Corro cansada y ya sin fuerzas la verdad es que ya no puedo más estoy completamente agotada y casi desmayada los golpes aún me arden, pero lo tenía que hacer nos separamos mientras huimos y después de un rato me doy cuenta de que al menos que nos separemos nos van a atrapar, corro al bosque y veo a la persona frente a mí, niega, pero después de mucho discutir le entrego algo seguro y escapa mientras que sigo distrayéndolos miro a la nada sonriendo satisfecha, porque solo alguien que sabe que es vivir la traición de parte de dónde menos lo esperas sabe lo que es proteger y cuidar a la única persona que sí estuvo allí.
Yo solía ser una princesa de esas que viven en una burbuja y quieren todo lo que pide, una chica que creía tener su vida perfecta, una joven que creía en un príncipe, en un cuento de hadas en el amor bonito, pero después de solo conocer el dolor te aferras a una rosa que sabes que aunque te va a pinchar quieres tener su aroma, o con el fuego que es asombroso pero te quema
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Sorpresa.
Odette.
Buenos días, conejita como amaneces— dice Alek abrazado a mí, últimamente duerme en mi habitación hasta se mudó conmigo y despertamos como una pareja normal, estoy tan mal que lo amo y no me quiero alejar de él, Aleksander ha cambiado mucho, siempre está conmigo, me besa, me acaricia, se comporta como un caballero, ya no es la bestia de antes al parecer ahora tengo a mi príncipe.
—Buenos días, guapo yo muy bien a tu lado, como dormiste— pregunto recostada en su pecho.
—Dormí contigo, así que estoy feliz conejita, no sabes cómo me encanta tenerte en mis brazos, hacerte gritar de placer, eres, mi Reina, lo sabes, la reina de un demonio.— dice y me río negando.
—Quiero mostrarte algo, vamos a fuera— dice y me río mirándolo con sospecha.
—Que tramas guapo— le pregunto achicando los ojos, salimos después de vestirnos y me jala como si fuese un niño pequeño.
— ven, te va a encantar, lo sé conejita— dice mientras me tapa los ojos con sus manos desde atrás, mientras camina conmigo, luego nos detenemos y oigo un relincho, sin abrir mis ojos, me giro y lo veo a esos hermosos e hipnotizantes ojos que me tienen embobada y le digo emocionada y negando.
—No es cierto, no...no lo creo, en serio es lo que pienso.— digo y me besa cuando se oye de nuevo el relincho.
—Voltea, mi ansiosa conejita— dice y al girar no lo puedo creer, es hermoso, se parece a tormenta, mi caballo blanco, es divino, me acerco y lo acaricio, le hablo tal y como lo hacía con mi amigo y mis ojos creo que deben estar brillando, pues, no puedo de felicidad giro para ver a Alek y me le lanzo a los brazos de él y luego lo beso, me separo de Aleck y lo miro directo a sus ojos bellos.

—Lo siento, sí, no debí ser tan efusiva que dirán tus hombres — digo apenada.
Dirán que mi esposa me adora y que yo la adoro a ella, dice y me carga por detrás y me sube al hermoso animal y me sorprende su acción.
—Quieres que me suba contigo y te enseñe— dice y me río.
—Oh pequeño novato, tú me enseñarás a mí, eso quiero verlo y si hacemos una carrera— le propongo.
—Mmm, perfecto, conejita, ¿pero lo hacemos divertido, sí? — pregunta pícaro.
—Qué tienes en mente — le pregunto curiosa.
Hagamos una apuesta, si yo gano deberás decirme la respuesta que sea— dice y ya sé por donde viene.
— y si gano yo— le pregunto alzando una ceja.
—Me pides cualquier cosa, la que sea y te la cumplo— dice mirándome serio y acepto riéndome.
—Bien, Vito, mi caballo, por favor— después de eso le traen a un hermoso caballo negro, son ambos hermosos, él me señala un camino y me dice que al final está un lago hermoso, queda al final todo derecho y el que primero llegue gana.

—Tienes la ventaja, sabes dónde está el lago, yo no— digo y niega.
No te excuses, las apuestas son como las promesas siempre se deben cumplir— sonríe ampliamente y me encanta lo que veo.
Nos ponemos en una marca y un hombre lanza un pañuelo, enseguida arrancamos, mi caballo es veloz y es hermoso, le pondré Ángel y así lo llamo mientras corremos por el hermoso campo, todo está divino, pero no lo aprecio bien por qué voy muy concentrada, entre los deportes que practiqué la equitación fue uno de ellos y era la mejor, pero este arrogante no se lo imagina.
Sigo avanzando y no lo veo, a lo mejor, hizo trampa y cortó camino, sigo corriendo y entonces veo un hermoso lago, me falta poco y no hay señales de Alek, sigo arriando a ángel mientras le hablo sobre lo maravilloso que es, llegando lo siento a mi espalda y sigo, pongo todo de mí y lo vuelvo a pasar por mucho hasta que al fin llegó al lago, y vaya que le llevo mucho a Aleksander, comienzo a festejar feliz mientras nos reímos, y yo beso a ángel y lo abrazo él en respuesta relincha feliz.
—Vaya... Eres buena — dice agitado de tanto cabalgar y yo mientras sigo feliz besando a ángel y abrazándolo me siento tan feliz.
—Bueno, ya basta, me voy a poner celoso, ven, vamos al lago.— dice Aleck mientras me ayuda a bajar del caballo y quedamos muy juntitos, le miro sus ojos, luego sus labios y el beso no se hace esperar, me deja sin aire como siempre y me hace vibrar, este hombre es pura pasión, observo el lugar y todo es pasto verde y flores hermosas el lago es precioso, sus aguas son cristalinas este lugar me da mucha paz.
—Es hermoso, cierto... aquí vengo cuando quiero desaparecer un rato y sentirme bien. — dice y sonrío.
—Tienes razón, este lugar es mágico y es perfecto— digo una vez sentados en el pasto y coloco mi cabeza en su regazo.
—Mmm así que gané, ¿he? — le pregunto y me mira a los ojos.
—Si ganaste eres muy buena, entonces... Que me vas a pedir— dijo preocupado, se le notaba en la voz y en la cara.
—Bueno, a ver qué podrá ser ...— dije y me acomodó para tomarme las mejillas.
—Recuerda que las promesas se cumplen— dice y sé por a qué se refiere.
—Quiero irme...— comienzo y este niega.
—No, no me pidas eso, recuerda las pruebas, el* juntos hasta la muerte, * esas también son promesas.— alega y sonrío.
—Quiero irme de aquí, salir de este lugar junto a ti, aunque sea unos días— termino diciendo y su sonrisa crece, yo sé que no me dejaría ir, además con esta gente no se juega, ahora no es solo él, también está la orden, me buscarían y me casarían como a una presa, pero... Quiero al menos salir de aquí antes de mi nombramiento oficial, luego de eso no seré más la esclava, seré como Antuan dijo que aquí a las esposas se les da igual de valor que a los jefes, para eso son las pruebas, tendré el mismo respeto y poder que él y allí mi amada familia pagará cada día de mi sufrimiento.
—Tú... ¿Quieres salir de vacaciones conmigo?— dice y me besa.
—Soy una masoquista, lo sé aun sabiendo que me puedes torturar y tirar mis restos al mar — digo riendo.
—No lo haría otra vez, eres la única enemiga a la que no deseo dañar— el beso que se da entre nosotros es intenso, su mano va a mi nuca y sus dedos me aprietan con fuerza, lo tumbó en el pasto a la vez que como puedo me deshago de mi ropa y comienzo a quitar la de él, con desespero, deseo y pasión.
—Conejita por qué tanta prisa — dice y lo sigo besando hasta llegar a su enorme miembro y a veces pienso que es eso lo que me hace olvidar todo lo pasado, es enorme, grueso y venoso, me enloquece y lo desaparezco introduciéndolo en mi boca haciendo que entre y salga hasta llegar a mi garganta codo que veo que le encanta, estoy completamente a su merced y cada moviento que hago lo enloquece y así lo hago descargarse en mí haciendo que todo se escurra por mis comisuras y el ataque mis labios con desespero.
—Ahora quien es el desesperado — le comento riendo y de un moviento queda encima de mí y me embiste sin compasión una y otra vez el campo, el lago y nuestros caballos presencia aquella caliente escena donde soy colocada en varias posiciones hasta ambos estar completamente saciados.