Klea es policía en Interpol, destacada en la región de Almería para mejorar la gestión de registros de los migrantes.
Alejandro es juez en la dependencia policial en Almería y tiene una relación tóxica con Victoria, pero le gusta mucho a Klea.
Ambos van a compartir una vida como perro y gato, silencio y burlas, odio y sarcasmo, hasta que la llegada de Kader hace los cambios pertinentes.
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Discusión
Klea está haciendo de traductora para ayudar a una mujer argelina, ella habla con respeto, pero la registradora es seca. Por lo tanto, Klea dicta la información de la misma manera.
- Nombre. – la registradora no mira a la persona, se enfoca en la pantalla.
- ¿Me podría brindar su nombre, por favor? – Klea se lo pide con amabilidad.
- Mi nombre es Madara. – responde la mujer de la misma manera.
- Apellidos.
- Necesito el nombre de familia.
- Mi nombre de familia es Zitoini.
- ¿Cómo se escribe?
- Z-I-T-O-I-N-I
- Nacionalidad.
- Lugar de procedencia.
- Argelia.
- Fecha de nacimiento.
- Fecha de su natalicio.
- 15 de abril del 1964.
- Edad.
- 54.
- Pregunta la edad. - ella quiere que se pregunte a la migrante.
- No sabes contar, ella tiene ya cumplidos los 54 años. – le sonríe a la mujer para que se sienta cómoda
- Estado civil.
- Su estado civil actual es...
- Acabo de enviudar, mi esposo fue masacrado por la oposición.
- Viuda – le responde Klea a la seca.
- Hijos a cargo
- ¿Tiene hijos?
- Tengo seis niños.
- Motivo.
- ¿Por qué hizo un viaje hasta España?
- Busco refugio.
- Oficio.
- Algún trabajo que desempeñe.
- Soy ama de casa.
- Estudios.
- ¿Qué ha estudiado?
- Solo hasta la secundaria.
- Siguiente. – cerró el registro sin más.
- ¿No vas a culminar con el registro?, tiene seis hijos. – no le parece correcta la actitud de la tipa.
- No tiene estudio, no sirve, que se regresa a su país. – la juzgó sin más.
- Registra a los niños – Klea entra en defensa de la mujer, manteniendo la calma.
-Tú no eres quien para decirme lo que tengo que hacer en mi trabajo. – entra en discusión.
- Los argelinos huyen de la guerra.
- Está oficina es de migraciones, no de beneficencia pública.
- Somos policías, pero creo que tú ere descartable.
- Por lo menos yo me apego a las reglas y tú a Teresa de Calcuta.
- Un poco de humanidad en el trato, escucha a la persona.
- Yo sí sé hacer mi trabajo, no te metas.
- He hablado con ella, y su esposo fue masacrado por la oposición, ha venido aquí con sus seis hijos. Por lo menos registra a los niños.
- Haré que te despidan hablaré con el juez para que pida tu retiro de la policía. Oficial de quinta.
- Aparte de mi ¿Quién más habla siete idiomas aquí? Tú ni mascas el inglés.
- Limítate a traducir, me retrasas mi trabajo, hay una fila de negros que registrar.
- Pareces hermana de Alejandro.
- Aquí no está permitida la compasión, no sabemos quién es delincuente, quien es terrorista...
- Estúpida. - le corta tajantemente.
- ¿Qué dijiste?
- Paganini no repite.
- ¿Paganini? ¿Quién es?
- ¡Qué ignorante!
La registradora o el técnico oficial no soportó la tensa discusión con la agente, se levantó de su asiento y se fue directo a la oficina del juez para acusar de obstrucción laboral a Klea. Alejandro está harto de que todas las quejas sobre Klea se la den como único salvador.
- ¿No eres capaz de resolver un problema tan insignificante como eso? – quiso botarla.
- No deja trabajar, ella quiere hacer lo que se le viene en gana, en cambio yo soy obediente a las reglas.
- ¿Eres egresada de la escuela de oficiales? – ya está dudando de su profesionalismo.
- Por supuesto, señor juez, fui la más destacada, yo siempre he sido la mejor.
- Te pedí que, si eres egresada, no qué clase de alumnas fuiste en la escuela.
- Lo siento señor juez, yo solo quería darle la mejor información.
- Hablas de más. – la hizo callar – Que suba Klea.
Klea estaba con la pasante quién vino a darle buenas noticias, había encontrado una familia dispuesta para cuidar de Florence. La conversación fue interrumpida por la oficial para decirle que el juez está solicitando su presencia.
Klea se disculpa con la pasante y le pide encarecidamente que la ayuda a cuidar de Alma y de Kader. Ella acepta gustosa ayudar a la intendente, pues ella si tiene conocimiento de quien es Klea y entrenamiento que tiene en la policía.
- ¿Me mandó a llamar? – entró sin tocar la puerta.
- Tenemos que hablar seriamente, eso es uno y dos se toca la puerta.
- Si lo sé, pero no me dio la gana. Sé también que me mandó a llamar.
- Si lo sabías ¿Por qué lo preguntas? – quiere hacer larga el habla, pero la situación no ayuda mucho.
- Por costumbre.
- Déjate de payadas y toma asiento.
- Lo escucho. – pero no sé sienta.
- ¿No te vas a sentar? – en su corazón se siente preocupado al ver como su invitación fue rechazada.
- Tengo trabajo. – lo trata con frialdad.
- Seré directo, me enteré de que el juez de menores te dio la custodia de tres menores.
- Custodia temporal. – se limita.
- Eso es ilegal, ¿Cuánto pagaste?
- ¿Qué insinúa? – lo fulmina con la mirada.
- Responde a mi pregunta.
- Como que me llamo Klea Vergara, y no Victoria Burga.
- ¿Fue con sexo que obtuviste la custodia? – se dio cuenta de lo dijo, pero ya soltó la pregunta y es tarde para remediar
- ¿Es usted imbécil de nacimiento o se hizo imbécil en la universidad?
- Es la costumbre, tengo una tóxica constantemente al lado. La otra razón es que tus colegas quieren que te despida. - le releva al motivo por la que la mando a llamar.
- A mi despide el coronel de las fuerzas armadas por órdenes del ministro.
- Eres lista. – dijo lo que piensa en alta.
- Y usted se cree listo dando azotes. – lo encara sin pelos en la lengua.
- En serio, me preocupa que estés albergando tres migrantes menores en tu casa.
- Tengo licencia, con fecha. – se limitó nuevamente.
- ¿Tráfico de influencias? – le intriga la información a medias que le da Klea.
- Soy transparente o no embarrada como usted.
- Apenas eres técnica de oficiales. Mira tu uniforme. No eres más que un agente, eres el rango más bajo de la policía. Eres muy hábil con los idiomas, te necesito, obedece las normas, para que en la capital reciban un buen informe de ti.
- Como si me estuviera haciendo un favor. - le responde con sarcasmo.
Ella dio media vuelta y dejó la oficina del juez, éste la llama, quiere hablar con ella, pero es inútil, ella no obedece. Ante este fracaso se jala los cabellos, lamenta haber sido cruel con ella, no puede controlar su mala costumbre, Victoria está en camino, lo sabe y para no empeorar las cosas, abandona su oficina.