Amelia tiene 17 años, es huérfana y una esclava, sabe de alguna manera que fue amada mientras estuvo en el vientre de su madre, pero una mestiza es despreciada por todos: humanos y en especial por los elfos. En su cumpleaños 17 intentan tomar su pureza y ella escapa al bosque donde encuentra una cría de dragón y lo cría en secreto hasta poder escapar pero cae en manos de los elfos quienes matan a los mestizos sin hacer preguntas, ¿qué pasará con Amelia, logrará escapar nuevamente? ¿Huirá de su destino? cuando un guerrero elfo que la desea y odia al mismo tiempo, tenga su destino en sus manos deberá decidir qué es más fuerte si los prejuicios o el amor.
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Cap 12: La piedra dragón
-Baja el escudo Calanta, tenemos que dar los primeros auxilios a la dragona, debe beber el antídoto.
-Muy bien Alteza, necesito que me des tu palabra de que no lastimarás a la joven, y la de tus hombres también. En especial tu viejo, si me oíste bien Celethor, quiero tu palabra.
Celethor escupe al suelo - Por mi príncipe haré lo que sea, sus órdenes serán cumplidas, pero es una vergüenza que quieras llevar a esa alimaña, me decepcionas Calanta, pensé que tenías más sentido común. ¡Qué asco! - Un potente rugido de Lía lo hizo callar.
-Vergüenza es lo que dan ustedes, quiero tu palabra príncipe, la quiero ahora.
-Tienes mi palabra Calanta, no dañaré a la híbrida hasta llegar a la ciudad - una mirada afilada de Calanta, lo hizo continuar- y estará bajo tu protección hasta que se recupere, de ahí estará bajo la autoridad de mi padre.
Calanta suspiró - Bien, atiendan a la dragona, yo iré por Amelia - Lía le dijo a Calanta su nombre, estaba furiosa que la llamaran híbrida o mestiza.
Orión no hizo ningún comentario, pero dio órdenes a sus compañeros para que sacaran lo necesario para darle los primeros auxilios.
-Me parece que tendremos que esperar unas cuantas horas, por lo menos hasta que la dragona pueda caminar, así que armen un pequeño campamento para estar más cómodos. Fiannor, ven ayúdame, a menos que realmente ya no quieras ser mi aprendiz.
El joven elfo regresó a ver a su príncipe, pero este ignoró el comentario final de Calanta. Fiannor suspiró y se acercó a la sanadora.
Lía dejó que los elfos se le acercaran, todos le hacían reverencias, pero ella no dejaba de gruñir y lanzar humo por sus fosas nasales, y de vez en cuando batía su cola. Lía tenía flechas incrustadas en sus alas, que era la parte más vulnerable de un dragón, aunque tenía una gran herida en su pecho, no muy profunda, pero si supuraba veneno. A pesar de la actitud de la Dragona, los elfos eran meticulosos con su trabajo.
Un poco alejada de ella Calanta trabajaba en el cuidado de Amelia, estaba muy preocupada, no solo estaba envenenada, tenía marcas de latigazos por todo su cuerpo, había perdido mucha sangre y una flecha había desgarrado su brazo, fracturando su clavícula. La joven tenía una complexión bastante delicada. Se sentía magia en su interior, pero por alguna razón había cierta interferencia.
-Fiannor, ten la bondad de ayudar y deja de actuar como un árbol y muévete, que digo un árbol, eres una piedra que solo estorba, por lo menos el árbol da sombra y purifica el aire, sería un insulto para el árbol compararte - Calanta estaba disgustada con los elfos, que criaturas tan orgullosas y cuadradas.
Fiannor le pasaba las distintas hierbas y antídotos, pero se negó por completo a tocar a Amelia. A pesar de ello, vio la gran cantidad de heridas de la joven y sintió lástima por ella. Al darse cuenta, que empezaba a simpatizar con la mestiza se reprendió a si mismo y se recordó, que ella se lo merecía.
Calanta estaba intranquila, sus hierbas eran eficaces con razas puras, los híbridos eran difíciles de tratar. El veneno negro era mortal para la mayoría de las especies, los que mejor lo toleraban eran los magos, pero una mestiza, era difícil saberlo. Calanta cortó el vestido de su pecho para limpiar mejor la herida cerca de su corazón y se quedó de piedra al ver el collar que tenía. Era el collar que ella había ayudado a crear hace casi 18 años con la piedra dragón, eso quería decir que Amelia era la hija de... No podía ser posible, pero todo encajaba ahora. No obstante, Calanta sonrió, Amelia no era una mestiza cualquiera, y ahora sabía cómo curarla. Suspiró y se puso a trabajar en el antídoto, aún tenía sus dudas, pero tenía más esperanzas de salvarla.
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Pasaron algunas horas, la dragona dormía profundamente, al igual que Amelia. Calanta lavaba sus manos ensangrentadas. Orión pasó por su lado e hizo un gesto de desagrado.
-Es sangre príncipe, sangre de una joven salvajemente lastimada.
-Es sangre putrefacta- la interrumpe Celethor.
Calanta le dirige una mirada asesina y el elfo se retira. Orión permanece cerca mirando a la mestiza. Se ve joven, tiene los labios azules, tal vez no sobreviva.
-Vivirá alteza- dice suavemente Calanta, interrumpiendo sus pensamientos.
Orión solo le dirige una fría mirada y se retira. El príncipe ordena a los elfos que recojan todo, es momento de partir hacia Elvanar.
Calanta se empieza a preocupar, como llevará a la joven. - ¡Fiannor! Ven ayúdame a cargar a Amelia, la aseguraremos en la yegua, la dragona no podrá cargarla, es muy joven aún.
-Si me disculpa maestra, no quiero tocar a la híbrida- replica el joven elfo bajando la cabeza.
-¡Por la Diosa! No te estoy pidiendo que te cases con ella, solo que me ayudes a cargarla.
Orión sabe que ninguno de sus elfos la tocará, así que se acerca a Calanta y explica. - Sanadora, sube a la yegua, te pasaré a la mestiza para que cabalgues con ella, tenemos que regresar pronto. Las heridas y el veneno negro, implican la presencia de necromantes. No podremos proteger a la dragona si nos atrapan.
La dragona, y ¿qué hay de la joven?, Calanta no entiende como no tienen corazón estos elfos, muy apegados a la naturaleza pero con un ego del tamaño de una montaña.
Calanta sube a la yegua y abre los brazos para abrazar a Amelia. Orión se arrodilla y toma en brazos a la joven. Es extremadamente liviana, ella se queja un poco y él se tensa.
Su rostro es dulce, se la ve tan vulnerable, entrega a la mestiza y se percata de la cicatriz en su hombro: esclava. Sin embargo, no hace ningún comentario. Aun así, puede ser una espía con órdenes de su señor.
Orión se acerca a la dragona y la despierta suavemente. - Tenemos que irnos venerable dragona, no estamos fuera de peligro, es mejor avanzar hacia la ciudad.
Lía abre sus ojos y bota humo por la nariz, se levanta con algo de dificultad y todos empiezan la marcha, con Calanta y Amelia al final de la fila.
Muchas gracias por esta exitante novela, Felices fiestas autora, disfruta y goza de la compañía de tu familia y amistades, q tus fans somos pacientes y te deseamos una muy Feliz Navidad 🎄
Liryen tan solo e impotente igual que Amelia, por eso entendían el dolor y pesar del otro. /Frown/