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COMPRARÉ UN ESPOSO.

COMPRARÉ UN ESPOSO.

Status: Terminada
Genre:Completas / Matrimonio contratado / Posesivo / Dominación / Matrimonio arreglado / Mujeriego enamorado / Enfermizo
Popularitas:538.9k
Nilai: 4.6
nombre de autor: Regina Cruz C.

Dalia es una mujer de carácter fuerte, a sus 23 años ella está dirigiendo la empresa familiar, su abuela que es la persona a la que más respeta le pide que se casé, pues quiere tener nietos. Dalia no está de acuerdo pero para complacerla decide casarse, aunque no será con cualquiera. Debe ser con alguien que ella pueda manejar.

NovelToon tiene autorización de Regina Cruz C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

23

... Dalia sube a su auto, pero en lugar de tomar el camino a su oficina, toma el camino que la llevará a la empresa de su familia, y mientras se dirige alla le marca a su cuñada.

— Hola.

— ¿Tienes el número de la amante de mi hermano?

— ¿Por qué lo tendría?

— Por qué eres lista, y celosa. Seguro lo anotaste. — Su cuñada guarda silencio. — No te avergüences. Te conozco demasiado bien, aunque quisieras no puedes engañarme.

— Yo.

— Envíamelo.

— ¿Para que?

— Hazlo.

Unos minutos después, al llegar a la empresa, todo el mundo la observa, pues hace años que no se para en ese lugar.

— Bienvenida señorita Lazcano. ¿En qué le puedo ayudar? — Pregunta la asistente de Elíseo.

— Quiero ver a mi hermano.

— En este momento se encuentra ocupado.

— ¿Con quién?

— La señorita Abigail está con el.

— ¿Abigail? — Dalia reconoce el nombre de inmediato.

— Así es.

— Yo soy más importante que ella. — Dalia camina a la oficina esperando ver una escena desagradable, pero lo único que encuentra es a su hermano sentado en su silla mientras lee un contrato.

— Dalia ¿qué es esto? ¿porque entra sin tocar?

— Lo siento hermanito. — Ella regresa a la puerta y toca. — ¿Ahora sí puedo pasar?

— Tú sarcasmo no me da risa.

— No vine para hacerte sonreír. Quiero hablar contigo de algo importante, a solas. — Ella dirige su mirada a la modelo.

— Señor Elíseo parece que está ocupado. Me retiro.

— Vaya. Tu amante siente respeto hacia ti. ¿La educaste de esa manera?

— ¿Dalia de qué estás hablando ahora?

— A lo siento. Parece que me equivoqué. ¿No es ella la mujer con la que engañas a tu esposa?

— Señorita Dalia. Yo no soy amante de su hermano.

— ¿Pero te gustaría serlo verdad?

— ¿Dalia cómo te atreves a hablarle así?

— Permíteme un momento. — Dalia saca su teléfono y marca un número. El teléfono de Abigail suena de inmediato. — Te están llamando. Atiende. — Abigaíl saca su teléfono y responde.

— Hola.

— No me gusta que le levanten falsos a mi hermano. Sigue esparciendo rumores y haré que te arrepientas. Ahora sal de la oficina. — Ella sale muy avergonzada.

— ¿Qué fué todo eso?

— Dejar las cosas claras. Ella engaño a tu esposa. Le dijo que era tu amante.

— ¿Qué?

— A veces eres tan tonto.

— ¿Maritza cree que tengo una amante?

— ¿No te lo había dicho?

— No se si te has dado cuenta. Pero a mí matrimonio le falta comunicación.

— No es por tu culpa supongo.

— Deja el sarcasmo.

— Tienes que hacer algo. No pueden seguir así. Estoy cansada de ver cómo ambos se destruyen.

— ¿Qué puedo hacer señorita sabía?

— Dale el divorcio. O intenta arreglar lo que no has podido en ocho años.

— ¿Crees que es fácil? Han sido ocho años, no ocho días ni ocho meses. Llevó años con ella y simplemente nada cambia.

— Nada puede cambiar si repites las mismas acciones todo el tiempo. ¿Prohibirle prácticamente todo te parece bien?

— No confío en ella.

— ¿Y por qué sigues con ella?

— No me hagas una pregunta que no soy capaz de responder.

— ¿Me vas a salir con la tonterías del amor? ¿O quizás dirás que lo haces por mi sobrino?

— No importa lo que diga, no me vas a creer, e igualmente me reclamaras como es tu costumbre.

— ¿Por qué será que siempre te reclamo?

— Por qué aunque yo llevo tu sangre tu siempre estás del lado de Maritza. ¿Por qué? — Dalia guarda silencio unos minutos. — Responde. Dime por qué siempre la apoyas a ella.

— Por qué me recuerda a mamá. — Dalia intenta mantener su expresión dura. — Desde el día uno me la recordó. Siempre asustada, triste, preocupada. Era cómo verla con otro rostro. — A Elíseo le vuelven aquellos recuerdos dolorosos.

— Es mejor que te vayas.

— Yo también lo creó. — Dalia abre la puerta. — Papá y mamá fueron infelices por más de quince años. No me gustaría que repitieras la historia. Por favor has algo para mejorar. — Elíseo asiente.

Dalia sale de la oficina y va directo al baño, se lava el rostro y limpia una lágrima traicionera. Después seca su rostro y se maquilla para que nadie se de cuenta de lo que sucedió.

Ella baja cómo si nada y se va a su empresa. Dónde se encuentran con su futuro esposo.

— Hola Dalia.

— Hola prometido. — El se ríe. — ¿Hay algo que te parece gracioso?

— La forma en que me llamas.

— Acostumbrate. Y no te rías.

— Está bien. Si mi sonrisa te molesta no voy a sonreír.

— Hazlo cuándo estemos en público. Así la gente pensará que eres feliz a mi lado. — Ella se va a su oficina, Alonso detrás de ella para darle la agenda del día.

Julieta que hoy regresa de vacaciones aún no aparece. Y la razón es que está en una cita con Renato.

— Si quieres comprarme para que te dé información sobre Dalia pierdes tu tiempo.

— ¿No puedo invitar a una vieja amiga a comer?

— Hace años que no hablamos. ¿Por qué querrías invitarme a comer si no es para hablar de ella?

— Estoy cansado de que mi mundo gire en torno a ella. Muy cansado de verdad.

— ¿Y qué quieres hacer?

— Me voy del país. Y antes de hacerlo quise despedirme de ti.

— No debiste. Me pondré triste.

— Si claro. — Ambos se tiene. — Cómo sea. Disfruta la comida y la compañía.

— Por supuesto. No todos los días puedo comer con el ocupado Renato del Castillo. — Julieta toma sus cubiertos. — ¿Qué pasa? ¿Tu no comerás?

— No tengo apetito.

— ¿Seguro que irte es la mejor solución?

— ¿Vas a empezar de nuevo?

— No está bien que evadas tus problemas y sentimientos.

— No lo está pero es lo mejor. Ya luche hasta el cansancio. Y a veces el cansancio s acumula tanto que no puedes ponerte de pie para seguir luchando.

— Remato...

— Julieta basta. No me interesa nada. Sólo irme y olvidar el nombre de tu amiga, su nombre, su rostro, sus ojos, su voz. Todo. ¿Has entendido?

— Entendí.

1
Xiomara Mendez
Excelente
Xiomara Mendez
Bueno
Maricela Reynoso
Excelente
Jessamine Roque
me encanta q haya abierto los ojitos, y si corazón. que se case con Renato
Agueda Gpe Monroy Ceron
Excelente
Jessamine Roque
esa Dalia me cae muy pero muy mal , Renato muere por ella, ella hace q se ilusione el pobre Alonso. en q terminará esto. con quien quedará y a ella le tocará sufrir más por egocéntrica, malcriada . etc
Maria Cristina Vega
Excelente
Estela Pillado
Normal
Estela Pillado
Bueno
Nellys Bericote
excelente historia Escritora felicitaciones
Mery Paredes
Excelente
Ruby Baquero de Sánchez
Dalia es muy mala al desquitarse con el pobre Renato, que la ama tanto!
YUSMARYS CAMACHO
Muy malo
Tibisay Moreno
Extraordinaria Novela excelente trama me encantó muchísimo de principio a fin felicitaciones 👏🏼 😊 💕 🙌 ♥️ 👍
Belkys Natalia
fue por lana y salio trasquilao, jajaja, se te está cumpliendo el deseo de tú corazón ♥, aprovecha mijita, ahí luego se enamora de ti aayy Dalia no te acerques a la candela que te vas a quemar 🔥
Lesli Lima
Excelente
Fresia Herrera
Normal
Fresia Herrera
Muy malo
Eva Valdes
felicidades autora hermosa historia 🍀🥰☘️
Alejandra Vergara
No creo que sea lo que estoy pensando que Renato y Alonso son hermanos, debido a una infidelidad del Padre de Renato y esa niña pequeña por la edad sea hija de Alonso y por eso tiene un parecido a Renato, porque no creo que el haya engañado a Dalia si desia tanto amarla y la seguía día y noches por 4 años.
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