Amor Sobre Ruedas

La carrera fue muy intensa, ambos estaban de primeras, Valeria quería ganar y así salvarse de la deuda y James quería tener una cita con ella.

Las cosas estaban saliendo a pedir de boca, ella había ganado, no sabía si fue por cuestiones de James o porque lo hizo de verdad.

Valeria sintió que James había desacelerado al último minuto.

- Sabes cómo manejar una máquina de esas.

- No es la primera vez, aunque no es la misma que yo manejo.

- Moto es moto.

- No te distraigas del tema, ahora no tenemos ninguna deuda.

- Siempre cumplo con mi palabra, solo quería pedirte un favor, tenemos está noche.

- Está bien.

Valeria estaba de muy buen humor, como para negarse a una comida gratis. Se había saltado el almuerzo y la cena. Y su estómago ya estaba haciendo ruido.

- Nada ostentoso.

- Tú te conformarías con una simple hamburguesa.

- Exacto.

Caminaron por las calles iluminadas, y ya vacías, la luna era su compañera hablaban de cosas canales, cosas que no hacían referencia a sus vidas privadas.

Parecían viejos amigos, riéndose de chistes bobos. Mientras más caminaban, se iban acercando al centro.

- Llegamos.

A pesar de que Valeria le había dicho que no quería nada tan elegante, James no hizo caso. El restaurante era muy elegante, él estaba bien vestido, en cuanto a ella no tanto.

- No voy a entrar, si quieres le traes la comida acá.

- Estás loca.

- Un poco sii.

- Entra de una vez por todas o te arrastró.

- He dicho que no voy a entrar, mira como está vestida esa gente y mírame a mí.

- No me importa. Así eres tú.

Valeria puso los ojos en blanco, este hombre podía ser un gilipollas Pero sabía muy bien como tratarla y como hacerla sentir muy bien.

- Ok, pero si escucho algún comentario sobre mí forma de vestir no me quedaré callada.

James solo se encogió de hombros, y así fue que ambos entraron en aquel restaurante, y para de ambos los Rowan estaban también allí, era como si el destino la quisiera incomodar de alguna manera.

O puede que James supiera y la llevará a ese restaurante solo para fastidiarle la vida. Las miradas no se hicieron esperar y los comentarios tampoco.

- Definitivamente, tu mecánico no tiene nada de clase, venir a un restaurante de estos en esas fechas.

- La clase no se ve solamente en la ropa, los modales también son importantes. - Valeria le respondió a la mamá de Maik. Lorenzo estaba que se reía, Lorenzo padre fulminaba con la mirada a Valeria y Maik, no era capaz de mirarla a la cara. Él solo veía a Gabriela.

- Está cosa trabaja con ustedes. - el tono despectivo que había utilizado Gabriela saco de casillas a Valeria quien salió sin decir una sola palabra, directo al hotel.

Los días siguientes las cosas se pusieron más difíciles, tenían que llegar a Emilia - Romagna. Mientras que los pilotos viajaban en el jet privado, ella viaja con Sam y los demás en el avión de carga.

Al llegar al nuevo país, todos se dispersaron al llegar al hotel, iban a descansar un par de días, ya que para el día viernes se haría la clasificación del sprint, el sábado se haría la carrera de Sprint y en horas de la tarde la clasificación para el gran premio del día domingo.

Está era una carrera muy complicada, ya que no tenían mucho tiempo de práctica, mientras todos los demás se divertían Valeria se quedaba en su habitación estudiando el circuito. No dejaba ningún detalle suelto.

Y como era de esperar el viernes llegó y con eso, la primera práctica libre que solo era de sesenta minutos, para luego darle paso a la clasificación de Sprint.

Todo estaba de maravilla, solo que no contaba que ese día iban a hacer prueba contra el doping.

- Los pilotos están todos acá.

Valeria sabía que muy rara vez hacían estás pruebas, que las hacías al azar y al parecer les había tocado a ellos, los pilotos del equipo pasaron uno a uno, Pero los resultados sorprendieron a Maik y a Lorenzo.

Pero a Valeria no, Alan había salido positivo y fue descalificado de la competencia, ellos llevaban días sin hablar.

- Alan en serio, sigues con lo mismo.

- Cállate Valeria, este no es tu problema.

- Aunque sigas ignorando me, soy tu única familia y me preocupo por ti.

- Debería de preocuparte por tus asuntos.

Muy enojado Alan salió del circuito, Valeria no podía correr tras el, el Sprint estaba por comenzar.

Al terminar aquella carrera Valeria salió en busca de Alan, esperaba encontrarlo en la habitación de su hotel, y no se equivocaba.

- Hermano.

- Lárgate Valeria no estoy para visitas y menos para reproches.

- Solo quiero comer contigo.

Cansado y de malas gana abrió la puerta dándole el permiso de entrar. Ella noto el desorden, en la mesita habían ratos de drogas. Su corazón se hundió, ahora se daba cuenta del gran problema en el que estaba su hermano.

Se culpaba mentalmente, no sabía en qué parte del camino se había equivocado, lágrimas cayeron por sus mejillas, su impulso la llevo a abrazarlo fuertemente, al principio Alan no mostraba ningún signo de que fuera a responder, pero Valeria no se rindió y al final ambos cayeron al suelo.

Lloraron por varios minutos, tanto Alan como Valeria necesitaban desahogarse, era como en los viejos tiempos.

- Hace mucho no llorábamos a mares.

- Lo necesitaba, al igual que tú.

- Es verdad.

- Alan, ¿qué está pasando?.

- Nada.

- Te metes en problemas con narcotraficantes, te estás drogando, tomas licor seguido, me sacaste de tu vida así como si nada.

- Tenía que sentirme libre.

- Y piensas que la droga y el trago hacen eso, eres estúpido si piensas así. Te acaban de descalificar, tu querías competir en la fórmula 1 y todo se va a ir a retrete si no cambias.

- Y porque te preocupa tanto, si mantienes pendiente de los Rowan, me dejaste solo desde el principio.

- Nunca te he dejado solo, siempre he estado ahí, por favor Alan.

- Largo.

- ¿Qué?

- Que te largues, no necesito de la compasión de nadie y menos de una estúpida que se deja manipular de cualquiera.