una masacre, una venganza, dos corazones que se enamoran y dos países capaces de todo para destruirse.
¿que pasaría si tienes frente a ti a quien mato a tu madre? ¿qué pasaría si tienes que aliarte con alguien para vengar a toda tu familia muerta? ¿podrá el amor que sienten ser más fuerte que el odio que los rodea?
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capitulo 12
¿quieres que te lleve al trabajo? tengo que salir a buscar unas cosas para mama- Yoriko era el hijo de nana, tenía 30 años y nos cuidaba como un hermano mayor, de hecho siempre había sido mejor que Diego en ese papel.
¿piensas invitar a cenar a mi jefe en algún momento o seguirás comiendotelo con la mirada?- le dije bromeando mientras agarraba el secador de pelo y me sentaba delante de él.
mala, mala, mala- me dijo riéndose y negando con la cabeza mientras enchufaba el aparato y me secaba el pelo.
oh vamos, cada vez te quedas más tiempo mirando, aunque pienses que no lo sé, pero lo peor no es eso. lo peor es que ambos sienten lo mismo y ninguno es lo suficientemente valiente como para dar el primer paso- mientras hablaba tome una tostada y le hunte manteca.
No es tan fácil, ya me rechazaron Nat, no lo soportaría de nuevo- sé que estaba haciendo puchero sin verlo.
Yori, él jamás te rechazaría, veo como te mira y siempre me está preguntando como te va en el trabajo o si han hecho algún avance en las investigaciones. Aunque sea invítalo a cenar como amigo y tantea el terreno- le dije terminando de comer.
prometo que lo haré, no hoy y quizás no mañana, pero lo hare- su mano se puso frente a mí con sus dedos cerrados y su meñique extendido.
Okey, promesa de meñique- le dije sonriendo y agarrando con mi dedo el suyo para cerrar el trato.
Parecen dos niños por dios ¿promesa de meñique? ¿En serio?- Nana ingresaba al comedor sonriendo con su taza de té. -no maduran más, pero me encanta saber que se aman de esta manera. Nat, tu hermana comienza hoy el colegio ¿llegarás a buscarla?-
Claro que si, ella sale a las 5 y yo a las 4, así que hasta me da tiempo de recorrer un poco- le dije dándole un beso en la mejilla.
¿está enojada de nuevo?- pregunto dándome una sonrisa de medio lado.
Me vio despierta desde temprano y no me creyó cuando le dije que no tuve pesadillas- dije escogiendo los hombros.
Bueno tampoco te creo yo-
ni yo- dijo Yoriko levantándose de su silla y sonriendo.
No esperaba que ninguno me crea- dije bufando. Salí del comedor y agarre mi campera y mi cartera.
Buen trabajo- las palabras de Niz me frenaron de golpe, esas mismas dos palabras que me decía cada vez que salía a una misión.
Gire sobre mis talones y me volví a darle un beso en la frente, el mismo que siempre le daba y que ella sabía que significaba que volvería a ella, que jamás la dejaría sola. Le seque una lágrima qué rodaba por su mejilla y la empuje al comedor, debía desayunar para ir al colegio. Su risa fue lo suficientemente fuerte como para alegrar mi dolido corazón.
Señor Rumi ¿qué hace tan temprano en su local?- le dije a mi jefe en cuanto pase la puerta de la cocina y lo vi inventariando los mariscos y pescados qué seguramente habían llegado a la madrugada.
Nat no hagas que te recargue con horas de trabajo, ya te he dicho mil veces que dejes de tratarme de usted, me haces sentir viejo- dijo escogiendo los hombros mientras seguía anotando todo.
Si comienzo a cortar verduras ¿me perdonas?- dije bromeándolo.
Ya, ya ponte el delantal, hoy será uno de esos malditos días largos- estaba nervioso y enojado.
Cuando Rumi decía eso era porque iban a usar, algún grupo de mafiosos, el salón Vip. Él era el único que conocía nuestra verdad, su amistad con Yori venía de años, ya que sus madres siempre se veían en la casa de Nana y pasaba gran parte de las vacaciones allí. Cuando se enteró de que vinimos a refugiarnos a Japón, fue el primero en presentarse en la casa dando su apoyo y dándome trabajo. Tanto el cómo Yori me enseñaban el idioma y también el mismo se encargó de inscribir a Niz en la escuela. En fin volviendo al día de hoy, solamente tenía que hacer lo que siempre hacía, esconderme en la cocina y no salir para nada a la parte de enfrente.
¿cómo está la familia?- me reí internamente cuando dijo eso.
Nana está bien, Niz se preparaba para ir a la escuela y Yori, bueno él me trajo hasta aquí- le dije mirando seriamente su reacción. Y ahí estaba, a pesar de estar de espaldas a mí, se había tensado ante la mención de su nombre.
Me alegro mucho, hoy quiero que te lleves un algunos bollos para que cenen después- me dijo despacio.
Si papa- le dije y lo deje allí solo en la despensa antes de que realmente me castigue.
Éramos solamente dos en la cocina, ayudando a Rumi qué era el chef, después en el salón comedor había 5 mozos y la chica de la caja. Nos ayudábamos todos mutuamente, de hecho varias veces tuve que oficiar de moza cuando alguno había faltado, por eso entrábamos más temprano los cocineros, porque en caso de alguna eventualidad, los platillos ya estaban hechos. Aunque cuando se realizaban reuniones en el Vip como la de hoy, se cocinaba en el mismo momento para evitar hacer enojar a alguien, hasta ahora jamás había habido algún problema.
Ya a las 11 de la mañana los platos salían de la cocina con dirección al comedor y por la cantidad que estábamos haciendo, el lugar estaba lleno. La reunión sería a las 13 horas, pero como siempre, la seguridad llego antes recorriendo las instalaciones, bueno al menos cuidaban a su jefe, lo malo es que se creían como dueños del sitio y se comían todo lo que podían a su paso. Aparte de que siempre eran los mismos dos idiotas que se sentían dioses solamente porque se paseaban por las mesas o por las mesadas de la cocina portando sus armas en la mano. Demasiado arrogantes, y a veces, bah en realidad había sido solo una vez, pero me habían acorralado los dos contra una de las mesadas, tremendo susto se llevaron cuando una cuchilla qué estaba cerca sé paro en seco en la garganta de uno, doy gracias que Rumi freno la tensión del sitio y que el supervisor de seguridad llego en el momento justo para ver a sus dos idiotas en acción, si hubiese sido un poco más tarde los habría sacado en bolsas mortuorias. Pero gracias a eso, ahora solo entraban comían y se iban.
¿En qué piensas?- la pregunta de Rumi me saco de mis recuerdos.
En nada, solamente recordaba muchas cosas al mismo tiempo- dije restando importancia.
Pues no estoy en contra de tus divagaciones, solo no lo hagas cuando estás cocinando con aceite o te vas a quemar y peor aún quemarás la comida- dijo señalando la gran olla que ya tenía tan caliente el aceite que estaba a un solo paso de quemarse.
Mierda- dije bajando el fuego y esperando un poco para poner las verduras a freír.
La risa de mi compañero y mi jefe hicieron que me sonrojara.
Rumi
Yoriko