Laura, una mujer de 30 años, lucha contra una enfermedad terminal. Su mayor preocupación es el futuro de su hermana menor, Alma, de 15 años, y su pequeña hija, Sofía. Laura decide que su esposo, Máximo, debe hacerse cargo de Alma y Sofía para garantizar su bienestar. En sus últimos días, le pide a Máximo que se case con Alma cuando ella cumpla la mayoría de edad y que adopte legalmente a Sofía para cuidarla como si fuera su propia hija.
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Capítulo 4: Aclarando la Situación
El tiempo parecía transcurrir a un ritmo diferente en la casa desde que Laura había revelado sus deseos. Máximo y Alma se esforzaban por adaptarse a la nueva realidad, pero las tensiones eran inevitables. Ambos sabían que tenían que hablar para aclarar su situación y entender mejor sus roles en este inesperado arreglo.Una tarde, mientras Sofía dormía la siesta, Máximo decidió que era el momento de tener esa conversación pendiente. Encontró a Alma en la sala, leyendo un libro. Se aclaró la garganta y ella levantó la vista, mirándolo con curiosidad.—Alma, necesitamos hablar —dijo Máximo, su tono serio pero gentil.Alma cerró el libro y lo dejó a un lado, asintiendo.—Lo sé. Supongo que es mejor hablar ahora que seguir evitando esto —respondió, cruzando las piernas y mirándolo directamente.Máximo se sentó frente a ella, apoyando los codos en las rodillas y juntando las manos.—Alma, sé que esto es difícil para ti. Para ambos. Quiero que sepas que aunque acepté el deseo de Laura de casarme contigo, nunca intentaré ocupar el lugar de ella en tu vida. Ella era tu hermana y la madre de Sofía, y nadie puede reemplazar eso.Alma asintió, su expresión seria.—Lo entiendo, Máximo. Laura significaba todo para mí, y Sofía es lo más importante que tengo ahora. Pero también sé que tenemos que hacer esto funcionar de alguna manera.Máximo suspiró, aliviado de ver que Alma entendía la gravedad de la situación.—Lo único que espero de este arreglo es que podamos brindar un hogar estable y amoroso para Sofía. Seré tu esposo de nombre, pero sé que será más una asociación para el bienestar de Sofía que cualquier otra cosa. Espero que podamos comportarnos de manera respetuosa y estar a la altura de las expectativas de Laura.Alma sonrió levemente, con un destello de humor en sus ojos.—No te preocupes, Máximo. No tengo ninguna intención de complicar esto más de lo necesario. Mi única preocupación es Sofía, y lo único que quiero es asegurarme de que esté bien. Además, no me quitan el sueño los viejos malhumorados —dijo, lanzándole una mirada traviesa.Máximo soltó una risa suave, aliviado por el momento de ligereza en medio de la seriedad.—Gracias, Alma. Eso significa mucho. Intentaré no ser tan malhumorado —respondió, sonriendo también.Alma se relajó un poco, sintiendo que la tensión disminuía entre ellos.—Y yo intentaré no ser tan sarcástica. Pero, en serio, lo importante aquí es Sofía. Si podemos hacer que se sienta amada y segura, creo que estaremos cumpliendo con lo que Laura quería para ella.Máximo asintió, sintiendo una conexión renovada con Alma a través de su amor compartido por Sofía.—Exactamente. Y estoy seguro de que, con el tiempo, encontraremos una manera de hacer que esto funcione para todos nosotros.Se quedaron en silencio por un momento, ambos reflexionando sobre la nueva dinámica de su hogar. Aunque el camino por delante no sería fácil, ambos estaban dispuestos a hacer todo lo posible para honrar la memoria de Laura y asegurar el futuro de Sofía.Finalmente, Máximo se levantó y le ofreció la mano a Alma.—Amigos, entonces —dijo, con una sonrisa.Alma estrechó su mano, correspondiendo la sonrisa.—Amigos. Por Sofía.Ambos sabían que esa promesa era solo el comienzo, pero también era un paso crucial hacia la construcción de una nueva vida juntos, una vida donde el amor y la responsabilidad compartida podrían superar cualquier desafío.