segunda parte de mi hermoso vagabundo.
NovelToon tiene autorización de maucris para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 12
(Sam Warren)...
Al ver que Romina se dispone a salir del carro, mis músculos se contraen y, sin procesar lo que estoy haciendo, la agarro de la muñeca para detenerla.
_ No piensas despedirte _ le digo.
De un momento a otro el ambiente cambia cuando nuestras miradas se encuentran y nos miramos de una forma diferente... Hasta que de pronto la chica me jala a ella y me besa.
De un principio, no sé si responder ese beso, pero abro la boca, sigo sus movimientos y me dejo llevar por el dulce sabor de sus labios que me envuelven.
(No logro entender lo que me ocurre, no puedo ni quiero apartarme de su boca, disfruto ese beso como nunca antes lo había hecho. Su cercanía me aturde, su mirada me atrae y ese olor familiar que tiene, me encanta.)
Me separo solo un poco... La observo desconfiado... La miro con cautela...Y esta vez soy yo quien vuelve a besarla exigiendo su boca con deseo y vehemencia.
Coloco mi mano sobre su pierna lentamente para acariciarla, ella sigue mi ritmo y no se separa ni un centímetro de mí, tentándome aún más cuando abre sus piernas para que mi mano siga su camino.
Siento un fuerte deseo por ella, siento el calor que desprende su cuerpo y mi cabeza recuerda... Cada uno de mis sueños eróticos con esa mujer de cabello oscuro.
Es la misma sensación, pero esta vez la chica de cabello oscuro sí tiene un rostro y es el rostro de una hermosa vagabunda que apenas conozco hace un par de días.
Suena mi teléfono...
¡Maldita sea! Me digo a mí mismo cuando lo escucho sonar y sonar, arruinando el mágico momento.
Me separo solo un poco de ella, para intentar apagar el maldito teléfono, pero ella de inmediato me hace un gesto serio.
_ Intuyo que es mi madre quien me llama, sé que debo estar en la cena de su cumpleaños, pero no quiero arruinar este mágico momento _ le doy explicaciones, sin entender por qué lo hago.
No sé qué me pasa con ella... Me pregunto sin obtener una respuesta en mi cabeza.
_ Perdón, debo marcharme _ le digo con mucho pesar al saber que mi madre me espera.
Ella, deja de mirarme... Al parecer, está maldiciendo entre dientes mientras mira a la calle;aunque no la escuche claro, sé qué trata de decir.
Vuelve su mirada hacia mí, con enfado.
_ Te invito a cenar mañana _ se me ocurre decirle, prácticamente para que no esté molesta conmigo.
_ No, gracias _ escucho decir de su enojada y tentadora boca.
La observo molesto al escuchar su respuesta, ¿No comprendo por qué está tan enojada?
_ Sam yo... _ no la dejo hablar cuando se disponía a decirme algo.
Puesto que la beso en los labios con posesión, succionándole y mordiendo sus labios con gusto, mientras de a poco ella me va respondiendo con los mismos movimientos.
¡Me encantan sus besos! Y a la vez me sorprende al sentir que podría pasar mi vida entera besando sus labios y acariciando su cuerpo, porque sin darme cuenta, mi mano estaba bajo su ropa acariciando uno de sus pechos.
Vuelve a sonar el teléfono...
_ ¡Maldita sea! _ esta vez lo digo en voz alta _ ¡No apague el maldito teléfono!
Lo tomo y observo que esta vez es mi mujer.
_ ¿Quién es? _ me pregunta Romina al ver mi expresión en mi rostro.
No sé qué responder, no puedo decirle que es mi esposa a la que estoy engañando justamente con ella en mi carro.
_ ¿Te quedaste mudo?
_ Perdón, esta vez sí debo ir a casa _ le respondo como un maldito cobarde.
_ De acuerdo _ me queda mirando fijamente, no sé si va a llorar o no, pero se baja del carro dando un solo portazo a la puerta para cerrarla.
Mientras que yo, me quedo como un idiota, haciéndole caso a mi cabeza la que dice que debo estar en la cena de cumpleaños de mi madre. En vez de hacerle caso a mi corazón quien me dice que salga corriendo por ella.
Vuelve a sonar mi teléfono... Y esta vez lo estrelló contra el parabrisas, maldiciendo mi miserable vida.
Al rato...
Los minutos pasan y me veo llegando a la mansión. Estoy cabreado y me ha empezado a doler la cabeza desde que no fui capaz de detener a mi hermosa vagabunda para quedarme con ella.
_ ¿Por qué vienes solo y a esta hora? _ me pregunta mi madre cuando me ve entrar y camina hasta llegar a mí, colocando su mejor cara para no llamar la atención de los invitados.
_ Seré un crío para que vengas con reproches _ le respondo sin ni siquiera saludarla.
_ ¿Hijo, qué te sucede? ¿Por qué me respondes de esa manera _ se victimiza mi madre.
_ Perdón, no estoy de humor, me duele la cabeza _ le respondo para no amargar su cumpleaños.
_ Los escoltas me llamaron avisándome que no te encontraban por ningún lado _ dice Amanda mientras me saluda con un abrazo y beso en los labios.
_ Al salir de la empresa para llegar a tiempo para la cena, no encontré mi carro ni rastros de esos incompetentes guardaespaldas. Estuve horas esperando a que aparecieran _ prosigo _ Hasta que me vi obligado a tomar un carro de la empresa para regresar lo más rápido que puede hasta ahora.
_ Cariño, lo siento profundamente _ me dice mi mujer al creer ciegamente en mi mentira.
_ Vamos, nuestros amigos te están esperando _ me dice mi madre, mientras toma de mi brazo para ir a saludar a todos los invitados.
_ Señores, disculpen la hora, me disculpo por llegar tarde _ saludo a los invitados con la mejor sonrisa y el rostro más hipócrita que poseo.
Horas más tarde...
La cena se alargó más de la cuenta, toda la noche tuve que fingir estar a gusto con ellos y ni hablar de cómo tuve que ser el marido perfecto cuando Amanda alardeaba del gran amor que nos tenemos.
(Si supiera que horas antes me estaba comiendo a besos a la mujer que me dejó la entrepierna y el corazón a mil)
que explote la bomba y dinamiten a esas brujas desgraciadas de la vida de Sam