontraba mi papá.

— Nos levantamos y efectivamente, mi papá estaba más que borracho. Ni él sabía quién era y mucho menos adónde estaba.

— Entre mi mamá y yo, lo bajamos de ese carro y vimos que traía los bolsillos por fuera, no traía ni prendas ni sus propios papeles.

— Nos dice la mujer: "Para que paguen el carro, porque yo lo traje."

— Respondió mi mamá: "Y tú, ¿para qué lo trajiste? Además, él salió a empeñar unas prendas y no trae ni prendas, ni el dinero, ni su cartera encima. Seguro tú se las quitaste."

— La mujer le dijo: "Entonces, vieja pícara, me toca pagarle a mí el carro a él. ¿Acaso él es mi marido o hijo?"

— Respondió mi mamá: "A mí no me importa quién te mandó."

— La mujer le dijo vulgaridades a mi mamá. Mi mamá se le acercó y le dio un golpe a aquella mujer, y la mujer le tiró a pegar a mi mamá.

— Pero yo también le pegué.

— En vista de que la cogimos a pegarle, el tipo del taxi, que jamás había hablado, le dijo: "Vamos, vamos, montáte."

— Prendió el carro y salieron huyendo.

— Mi mamá le pregunta a papi: "Ajá, Antonio, entonces, ¿adónde echaste las prendas? Ahora sí, bonito, quedamos sin prendas, ni dinero, ni recibo."

— No sé si mi papá se hacía el loco o de verdad estaba. En fin, ahora creo que quedamos peor.

— Mañana temprano teníamos que hacer filas para bañarnos, pues estaban los hijos de mi tía y nosotros.

— Cuando vamos a entrar al baño, este estaba sucio. Cabe recordar que era un baño con cuatro palos y envuelto en bolsas de aseo negras, y no había taza.

— Ese día, la tía Luz nos botó de su casa y gritó a mi mamá con vulgaridades.

— En la casa grande vivía una prima que también era sobrina de mi mamá.

— Ella fue la que salió y le dijo a la tía: "Caramba, Luz, tú eres la que tienes cara de ponerte con María si toda la vida tú la has molestado."

— Hasta ese día vivimos ahí, nos mudamos para un cerro que quedaba cerca.

— El día que fui por primera vez a buscar al señor Porfolio a esta nueva oficina, toqué y se abrió aquella puerta marrón.

— Me dijo: "Buenas, adelante, ven, entra."

— Al entrar, noté que tenía dos fotos de niños pequeños, y una en particular donde se veían aquellos niños y una mujer morena con cabellos largos, muy elegante, abrazándolos.

— No pregunté nada, traté de disimular.

— Me dijo: "Ven, siéntate."

— Me miraba y sonreía.

— Me dice: "Ajá, ¿y cómo te está yendo allá en la escuela?"

— Respondí: "Bien, sí, gracias a Dios."

— De pronto, se levantó y me tomó de las manos y me jalo hacia él.

— Sentía mi corazón a mil por horas, no porque me gustara, sino porque jamás me habían besado ni abrazado un hombre. Y confieso que tuve ganas de salir corriendo, pero debía esperar porque me tenía que dar para los pasajes y las copias que no hacía ni cogía la verdad.

— Porque lo que Porfolio me daba, se lo daba a mi mamá para la comida, para que mis hermanos no pasaran hambre.

— Me abrazó y susurro a mi oído: "Tú me gustas hace tiempo, yo quiero que seas mi novia, mi mujer, la mamá de mis hijos."

— Le dije: "¿Y ellos?" señalando las fotos con los niños.

— Respondió: "También son mis hijos, pero a ellos se los llevó la mamá, ellos viven en Bogotá."

— No respondí nada, me abrazó y comenzó a besarme por el cuello, luego la mejilla, llegando después a la boca. Sorprendida, quité mis labios de sus labios y él sonrió y me volvió a besar.

— Después de un rato, me dio el dinero y yo me fui a toda prisa.

— Al montarme al ascensor, me limpié mi boca con las manos. Cuando de pronto, se abrieron las puertas del ascensor para que entr

aran unas personas, me miraban como si yo fuera algo raro.

— En la escuela de enfermería, no todo era color de rosas. Siempre conseguía personas que se enamoraban de mí para hacerme la vida difícil.

— ¡Por Dios!

— Yo era la más joven del grupo. Éramos setenta y nueve mujeres y un hombre. Ellos siempre vivían pendientes de que me aprendiera y entendiera las tareas.

— Pues yo no era tan inteligente, decía, pero la verdad no creo.

— Porque como no tenía para las copias, me tomaba el trabajo de prestarles las copias a mis compañeros, quienes muy gentilmente me las prestaban.

— En los momentos que nos daban de descanso, aprovechaba y hacía mis trabajos, y con dibujos y todo.

— Se me olvidó contarles que en mi colegio hacía los mapas a mis compañeros y hacía sus tareas, sobre todo los números romanos, y ellos me pagaban.

— En la escuela tenía una amiga que ya era una señora casada con hijos, tenía como cuarenta años y era muy humilde. Y lo mejor, se llamaba como mi madre.

— María era una persona que siempre la recordaré, aunque nunca le fue bien en nuestra carrera, ella jamás logró trabajar de enfermera.

— María se tomaba el trabajo de leerme las tareas y explicarme. Nos reuníamos los domingos en su casa y hasta me guardaba almuerzo. Dios la bendiga, dondequiera que esté.

— La profesora Mercy me hacía las cosas difíciles, aunque mis compañeros me ayudaban mucho.

— Hoy es viernes y han hecho expulsión de varias compañeras. Ya sacaron a una muchacha que era de Sucre, porque supuestamente estaba embarazada y aquí no permiten embarazadas ni con enfermedades.

— Para esta entonces, aquella compañera que un día me dijo que nos fuéramos juntas y yo no traía pasajes, éramos muy buenas amigas.

— Ella siempre se venía junto conmigo, compraba su merienda y la compartía conmigo sin egoísmo.

— Ese viernes me tocó a mí.

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Gilma Graciano
qué tristeza pobre familia está novela me transpota a las novelas Gabriel García Márquez muy buena tú novela autora
Diana Sanchez: Gracias
total 1 replies
Luz Dary Gaona
que paso con la enfermera hacen escriben novelas y no la terminan
Diana Sanchez: pido Disculpas he estado un poco delicada de salud pero si tengo un capítulo largo que publicaré en las próximas horas muchas Gracias por este tiempo de espera ❤️
total 1 replies
Luz Dary Gaona
mala la novela no es historia de una enfermera si no de una vendedora. y esta peor q un rompe cabezas
Luz Dary Gaona
mala la novela no es historia de una enfermera si no de una vendedora. y esta peor q un rompe cabezas
Luz Dary Gaona
malo esta peor q un rompe cabezas q no es la historia de una enfermera si no de una vendedora
Luz Dary Gaona
malo esta peor q un rompe cabezas q no es la historia de una enfermera si no de una vendedora
Yngrid Coromoto
bueno
Diana Sanchez
y ahora
Doris almaris Barrios moreno
Yo dije que no Leia mas esta historia
Diana Sanchez
paciencia que ahora es que comienza a ponerse buena la historia recuerda que Juanita era una niña cuando estudio enfermería Gracias por Leer mi historia y espero me sigas en la próxima historia ❤️
Doris almaris Barrios moreno
no boy a leer mas esta hitoria no sirve no desarrolla la narracion se queda mucho tiempo en lo mismo la protagonista asido de todo menos enfermera
Doris almaris Barrios moreno
escritora por favor dsenrolle la hitoria donde esta el protagonista y la protagonista porque si es juana ella tendria que hacer el paper de enfermera no de vender aguardiente cada rato los corren dedonde viven esto es una locura de historian
Diana Sanchez: mi vida la historia de juana comenzó así vendiendo aguardiente pero después ya verás en que se transforma
mejor no te pierdas ni una Gracias por seguirme
Luz Dary Gaona: esta novela no se sabe que revueltijo es no se entiende
total 3 replies
Adoración del Carmen Martinez sonni
ya me perdí 🙄🙄🙄🙄🙄
Olga Olga Campero
muy bonita la historia
Liliana Montes
Excelente
Eret Lopez
el costal lleno de botellas ellos lo ven como basura y ellas como la esperanza de comer Dios los ayude y bendiga lo bueno que ya pagan la renta
Eret Lopez
gente muy MUY humilde y sufridas aguantadores pero trabajadoras y dedicadas y MUY agradecidas
Layla
¡Me tienes enganchada!
Abi Dharma
Me esta gustando
Katherine Caman
Estoy ansiosa por saber qué pasará en el siguiente capítulo. ¡Gracias por compartir tu talento con nosotros!
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