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En La Guerra, En Mi Cabeza

En La Guerra, En Mi Cabeza

Status: En proceso
Genre:Acción / Futuro / Sci-Fi / Supersistema / Apocalipsis / IA
Popularitas:625
Nilai: 5
nombre de autor: Ángel

La historia sigue a un militar sin nombre, en medio de una guerra, al que todos se refieren como Ergo.

El mundo del futuro está en crisis debido a una guerra que ha asolado cada región desde hace años y de la cual parece ser que ningún compañero o militar cercano a Ergo sabe algo.

Un día cualquiera, durante una batalla campal, Ergo es herido y se ve orillado a reparar su extremidad tras acabar la batalla. Luego de su reparación, Ergo descubre a sus altos mandos hablando acerca de él, de su ineficiencia y de como lo eliminarán para traer a otro soldado en su lugar. No obstante y sin poder negarse, es enviado de nuevo en una última misión en los límites del mapa sabiendo que las batallas libradas allí son sinónimo de muerte.

Poco a poco, Ergo irá descubriendo la clase de mundo en el que habita y los secretos que se han ocultado ante el y cualquiera de sus compañeros.

En esta historia el lector se sumerge en un delirio y cuestionamiento filosófico y político acerca de la moralidad.

NovelToon tiene autorización de Ángel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

XII

Habían dado vuelta por la calle donde había visto la cámara y Ludwig señaló a Ergo una zona en la lejanía con su dedo. Parecía una calle desértica. Las casas en la zona era iguales a las de cualquier otro lado, pero no había más que un par de personas andando por la zona. Hacía más frío pese a que el atardecer estaba próximo.

Al costado de la calle, Ergo noto un desnivel en algún punto, y mientras lo veía, al mismo tiempo un sonido estridente se hacía cada vez mayor. Olió humedad en el ambiente y su duda se aclaró en cuanto vio la playa al otro lado de una pequeña barda que le desconectaba de la calle por donde andaban.

Llegaron finalmente a la parte donde la barda terminaba y unas escaleras hacía la arena brillante comenzaban. Ludwig no atendió las dudas de Ergo y simplemente se comenzó a quitar su calzado. Lo arrojo por allí y se acercó hasta que sus pies fueran bañados por la espumosa agua.

Ergo se quedó en el último escalón de las pequeñas escaleras.

—¿No vienes?—preguntó Ludwig girando sobre si mismo.

—¿Qué se supone que es este lugar?

—Una playa... Desgraciadamente, la gente no suele concurrirla ahora desde que la máquina ha causado que todos pasen la mayor parte de su tiempo con amigos del trabajo o embriagándose.

Antes de que Ergo pudiera decir algo, Ludwig asió su brazo con rapidez inusual y lo posicionó frente suyo aún con el calzado puesto.

El atardecer finalmente llegó, y en la distancia, en aquel enorme cuerpo de agua cuasi infinito, el sol comenzaba a tocar delicadamente su superficie en una ilusión. Mientras la luz sobre el mar causaba una belleza incomparable y las olas hacían un sonido relajante para cualquiera. Los ojos de Ergo se llenaron de pequeñas lágrimas ante la impactante luz. Recuerdos hicieron a Ergo caer en la arena, su mente sentía confusión, pero estaba seguro de que era él. Un niño acercándose a una mano delgada y extraña para tomarla, mientras le llamaba la figura de alguien extraño y de voz aguda, pero cálida. Pese a ello, Ergo sentía calidez ante el ambiente; sintió un escalofrío recorriendo su espalda y sintió alguien en lo profundo de su pecho.

Miro con atención el paisaje en cuánto sus ojos se acostumbraron.

—Esto... ¿Qué es? Me siento...—intentaba decir Ergo.

Ludwig siguió empujándolo hacia adelante.

—¿Esto es ser libre, Ludwig?—preguntó con un tono de voz casi infantil. Ludwig dejo de empujar y lo dejo cerca del mar.

—Lo es, hijo. ¿Sientes algo?

—Es...

Una lluvia de pensamientos y opresión en el pecho golpeó e hizo eco en su ser, una y otra vez. Ergo se sentía raro y su rareza fue mayor cuando las lágrimas brotaron de sus ojos inesperadamente.

<> pensó Ergo dejándose llevar por lo que sentía.

...****************...

Una pantalla digital encendida. Sonidos eléctricos: chispas, pitidos y el sonido de algo mecanografiando. Un grupo de hombres trabaja arduamente entre cientos de componentes eléctricos, números, papeles y más mientras escuchan un pitido diferente. Una señal aparece en la pantalla de la gran computadora.

—Hay señal de un arma accionada en la pantalla, señor.

—Lo veo—dijo el hombre alto y de traje a cuadros color crema.

La señal, representada por un punto rojizo en el mapa parpadea. Se escucha un accionar mecánico diminutivo.

—Ha sido accionada un arma. Se requiere comprobación del registro de unidades activas—dijo la voz casi metálica desde alguna parte de la enorme habitación.

—¿Sabes dónde se activó? ¿Puedes rastrear?—preguntó el hombre trajeado.

—No puedo rastrear específicamente dónde, parece haber algo inhibiendo las señales.

—¿Dónde? Es lo que pregunté.

—Imposible rastrear directamente, pero ha sido activada en la ciudad al límite de los campos de diseñados para el entrenamiento de las tropas.

—¿Quién la accionó?

—Desconocido, el inhibidor evita descifrar quién fue.

El hombre calló, y se dirigió a sus hombres:

—Parece que tenemos un problema. No tenemos idea de quién fue, pero que alguien tenga un arma en una de nuestras ciudades solo indica dos cosas: o nuevamente revivió la célula de tráfico de armas que la máquina exterminó hace tiempo, o alguien huyó del campo y de cierta forma vino a dar aquí atravesando el enrejado.

Sus hombres miraron con atención, se miraron también entre sí con duda y una curiosidad inherente. Era obvio que sentían la necesidad de ir directamente a explorar las posibilidades.

El hombre de traje se dirigió nuevamente a la gran computadora.

—¿Cuánto tiempo tomará en que la máquina se entere de esto?

—La información ya va en camino, seguramente mientras le digo esto ya debe estar enterada.

—Bien, en ese caso, ¿cuáles son las posibilidades de éxito en caso de llevar a un pelotón y a una máquina de reconocimiento?

—Indeterminado. El inhibidor evitó saber la ubicación exacta, pero quizá la máquina de reconocimiento podría encontrar mucho más fácil las señales con su tecnología.

El hombre agradeció y se dirigió nuevamente a sus hombres:

—Ya saben que hacer, algunos de ustedes y yo iremos a esa ciudad a buscar la causa de activación del arma. No queremos que la máquina vuelva a causar un genocidio a causa del trafico de armas.

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Benja
Mi compa el jugador de Brawl Stars:
Lord vyron: JAJAJA
total 1 replies
Benja
Te olvidaste corregir lo de Carter
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