Alejandro y Cassandra no se conocen, pero cada uno encontró el amor en otra persona y esto los llevó a un mundo de sufrimiento, por lo que se han jurado no volver a sentir amor por nadie más hasta que se encuentran.
¿Podrá haber una segunda oportunidad para el corazón de ambos?
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Capítulo 3 - Recuerdos
Cuando Cassandra entró a la cocina pudo ver a Elena en la cocina realizando el desayuno, por lo que decidió ayudarla.
Hacia algún tiempo que no sentía apetito de esa manera, no sabía exactamente desde hacía cuanto, dos meses o tal vez tres, no estaba segura, lo que sí sabía era que el olor que inundaba el lugar era delicioso y estaba disfrutando el momento.
Unos minutos después llegó Joaquín a la cocina y se sorprendió de verla allí ayudando, era la primera vez que la veía tan animada desde que había llegado a la ciudad.
El tenía hambre y el olor del café en conjunto con lo que estaba preparando Elena lo había motivado a bajar rápidamente y a sentarse en la mesa.
Elena al verlo le sirvió la comida y se la coloco al frente, a la vez que le hizo una seña a Cassandra para que también se sentará y le colocó un plato en frente.
La chica al ver la comida se le lanzó encima, dejando a su tío anonadado al verla comer de esa manera, supo que lo que había hecho comenzaba a generar efectos y eso le dio una idea, la tendría ocupada para que saliera de su ensimismamiento.
-Come con cuidado, te vas a atragantar - la chica lo miro y se sonrojó
Ella no había notado que estaba comiendo demasiado rápido.
Al terminar de comer comenzó a recoger la mesa y vio que su tío se levantó de la mesa.
-¿Vas a descansar un rato? - le preguntó Cassandra al padre Joaquín
-Nada de descanso, vamos a ir al orfanato a cuidar de los niños que se encuentran ahí - le comentó como si nada
Los ojos de Cassandra se abrieron como platos, se sentía terriblemente cansada después del trabajo en el huerto y notó qué su tío tenía una sonrisa pícara en los labios.
-Ayer te comenté los planos que tenía para hoy y tu aceptas, de verdad que no creí que le dijeras que si a todo - ella respiró profundo y siguió a su tio
Mientras tanto en otro lugar de la ciudad estaba Alejandro en su empresa mirando por uno de los grandes ventanales de su oficina, mientras pensaba en la llamada que acababa de colgar en donde uno de sus amigos le había contado que ya se habían culminado los trabajos de las casas que Angélica había diseñado.
En su mirada se notaba la nostalgia que le generaban los recuerdos de su amada y su corazón se estrujada cuando pensaba en ella.
Estaba recordando todas esas noches que ella había pasado sin dormir para trabajar en esos planos, todo el tiempo que ella había invertido para que cada cosa fuera perfecta, por lo que de forma automática metió su mano en el bolsillo y sintió el único objeto que tenía de ella.
Era algo pequeño, pero lo sentía como un gran tesoro y lo ayudaba a creer que ella estaba más cerca de él, era un collar que tenía un dije en forma de mariposa, el cual estaba elaborado con oro blanco y tenía incrustadas varias gemas de color morado.
Recordó el momento en que el obsequio el collar, la había invitado al mejor restaurante de la ciudad para celebrar que había terminado el proyecto, aún podía recordar lo hermosa que estaba ese día.
Llevaba puesto un hermoso vestido blanco con cuello v y unos hermosos tacones rojos, mientras que su cabello lo llevaba rizado y enmarcaba su rostro de una manera que solo ella podía llevar.
Lo que más le había gustado era el tono de sus labios, eran tan rojos que resaltaba en su rostro y de solo verlos le provocaba besarlos hasta perder la razón.
Ese día ella estaba sumamente emocionada porque le habían aprobado los planos y pronto comenzaría las obras para su construcción.
-A mi jefe le encantaron los planos y estoy segura de que a las familias les van a encantar las casas cuando estén culminadas - su emoción era contagiosa
-Yo estaba seguro de que sería así, eres la mejor arquitecta que conozco y trabajaste muy duro para lograrlo - Alejandro estaba feliz al verla realizar sus sueños
-Si sigues diciendo esas cosas me las voy a creer - respondió mientras chocaban las copas en un brindis
Alejandro saco de su bolsillo una pequeña bolsa de tela de color morado y se la entregó, ella lo aceptó mientras se mordía el labio suavemente, lo abrió y sacó el delicado presente que el le estaba entregando.
Ella lo miró con los ojos cristalizados, le encantaba recibir obsequios de su enamorado y adoraba las mariposas.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por alguien que tocaba la puerta.
-Pase - dijo con voz seria
Vio entrar a su asistente con un montón de documentos
-Me enviaron para que le pidiera aprobación de estos gastos... Son de su padre - la asistente coloco los documentos en el escritorio y se quedo esperando su firma
Alejandro se sentó en su escritorio y comenzó a revisar cada uno de los papeles que tenía en frente, no podía creer la manera en que su padre derrochaba el dinero de la compañía.
-Por favor, dile a mi padre que venga, necesito hablar con el de esto - Alejandro tenía dos de sus dedos en su frente
Estaba intentando calmarse, sabía que la conversación que tendría con su padre no sería sencilla, debia intentar convencerlo de reducir sus gastos y esa no era tarea fácil.
Porque están en ese estado tan depresivo??
Un comienzo distinto, me gusta.
veamos que sigue.