Dulce una mujer que nunca quiso ser madre pero que la vida le dio un cambio de 80 60 grados encontrándose con Amy una niña huérfana que le robó el
Corazón de inmediato a tal punto de quererla como su hija cambiándole su mundo entero un amor que surgió entre ellas para Amy dulce es su mamá y para dulce Amy es su hija pero su felicidad se verá afectada por la llegada del papá de Amy Máximo un alfa despiadado que no le importa lo que tenga que hacer para encontrar a su hija sin importar a quien tenga que lastimar en el proceso un hombre que lo único que le importa es encontrar a su hija sin importar ensuciarse las manos en el proceso.
¿Que pasará cuando las encontré ?
—Yo soy el padre de Amy dame a mi hija
—Eso jamás Amy es mi hija y nunca te la daré
La hija del alfa es mía
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(Se que en el título dice hijo pero es niña aunque diga el hijo del alfa es mío trata de una niña )
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Reencuentro
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DULCE
—Después de salir de la oficina de mi papá, voy a la casa a ver a mi mamá. Esta será la última vez que hable con ella. Ya me ha hecho demasiado daño: primero lo de mi nana, y ahora lo de mi bebé. ¿Qué más falta? ¿Que me tire de las escaleras?
Cuando llego, escucho ruido en su habitación. Toqué, pero no recibí respuesta, así que entré. Y en verdad, lo que vi no me sorprendió en lo absoluto: mi madre con otro hombre en la cama. No es algo nuevo, lo hace desde hace años. La verdad, no sé cómo mi papá aguantó tanto tiempo sin decir nada.
Salgo de la habitación. Estoy bajando las escaleras cuando mi madre me enfrenta.
—Puedes seguir. Yo ya me voy.
—¡Alto ahí, mocosa! Tú y yo tenemos que hablar.
—No lo creo. Con permiso, Cristina.
—¡Muchacha insolente! ¡Más respeto, que soy tu madre! Necesito tu ayuda y me vas a ayudar a que tu padre no se divorcie de mí.
—Qué cinismo el tuyo… ¿Me pides que te ayude para que mi papá no te dé el divorcio, cuando tienes a tu amante acostado en su cama? En serio estás mal si piensas que te voy a ayudar. Mi papá debió haberte pedido el divorcio hace mucho tiempo. No sé por qué aguantó tanto.
(Después de decir eso, un ardor recorre mi cara. Me ha dado una bofetada.)
—Este dolor no se compara al que me has causado por años. Siempre me pregunté por qué mi mamá no me quería, pero nunca tuve respuestas. Ahora ya lo sé: solo te quieres a ti misma. No te importa nadie más. Me quitaste a mi nana, quien fue más madre que tú. No quería tener hijos porque tenía miedo de parecerme a ti. Pero cuando encontré a esa bebé, supe que sí podía ser madre, y estaba dispuesta a todo para que estuviera conmigo. Y tú, como siempre, haces tus trucos sucios para quitármela. Porque sé que fuiste tú.
—¿Ay, todavía sigues con lo de tu nana? La corrí por ladrona e insolente. ¡Ay, no seas llorona! Y sí, te diré toda la verdad. Ya estoy cansada de fingir.
Sí, hija, fui yo quien planeó todo para que te quitaran a esa mocosa. ¡Tú me quitaste a mi hijo! Esa era una deuda que tenía contigo… y por fin la pude cobrar. Yo planeé todo eso para que se la llevaran a esa llorona.
—¿Eres cruel o qué? ¿Cómo que te quité a tu hijo? ¡Yo no te hice nada! No sé de qué me hablas.
—¡Tú me tiraste de las escaleras cuando estabas pequeña! Yo estaba embarazada… ¡y por tu culpa perdí a mi hijo! Por tu culpa, perdí la oportunidad de volver a ser madre.
Y hoy tengo la oportunidad de cobrarme esa deuda.
—Dios mío… mi propia madre quiere matarme. Esto sobrepasa todos los límites.
(Estábamos forcejeando cuando la que se cae es ella. Bajo corriendo las escaleras y verifico que esté viva. Y sí, lo está. Hierba mala nunca muere. Pero está inconsciente. Llamo a la ambulancia y luego a mi papá para contarle lo que pasó. Me voy con ella en la ambulancia. No podía dejarla ahí. A pesar de todo, es mi madre.)
(Los paramédicos piensan que estoy llorando por verla en ese estado, pero si supieran que, de no ser por ser ágil, la que estaría ahí sería yo…)
Llegamos al hospital. Se la llevan para revisarla. Estoy en la sala de espera cuando llega mi papá. Le cuento lo que pasó.
Él hizo algo que nunca había hecho desde que era pequeña: me abrazó.
—Perdóname, hija. No mereces pasar por todo esto. Cristina se refería a que, cuando tú tenías como dos años, estaba embarazada. No sé bien cómo fue, pero ella aseguró que tú la empujaste. Nunca te lo dije porque no quería que sintieras culpa. Pero, después de todo esto, dudo mucho que haya sido así.
Perdóname por nunca ser el padre que esperabas. En verdad… no sé qué le pasó a tu madre. No es la misma mujer de la que me enamoré. Es totalmente distinta. No sé si fingió todo este tiempo o si realmente cambió.
(Después de hablar y desahogarme con mi papá, me siento un poco mejor. Me fui del hospital. El doctor nos dijo que ya estaba estable y que podíamos pasar a verla. Mi papá fue, pero yo… yo no quiero verla. En verdad, necesito despejar mi mente. Me siento asfixiada.
Voy a ir a un lugar al que hace mucho tiempo no voy…)
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MÁXIMO
Dije que lo mejor sería no volver a toparme con ella, pero la vida… la vida le encanta joderme.
Andaba por el bosque en mi forma lobuna cuando sentí su olor. Como era evidente, fui hasta donde estaba. La encontré en el lago, mirando a la nada. Podía percibir su tristeza a kilómetros. Su aroma desconecta mi conciencia y todo mi ser.
Sin más, me acerqué tratando de no asustarla. No quiero que piense que quiero hacerle daño. Cuando me vio, se asustó un poco y retrocedió, pero me acerqué más y bajé la cabeza en señal de paz. Y así lo entendió. Se acercó… y empezó a acariciarme la cabeza.
No pude evitar ronronear. Al menos logré que sonriera. Fue una sonrisa fugaz, pero hermosa. Tengo que descubrir por qué esta chica me hace sentir así, como si fuera… es tonto decirlo, pero como si fuera mi mate.
Y eso no es posible.
Yo ya encontré a mi mate… y murió.
Pero hay algo. Una familiaridad…
Ahora que lo pienso, Emely olía a menta y rosas.
Ella huele a menta y lavanda.
Y mi hija… orquídeas y menta.
—“Lobito hermoso… bueno, lobote. Eres bastante grande.”
Escuchar su voz fue la estocada final. Su voz es parecida, por no decir igual, a la de Emely.
Después de oírla, algo dentro de mí se aceleró… y tuve que salir corriendo.
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DULCE
Este bosque… era mi lugar de paz cuando era niña. Estar aquí, en el lago… lo amé desde el primer día que mi nana me trajo. Siempre dije, desde pequeña, que este lugar tenía algo mágico. Y aún lo creo. Aunque esté mal, este lugar siempre me llena de paz.
Estaba perdida en mis pensamientos cuando se me acerca un lobo. Bueno… un gran lobo negro. Al principio, por instinto, retrocedí. Pero él se acercó, bajó la cabeza… como pidiendo caricias. En verdad es muy tierno.
No sé qué dije, pero cuando hablé, se fue corriendo. Quise alcanzarlo, pero fue más rápido.
Ya está oscureciendo. Lo mejor será que me vaya antes de que se haga de noche y me pierda.
Demasiado tarde. Ya me perdí.
Y para colmo, mi teléfono no tiene señal, y casi no tiene batería.
Solo a mí se me ocurre venir al bosque así.
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