El Márquez Solitario Y La Princesa Desterrada 9

En el marquesado los empleados trataban a Irene como la señora de la casa, aunque no estuvieran casados, para ellos y todos en el puerto, Arturo es hijo del Márquez, la gente supone que su matrimonio es por el niño, otros que realmente el marqués está enamorado, algunas damas siente envidia por Irene pues para ellas no es digan de tal posición.

Este día ella va con la modista del marquesado, la madre de Alonso la mando con ella para que vea los de su vestido de novia, Irene decidió ir para no ofender a la duquesa, para ella es un sueño estar preparando su boda jamás lo imagino, pero se siente feliz

En el Marquesado, Alonso tiene visitas inesperadas.

-Conde Julián, que lo trae por aquí, hace mucho que no venía al puerto.

-Marqués, vine por qué usted no quiso renovar el contrato que tenía yo con el conde Estefan.

-Mi abuelo fue él quien no renovó el contrato, cuando yo tome el mando de marquesado ese contrato no fue renovado.

-Pero es un negocio que es bueno para ambos además usted está soltero mi hija está afuera, si se da la oportunidad de conocerla estoy seguro que se entenderán, así podemos seguir con nuestros negocios.

-Conde, yo ya estoy por casarme, si mi abuelo no quiso renovar el contrato fue por eso, por qué usted puso esa condición, le recuerdo que mi familia no hace ese tipo de tratos, su hija no es mercancía.

-Pero mi hija es de mayor estatus que su prometida y no es madre soltera, usted no puede reconocer a un bastardo, su esposa debe ser digna del puesto, esa mujer no puede ser su esposa, marqués piénselo si tanto le gusta a ella puede tenerla como amante y ...

Alonso no podía creer lo que el conde decía se levantó furioso y golpeó fuertemente su escritorio, sus ojos solo tenían furia hacia él.

-Basta, no voy a tolerar un insulto más, ese niño no es ningún bastardo es mío, si no lleva mi apellido es por qué no sabía de él, que naciera fuera del matrimonio no significa que sea un bastardo el es el heredero del Barón Gaytán, mi prometida es lo suficientemente capaz y digna de ser la marquesa de Salvatierra.

-Marqués yo solo...

-Por favor retírese o me veré en la necesidad de sacarlo, no haré ningún negocio con usted y tampoco conoceré a su hija.

El conde salió molesto del despacho de Alonso, el creía que por ser joven podría persuadirlo, su hija esperaba afuera viendo el gran palacio, pero no podía pasar más adentro, solo tenía permitido estar en el jardín de las oficinas administrativas, algo que la molesto, la era una joven criada para tener un marido a su altura, ya se imaginaba que ella sería la señora de ese marquesado.

Irene llegaba en el carruaje, bajo en esa parte porque quería darle una sorpresa a Alonso.

La joven solo la vio bajar del carruaje, por los rumores supo que era ella la prometida del marqués, su cabello rosa era distintivo.

-Señora que bueno que llegó, el marqués está en su oficina.

-Bien, entonces irem...

Irene no pudo seguir hablando por qué la joven se le acerca para querer intimidarla, era más joven, bonita y con un hermoso vestido, así como joyas adornando su cuerpo.

-Asi que tú eres esa mujer, vaya que supiste engañar al marqués, pero el está con mi padre haciendo un trato, tubo serás su esposa, eres muy poca cosa, es mejor que le busques otro padre a tu bastardo.

Irene solo de escuchar la palabra bastardo le dio un puñetazo en la cara, lo que provocó que la joven cayera, jamás se imaginó que Irene pudiera golpearla, su doncella solo la ayudaba por qué su nariz no dejaba de sangrar.

-Pero como te atreves mi padre es un conde y tú una simple Baronesa, pagarás por esto me has roto la nariz

-da gracias que no traigo mi espada o la tendrías clavada en el pecho, mi hijo no es ningún bastardo, es un Gaytán, heredero de la Baronía protector de los caminos, como te atreves a insultarlo.

-Como te atreves tú a querer ser una marquesa yo soy mejor que tú.

Irene le iba a responder cuando el conde Julián llegaba, al ver a su hija sangrando intento golpear a Irene pero también termino en el piso con la boca sangrando.

-Eres una maldita, pagarás por haberme golpeado, el marqués sabrá que clase de mujer eres.

-Ella es la prometida de mi hijo, el marqués de Salvatierra, hijo del Duque Montenegro, como te atreves a insultarla.

La duquesa salía del carruaje, era la sorpresa para Alonso ella llegó directamente con Irene y la modista, el conde no sabía cómo reaccionar y su hija tampoco, no era común ver a la duquesa, ella era alta, de cabello negro y con una gran presencia, solo con verle a los ojos se sentía una gran presión.

Alonso llegaba con los guardias quienes sacaron al conde y prohibió su entrada al marquesado

-Madre bienvenida, disculpa no debí dejar que el saliera solo sin ser escoltado.

-No te preocupes, Irene lo puso en su lugar, ambos terminaron en el suelo, pero el dejo estoy muerta, descansaré un rato y los veo por cenar.

La duquesa entraba al carruaje para ser escoltada al palacio, Irene entre con Alonso a su despacho, va molesta, su rostro lo decía todo.

-Quienes eran?

-El conde Julián y su hija, él tenía negocios con mi abuelo, pero el contrato término era un buen negocio pero mi abuelo se negó a renovarlo porque el conde pedía un matrimonio.

-😮‍💨 Ella se atrevió a decirle bastardo a mi niño.

-😅 Entonces estuvo bien que la golpearas, no te lastimaste las manos.

-No, eso no podría lastimarme, supongo que no serán los únicos que le digan así, Alonso tengo miedo que él algún día me reproche que lo llamen Bastardo.

-Eso no pasará, estaremos con el para que nunca sienta que es diferente, si más adelante el decide llevar mi apellido se lo daré te lo juro, no llores Arturo es inteligente y sabe que lo amas.

-Gracias, no sabes cuánto me reconfortan tus palabras, gracias por quererlo.

-Los voy a proteger, no dejaré que nadie les haga daño, el es mi hijo para todos, si algún día le dices su verdadero origen el decidirá que hacer, pero lo voy a criar como mío.

Irene vuelve a besarlo, no sabe cómo agradecer que él quiera a su hijo como suyo, siempre se hizo a la idea de que crecería solo pero ahora ahí está Alonso diciendo que es suyo, solo reza para que nadie en Dark sepa de su existencia.

Mientras en la frontera de Altair, Rodrigo está impaciente porque la frontera está muy vigilada, los papeles que trae son legales pero no sabe por qué la vigilancia

-Señor he regresado, la frontera está más resguardada por qué el Archiduque dio la orden, creo que sospecha algo.

-Ese viejo zorro, debe tener un espía en Dark, ya tengo mucho tiempo fuera.

-Esperemos unos días más

Para Rodrigo era importante regresar, pensó que sería fácil encontrar a Irene, ahora pieza que jamás la volverá a ver, no sabe si rendirse o seguir buscando, tal vez la reina tenga razón, si la encuentra ella no lo perdonará, pero esa duda no lo dejara vivir en paz.