5 familias, un amor inesperado y la traición present, hacen de este amor una tragedia.
ahora Melinda no sabe que hacer, el misterioso hombre con el que estuvo una noche está frente a ella, pidiéndole saber el nombre de sus hijos.
2 familias poderosas tendrán que unirse para mantener el orden la paz de una traición, un amor en la tragedia va surgir, el recuentro de un padre con sus hijos, los secretos salen a la luz y la tragedia se hace present.
te animas a leerla, el destino siempre hace de las suyas y nada lo hace fácil.
te invito a conocer la historia de amor de Melinda, en un mundo alterno.
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CAPITULO 13 ¿Embarazada?
Melinda al escuchar lo que le decía lo fulmina con la mirada y le dice bastante molesta. - Carlos, yo no estoy temblando por miedo, sino por emoción.
Carlos suelta una gran carcajada y le muestra con su mano el camino, los dos salen de la casa y se van detrás de Bael.
El lugar quedaba a las afueras de la ciudad, una de las familias bajas que manejaban la parte del narcotráfico de Bael, quería tomar el lugar de él, todo el poder y riqueza de la familia.
El lugar que estaban atacando era uno de los terrenos más importantes de él, donde tenía armas, mapas, joyas, sobre todo los trabajadores más importantes que lo apoyaron desde su padre y su abuelo. Lo más valioso de su poder lo tenía en ese lugar.
Bael al llegar, entró con los carros, su gente estaba tratando de proteger el lugar, las armas de fuego solo se escuchaban al dispararse.
Bael al acercarse a uno de los hombres que estaba herido, le dijo que la casa la tenían tomada, tenían rehenes, mujeres y niños, como también al señor Luis.
Luis era un hombre muy mayor, crío y cuidó al padre de Bael, era el más cercano a su familia, siempre le mostró lealtad, cuido de él.
Bael se sentía desesperado, no podía dejar que le hicieran nada, de alguna manera tenía que sacar a su gente de ahí, aunque eso significara perder la vida.
Su gente logró terminar con todos los que estaban afuera de la casa, cuando escuchó alguien gritando y burlándose, desde adentro de la casa. - ¡Bael! Será mejor que calmes a tus hombres, antes que yo decida acabar con toda tu gente que tengo aquí.
El señor Luis será el primero, te lo prometo, ahora dime, ¿quieres hablar? Si es así, entra tú solo.
Bael miraba hacia la casa tratando de decidir si entraba o no, uno de sus hombres trata de convencerlo de que no lo haga, que tenían que buscar otra opción, pero él ya había tomado su decisión.
Bael les ordenó que no entraran, que si algo pasaba ya sabían que la sucesora sería su hermana, que la protegieran y que le dieran la misma lealtad como se la dieron a él.
Entra a la casa solo, sus hombres se quedaron afuera esperando; si alguien salía o lo dañaban, ellos acabarían con todos.
Al entrar Bael, fue desarmado, con una voz fría y seria le dijo. - Bien, César, estoy aquí ahora, ¿qué harás?
César burlándose le dice. – no pensé que te sacrificarías por esta gente, realmente me sorprendes.
El amo, el que dicen que tiene el poder del infierno para hacer y deshacer a su gusto, respetado entre las 5 familias principales por su fuerza y frialdad, lo tengo aquí a mi merced.
Quiero que te arrodilles, que me supliques por tu vida y la de ellos, que me des el poder de tu familia; quiero ser el nuevo Bael, tú no te mereces el poder, eres débil y todos los rumores que te rodean son un mito.
Bael mira su rostro tan lleno de satisfacción y sus ojos tan desubicados, con una seriedad y frialdad le dice. – cualquier droga que uses realmente te ha hecho daño, ha afectado tu cabeza, yo no haré eso.
Si entré y estoy aquí, solo fue porque quiero matarte yo mismo, verte a los ojos para ver tu miedo, tu sufrimiento, mientras lo hago.
César, con su voz burlona, le dice. – Sí que te crees eso de tu apodo, eh, pero date cuenta de algo muy importante, que en este momento te tengo en mis manos.
César toma a Luis, lo pone de rodillas y le apunta con un arma a la cabeza, furioso le dice. – te vas a quedar quieto o lo verás morir frente a ti.
Luis tenía los ojos tapados y la boca; Bael no dijo nada, solo se quedó quieto, los hombres más fuertes de César lo empezaron a golpear.
Él estaba parado sin meter las manos, mirándolo fijamente a los ojos, sin importarle los golpes tras golpes que le daban para tratar de tumbarlo.
Bael era fuerte y tenía determinación, tanto que no lograron doblarlo ni un poco, su fuerza era grande, lo único que lograron fue que sangrara de la boca, en ese momento con esa voz gruesa y fría le dice. – ¡César! ¿Por qué no vienes tú y me golpeas o eres tan débil que sabes que nunca podrías hacerme daño?
César molesto grita – Ustedes no hacen bien su trabajo, háganlo callar de una vez.
Uno de los hombres toma un marro, lo golpea por detrás de las rodillas para hacerlo caer al suelo, pero apenas sí lograron doblarlo; su fuerza, su determinación y su furia eran muy fuertes.
Él solo esperaba el momento para poder matarlo, buscaba la oportunidad para acercarse y estrangularlo con sus propias manos.
Siguieron golpeándolo hasta que se cansaron, estaban agotados, Bael seguía parado, aunque muy golpeado, escupió sangre, miró a César con odio y frialdad.
César estaba desesperado por no poder doblegarlo, seguía ahí parado, viéndolo con esa mirada altanera, viéndolo hacia abajo y superioridad.
Desesperado le pide a uno de sus hombres que le entreguen un cuchillo y que lo sujetaran, que él mismo lo mataría.
Sus hombres lo sujetaron y amarraron de las manos, él estaba por acercarse cuando varios hombres entraron matando a su gente.
Melinda estaba entrando y con su voz fuerte dijo. – no dejen con vida a ninguno, mátenlos a todos.
Carlos y dos hombres más estaban a su lado protegiéndola, se empezaron a disparar las armas de un lado y otro.
Los hombres de Melinda se aseguraron de llegar con los rehenes, ponerlos a salvo, los hombres de Cesar lo estaban protegiendo.
Bael quedó en medio, Melinda al verlo se apresura a acercarse a él, mientras que sus hombres no dejaban de disparar para protegerla.
César, al ver que se acercaba a Bael, trata de ir por él y matarlo. Melinda llega primero, saca un cuchillo, corta las sogas que tenían amarrado a Bael.
Él se iba a caer cuando Melinda lo sostiene para que nadie se diera cuenta de que estaba débil y adolorido, que ya no podía más, en ese momento mira como Cesar se acerca a ellos con el cuchillo, se va directo a Bael para matarlo.
Melinda tenía que quitarlo del camino, trata de moverse, pero el peso de Bael era demasiado para ella, no lograba moverlo, mira a César tan cerca que a como pudo se da la vuelta metiéndose entre Bael y César.
César enterró el cuchillo en el hombro izquierdo de Melinda.
Bael mira cómo César entierra el cuchillo en Melinda, se llena de furia y la adrenalina lo invade; sacando sus últimas fuerzas, toma el arma que Melinda traía en su cintura, la levanta y le dispara en la cabeza matándolo al impacto. Sus hombres terminaron con todos los aliados de César.
Bael quitó el cuchillo del hombro de Melinda, pidió algo para cubrir la herida, uno de los hombres le pasa unos trapos para cubrir la herida.
Él, al verla herida, terminó ignorando todo el dolor de su cuerpo, la adrenalina lo invadió y sin importarle nada la levantó, la llevó al carro, para ir directo al hospital que pertenecía a su organización.
Luis se fue con él, estaba preocupado por Melinda, desde que la conoció, la aceptó como la hermana de Bael.
Al llegar al hospital, ya los estaban esperando, el médico, enfermeras con la camilla, la puso en la camilla, entraron hasta el quirófano.
Bael estaba afuera del quirófano, desesperado porque no sabían nada, Carlos trataba de convencerlo de que lo mirara un médico, pero él se negó, primero quería saber cómo estaba ella.
Pasaron 30 minutos cuando salió el doctor, con una tranquilidad le dice. – amo, la joven ama está estable, el cuchillo no dañó ninguna parte importante, pero perdió mucha sangre, tuvimos que hacer una transfusión de sangre.
Debemos tenerla en observación para asegurarnos de que no sufra un aborto, si nos hubiera dicho que la joven ama estaba embarazada hubiéramos tenido aquí una ginecóloga lista cuando llegaron.
Ya le hablamos y viene en camino, hay que esperar 20 minutos.
Bael no podía creer lo que escuchaba, sorprendido, exclamo. - ¿aborto? No, es imposible, ella nunca lo mencionó.
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