“En la vida tomamos decisiones todo el tiempo, algunas acertadas y otras no tanto. A veces la circunstancias nos llevan por caminos errados. Esta es la historia de la familia Santoscoy, y de su vida dentro de la mafia. La sed de venganza puede sacar lo peor de nosotros, también la lucha de poder y enfrentamientos entre grupos rivales, siempre logra arrasar con todo a su paso.
Pero dentro de tanto odio, también puede nacer el amor y la pasión desmedida, un amor clandestino, entre dos personas que sus vidas no tienen nada en común. Pero que el destino se ha encargado de unir, a pesar de todos los obstáculos que deben atravesar.”
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Tenemos un trato
Capítulo 9
Leonela estaba reunida con sus socios minoritarios, una de ellas era su amiga Sonia. Había quejas por los constantes decomisos en la mercancía que venía de Cali, también el constante acoso de los Montaño.
—Entonces ya quedamos, recuerden que todo lo relacionado con decomisos lo tienen que ver con mi hermano Ramón. De los Montaño me encargo yo, en cuanto al territorio del dorado se le asignará a su sobrino Jasiel.—todos obedecían a la jefa, pero Sonia tenía que hablar de otro tema más importante, así que en cuanto todos los demás se marcharon, ambas pudieron conversar.—¿De qué quieres hablar Sonia?—
—Sobre tu prima Julieta.—
—¿Qué pasó?—preguntó Leonela mientras le daba un sorbo a su bebida.
—Pues resulta que está iniciando su propia distribución pero que se está pasando por mi territorio sin pagar un solo centavo por hacerlo.—
—Así que mi prima se está independizando de sus hermanos, Remigio no va a estar feliz. Vaya no le gusta la competencia. Bien hablaré con ella, yo me encargo.—le aseguraba Leonela.
—Que sea verdad, no quiero a una Montaño metida en mi territorio.—insistía Sonia antes de salir. Para este punto Leonela no sabía si frenarla o apoyarla.
—Sapo ve por Julieta y tráela aquí.—ordenaba Leonela.
—Si jefa.—
Además Leonela tenía otra reunión importante con Erick Zuno, le aseguro que tenía una propuesta de negocio que no rechazaría, así que accedió a recibirlo. Más tarde Erick iba en compañía de Kerim y Oscar, para ellos era como llegar al cielo, donde las montañas protegían a la familia Santoscoy.
—Ya llegamos señores, bienvenidos a la casa de Leonela Santoscoy, siéntanse afortunados no todos tienen el privilegio de estar aquí.—decía Erick
Kerim sentía algo extraño al saber que volvería a verla, además las personas que cuidaban la casa se veían temibles. Se preguntaba ¿Quién era realmente Leonela Santoscoy?.
—Erick bienvenido.—
—Señora Elvira que gusto verla, siempre tan bella. Permítame presentarle a Kerim Retana y a Oscar Barbosa, estamos aquí para hablar con la melliza sobre negocios.—
—Es un gusto conocerlos, tengo que salir pero se quedan en su casa.—saludaba Elvira, Kerim caballerosamente le abrió la puerta de la camioneta y la ayudó a subir.—Gracias es usted muy amable.—dijo Elvira
—No tiene que agradecer.—respondió Kerim
—Ella es la mamá de Leonela, es una mujer muy dulce.—les decía Erick
Leonela quedó sin palabras al ver de nuevo a Kerim y a su acompañante, solo que esta vez estaba siendo acompañado por su gran amigo y socio.
—Está si que es una sorpresa Erick, pensé que hablaríamos de negocios.—
—Exactamente eso, un negocio importante preciosidad, el mejor de tu vida.—insistía Erick, pero Leonela solo podía observar a Kerim, tal parecía que a él no le gustaban las negativas y era determinado en conseguir lo que quiere.
—Esta bien, adelante pasen.—Leonela los hizo pasar a la terraza, Sagrario les ofreció algo de tomar.
—Tienes una casa muy bella.—decía Kerim para romper el hielo.
—Cuando gustes, eres bienvenido.—respondió Leonela mientras no dejaba de analizarlo.—Hablemos de negocios, ya que si mal no lo recuerdo la última vez que los vi. Supuse que todo había quedado claro, el terreno de la joya no está en venta.—insistía Leonela
—Eso nos quedó claro, pero hablé con mis socios y mi familia. Estamos dispuestos a pagar una renta nada despreciable por el terreno o hacerla nuestra socia.—dijo Kerim, para Leonela él le resultaba realmente atractivo y masculino, ella simplemente cada vez que lo escuchaba hablar mordía sus labios y la hacia tragar saliva. No entendía el por qué.
—Necesito pensarlo, tengo muchos socios y sinceramente no se me ocurre tener más. Nadie sabe esto, pero el terreno de la joya era un regalo para mi hermano Jonas, él estaba por titularse de médico. Así que ese terreno se pensaba para que fuera un hospital, que sería de mi hermano para que ejerciera su carrera de una manera libre y enfocada a su misión de vida. Ayudar a las personas que necesitaran de la salud, algo que en mi país es precario para la mayoría.—les decía Leonela, pero Kerim veía mucha tristeza en ella al mencionar a su hermano, tal vez había sido uno de los que habían muerto y que el Jaibas les había contado.
—La entiendo, bien ni hablar nosotros nos retiramos.—dijo Óscar al ver a Kerim muy conmovido.
—No queríamos molestarla, Leonela ¿piensa construir el hospital aún?—preguntó Kerim, desarmando completamente a Leonela y poniéndole los pies en la tierra. Y como suponía Kerim, ella no tenía la intención de seguir con sus planes, Jonas ya no estaba así que no tenía caso.
—No, pero creo que usted ya lo sabía. Bien Kerim, tienes una oportunidad más para convencerme.—
—Señorita, si usted gusta rentarnos ponga el precio que desee, pero si usted quiere ser nuestra socia será bien recibida por grupo Retana.—
—Usted es un tiburón, sin duda.—expresaba Leonela
Así que Leonela hizo una propuesta, les otorgaría el terreno a cambio de que construyeran un casino, un bar y que sería independiente de todos los negocios que ahí se edificarían, que además sería manejado por los Santoscoy. Ese sería su pago por la renta del terreno, Kerim aceptó concederle la autonomía total de ese casino y del bar. El cual como todos los demás le serviría a Leonela para lavar el dinero de sus otros intereses.
—Entonces tenemos un trato, lo felicito señor Retana.—dijo Leonela mientras le extendía la mano para cerrar su negociación. Kerim no podía dejar de mirarla, sentía algo especial al tocarla.
—También quería asociarme con usted en el equipo de futbol y el estadio de aquella ciudad.—dijo Kerim sin soltar su mano.
—Vaya, usted es parecido a mi. Tiene una gran ambición, lo pensaré.—
Oscar no veía nada bien ese interés que mostraba Kerim por su nueva socia, ella no le inspiraba confianza. A pesar de haberla investigado, algo lo ponía alerta. Además todos mostraban temor al hablar sobre ella. Kerim se despidió de Leonela, al acercarse no pudo ignorar su agradable aroma. Ella no dudó en coquetearle, se marcharon los tres juntos como habían llegado.
—Jefa, su prima la espera en el despacho.—
—Buen trabajo sapo, de ahora en adelante quiero que vigilen veinticuatro horas a Kerim Retana y su socio.—
—Si patrona.—
Leonela caminó hasta su despacho, ahí estaba Julieta esperando por ella.
—Julieta, ¿cómo estás?—dijo Leonela mientras tomaba asiento.
—Algo impresionada, ¿por qué me trajiste aquí prima?—
—Sencillamente porque andas dando problemas, a mi socia y amiga Sonia. ¿Por qué estás usando su territorio para pasar tu mercancía sin pagar?—
—Es un pequeño negocio que yo comencé, el distribuidor es de Colombia, no es tan bueno el producto como el de Cali. Pero da buenas ganancias, Ramón no quiso ayudarme así que me la jugué y Leonel nunca me respondió.—
—No pensaste que podría decir Remigio si se entera.—
—Mis hermanos son unos egoístas, Remigio se cree el único que las puede, mientras que David y Crispín son sus empleados, en cuanto a mi. Dice que solo sirvo para casarme con alguno de sus socios para fortalecer sus relaciones. Por eso yo te admiro a ti, por eso me atreví a hacer mi propio negocio.—
—Este mundo no es sencillo, pero está bien que quieras labrar tu propio camino, voy a ayudarte. Aunque Remigio se enoje, serás una jefa de tu propio territorio.—
—Sabía que me entenderías.—
Julieta no había pedido su ayuda por el odio que le tenían sus hermanos a Leonela, pero se daba cuenta que eso debió hacerlo desde un principio. Era verdad que ella, la admiraba y la respetaba, Julieta pensaba que Leonela era la mejor líder del país. Mientras tanto Kerim celebraba lo logrado, esperaba que su nuevo negocio trajera muchas satisfacciones a su vida.
Tu si puedes desenmascarar a gerardo
Debemos salvar a Sonia
Así de fácil confías en la palabra del tirador
Acabas de decirlo es tu amiga
Por fas piensa leonela