La Curvis Más Bella

Melanie …

Al llegar al departamento ambos entramos y las chicas se encontraban conversando con alguien más, una joven muy bonita, aunque se me hace conocida de algún lado pero no recuerdo de dónde 

Las chicas al vernos se levantaron de prisa y corrieron hasta nosotros

— ¿Mel estás bien? ¿Qué sucedió? ¿Te lastimaron? — pregunta Tania revisandome 

— Estoy bien gracias a Lautaro que llegó a tiempo, sino ahora no estaría acá con ustedes — les digo ya más tranquila 

— Por el amor de dios, ¿Lautaro quien te llamó antes de irte? Porque después de la llamada saliste corriendo — le pregunta Tania 

— No importa, luego hablamos de eso, lo importante es que Melanie está bien — le responde él y yo lo miro con duda 

Entonces si a él lo llamaron para avisarle y por eso llegó a tiempo es porque …. ¡No! ¿Será que fueron ellos? ¿Será que se enteraron sobre lo de Lautaro y yo y por eso ahora quieren hacerme desaparecer de nuevo? 

Un escalofrío recorrió todo mí cuerpo de solo pensar en eso, si eso era como yo lo pensaba, significaba que mí tranquilidad se había acabado, porque ellos no se quedarán tranquilos sabiendo que su plan falló, y lo van a volver a intentar 

Mí respiración comenzó a acelerarse, otra vez esas dos personas venían a irrumpir en mí vida, ¿Cuándo sería el día en el que ya no deba preocuparme por ellos? 

— ¿Fueron tus padres verdad? — le pregunto de una, necesitaba que me lo confirme 

— No hablemos de eso ahora, mejor ve a descansar, después de tantos nervios debes estar agotada — me responde él y yo me niego 

— ¡No!, yo quiero saber Lautaro, ¿fueron ellos los que mandaron a esos hombres a intentar secuestrarme? Dímelo — vuelvo a insistir 

— Si, fueron ellos, pero tranquila, yo tengo todo bajo control, ellos no volverán a hacerte daño — me dice él y mis nervios se multiplican ahora aún más 

— Te lo dije Lautaro, te dije que si tus padres se enteraban, iban a intentar hacerme daño de nuevo, desde el principio te dije que te alejaras de mí — le digo molesta y con muchos nervios y miedo 

— Te lo dije en un principio, jamás te voy a dejar Melanie — me dice él y yo comienzo a llorar 

— YA LO HICISTE, ¿TE CASASTE RECUERDAS?, DESPUÉS DE HABERME JURADO QUE YO ERA LO MÁS IMPORTANTE EN TU VIDA Y TODAS ESAS VECES QUE DIJISTE QUE ME AMABAS, TODO FUE UNA MENTIRA, PORQUE A LA PRIMERA PELEA QUE TUVIMOS TE CASASTE CON OTRA SIN IMPORTARTE EL DAÑO QUE ME CAUSABAS — le grito con todo el dolor que siento dentro de mí, todo eso que tenía guardado lo libere, necesitaba decir lo que sentía, necesitaba desahogarme 

Mis lágrimas fluían o más no poder, me odiaba a mí misma por haber sido tan tonta de volverle a abrir mi corazón, de amarlo como una idiota, yo sabía que no había un futuro juntos, pero aún así quise soñar con ser feliz aunque sea una vez

Pero la culpa es mía, yo sabía que esto pasaría, yo sabía que esto iba a terminar así, y como una tonta decidí arriesgarme y entregarle mi corazón, y él, a la primer pelea fue y se casó con otra 

— No es como piensas, mí matrimonio con Salomé no es real, solo fue un acuerdo mutuo, ella necesitaba heredar su empresa y yo obtener todos los bienes de la familia Sánchez, pero no tenemos ninguna relación con Salomé, solo una amistad, sabes que siempre te amé y siempre te voy a amar, todo esto que hago, lo estoy haciendo por ti Mel — me dice intentando acercarse a mí

— ¿Melanie verdad? Lautaro no te está mintiendo, él en verdad te ama, solo se casó para obtener todo de la familia Sánchez nada más — habla ahora la mujer que estaba con Tania y Sofía cuando llegamos y que se había mantenido callada hasta ahora, y ahora recuerdo porque le veía cara conocida a esta mujer, ella es la esposa de él, él se atrevió a venir a mí departamento con su esposa, ¿Cuan descarado era?

— ¿Qué te pasa? Tu esposo se me está confesando delante de ti ¿y a ti no te importa? ¿No te duele? — le pregunto indignada de que lo esté defendiendo aún cuando él está diciendo frente a ella, que ella no es nada y que solo me ama a mí 

— No Melanie, no me molesta, porque yo no siento nada por él, lo nuestro es solo un arreglo que hicimos para obtener nuestros bienes, nada más — continúa diciendo ella 

— ¿Me vas a decir que no te gusta Lautaro ni un poco? ¿Que no te casaste por estar cerca de él? A mí no me mientas — le digo enojada 

— No, no me gusta Lautaro Melanie, soy lesbiana, me gustan las mujeres y ya tengo novia — me dice de repente dejándome en shock por la declaración que hizo 

— ¿Qué has dicho? ¿No..no..novia? — pregunto con muchos nervios 

— Si, ella es mí novia — dice mostrándome una foto de su celular donde está ella besandose con otra mujer — Mi padre no acepta que a mí me gusten las mujeres, y al ser hija única, me obligó a casarme con Lautaro para que pudiera tomar el control de la empresa. Nuestro matrimonio es solo una fachada para ellos, pero en realidad solo somos amigos — continúa explicándome 

— ¿Ahora me crees? Yo solo te amo a ti Mel, y cuando haya solucionado todo, volveré a buscarte para que al fin estemos juntos para siempre — me dice Lautaro y yo quedo en silencio, intentando procesar toda esta información que me largaron de golpe 

Mis lágrimas volvieron a caer, no podía creer que había sido tan tonta de haber desconfiado del amor que él decía tenerme, ¿Pero cómo no desconfiar? Si toda mí vida fue un infierno, ya ni en mí misma confiaba como para también creer en él 

Lautaro se acercó a mí y me abrazó con fuerza, yo no pude contenerme y también lo abracé, realmente lo extrañaba, y todo esto me estaba matando, ya no quería sufrir más, solo quería ser feliz por una vez en la vida 

Después de un rato estar abrazados, nos separamos, yo ya me sentía más tranquila, y feliz de saber que Lautaro no me había olvidado, que aún me seguía amando como tantas veces me lo repitió 

— Te amo Mel, ¿cuántas veces lo tengo que repetir para que me creas? — me pregunta él mirándome a los ojos 

— Lo siento Lau, todo esto me superó, tantos golpes me dio la vida que ahora me cuesta mucho confiar — le digo apenada 

— Lo sé mí amor, pero no te preocupes, pronto ya no sufrirás más, y estaremos juntos para siempre — me dice él volviéndome a abrazar.

Ya era media noche, después de conversar por bastante tiempo, Lautaro y Salomé se despidieron ya que debían ir al hotel , yo no quería que se vaya, por primera vez me sentía con un nudo de nervios por lo que quería hacer 

— No te vayas — digo con vergüenza — Quédate conmigo está noche conmigo — le digo muy avergonzada 

— Pero amor, no puedo mandar a Salomé sola al hotel, y menos a esta hora — me dice con tristeza 

— Que se quede también, ella puede dormir en la habitación que está aquí abajo — le digo y ya sentía mí cara arder por la vergüenza que sentía al invitarlo a dormir conmigo 

Lautaro sonrió y me abrazó, no dijo nada, solo asintió con la cabeza. Tania y Sofía llevaron a Salomé a la habitación de invitados que está acá abajo y yo tomé la mano de Lautaro y lo llevé a mí habitación 

Solo dormiremos, pero igual me sentía nerviosa, dar este paso para mí era muy importante, quería sentirlo a mí lado, saber lo que se siente dormir junto a la persona que amas 

— ¿Estás segura de que quieres que durmamos juntos amor? — me pregunta al verme aún inmóvil junto a la puerta 

— Si, solo que siento un poco de nervios, jamás dormí con nadie — le digo con mucha vergüenza 

— Ven, ve al baño a cambiarte de ropa, solo dormiremos, no te sientas tan nerviosa — me dice él y yo trato de respirar un poco para disipar los nervios 

Tomó un pijama del armario y camino hasta el baño a cambiarme. Al salir, Lautaro ya se encontraba acostado en la cama. Respire hondo y también me acosté 

Me quedé inmóvil en la cama, casi casi que tampoco respiraba, hasta que Lautaro se me acercó y me abrazó 

— Relajate amor — dice atrayendome más hacia él para que lo abracé 

Cerré los ojos y comencé a relajarme, crucé mí brazo por encima de él y también lo abracé, me sentí tan bien al hacerlo, al sentirlo, que poco a poco comencé a cerrar mis ojos hasta quedarme dormida.

Me despierto de golpe con el sonido del despertador, miro a mí lado y Lautaro aún duerme. Sonreí de saber que él estaba aquí conmigo 

Me acurruque nuevamente entre sus brazos y lo volví a abrazar 

— Quisiera despertar así todos los días, te amo tanto Mel — me dice Lautaro de repente y yo levanto la cabeza para mirarlo, creí que dormía 

— Pensé que estabas dormido — le digo yo avergonzada 

— Lo estaba, hasta que sonó el despertador — dice sonriendo 

— Lo siento yo…yo .. — me sentí muy nerviosa de saber que él me descubrió mirándolo como tonta 

— Ven, déjame disfrutar de estar así contigo, antes de levantarnos — dice él sonriendo 

Así nos quedamos por varios minutos más, sintiendo la felicidad que ambos sentíamos de estar juntos nuevamente 

Después de un rato, al fin nos levantamos, ya que a ambos se nos hacía tarde, yo debía ir a trabajar y él perdería su vuelo.

Desayunamos los 5 mientras charlabamos de muchas cosas, Salomé nos contaba un poco de su vida y así la fui conociendo un poco más 

Ya a las 8 nos despedimos todos, nosotras nos teníamos que ir a trabajar y ellos al aeropuerto para volver a Maracaibo

— Te amo, jamás lo olvides, voy a tratar de venir el fin de semana para verte — me dice despidiéndose 

— Yo también te amo Lau, siempre te amé, eso jamás cambiará — le digo abrazándolo 

Lautaro me tomó de las mejillas y me besó, había extrañado ese beso por más de un mes, y ahora que lo volvía a sentir, mí corazón se aceleró.

Al llegar al hospital cada una nos dirigimos a nuestros puestos de trabajo

Llegó a la cafetería y había una mujer acomodando las mesas y las sillas, eso me pareció raro, ya que eso lo solía hacer Genaro todas las mañana antes de abrir 

— Buenos días — le digo a la mujer cuando llego hasta ella 

— Buenos días, aún no abrimos — me responde aún acomodando las sillas

— Lo sé, yo trabajo aquí, soy la mesera — le digo y ella levanta la vista para verme 

— Lo siento no lo sabía, aún no conozco a los empleados, recién hoy comencé acá — me responde ella 

— ¿Y Genaro no llegó todavía? — le pregunto mirando para todos lados a ver si lo veía 

— Genaro renunció ayer por la tarde, fue todo muy de repente, ahora soy la nueva encargada de la cafetería — me dice y yo abro los ojos 

¿Cómo es que había renunciado así de la nada? Eso me pareció raro, pero decidí no darle importancia, al fin y al cabo solo éramos compañeros de trabajo.

Así que me dediqué a trabajar por el resto del día, sintiéndome feliz de haber visto a Lautaro y haber podido aclarar las cosas, y aunque aún sentía miedo por Ithalo y Sandra, porque sabía que en algún momento intentarían atacarme de nuevo, aún así no me permití deprimirme, ni dejar que nada me amargara el día.