El matrimonio de muchas personas se ve afectado por un problema y la traición es lo que pone el clavo en el ataúd, podrá perdonar la traición la persona que más sufre?, quien es en realidad el que más sufre?.
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Cap. 12 ¿Qué le pasó?
Irina se acercó al joven y Pamela la siguió igual de curiosa, además, ese tipo estaba guapo y Pamela era un poco ojo alegre.
—Hola, soy Irina, la cuñada de Aníbal, ella es mi amiga Pamela, él ya está fuera de peligro, está en la habitación 305, si quieres puedes visitarlo —dijo Irina captando la atención del castaño, quien al voltear se quedó mudo. Esas dos niñas eran preciosas a más no poder.
—¿Eh?, bu…, bueno, gracias, voy a verlo. Soy René, soy el primo de Aníbal, yo vivo en otra ciudad y vengo aquí muy poco, sin embargo, últimamente me ha tocado venir más seguido.
—¿Qué le pasó? —preguntó con el ceño fruncido, no entendía nada.
Irina dio un largo suspiro, le contó lo que sabía y obviamente René tenía un signo de interrogación en la cabeza. ¿Aníbal bebiendo hasta perder la conciencia? Eso era algo que jamás se había imaginado, realmente se sentía muy contrariado.
Ella también le contó que la esposa de Aníbal y sus demás parientes estaban de viaje y es por eso que no pudieron contactar a nadie.
René escuchaba paciente, era un hombre de escuchar más que de hablar, y claramente había pasado algo malo. La última vez que lo vio, su primo parecía estar en una gran encrucijada.
—Señorita Irina, gracias por ocuparte de Aníbal, realmente de haberlo sabido habría venido corriendo, la última vez que lo vi, estaba muy desanimado, como si cargara un gran peso en sus hombros, esto realmente me preocupa, trataré de hablar con él —dijo René sonriente mientras se dirige a la habitación, realmente está preocupado por su primo.
Irina se quedó pensativa, parecía que este problema viene de antes, va a hablar con su cuñado de esto, tiene que decirle lo que está pasando.
—Pame, ya que el primo de Aníbal está aquí. Voy a aprovechar para volver a París y ver mis negocios, creo que voy a traer la sede a esta ciudad. Sebastián ha estado saboteando mi empresa todo el tiempo, creo que es bueno solo dejar una sucursal grande allá y venirme a este lado.
—Algo me dice que debo quedarme por aquí, las cosas no son tan simples. Ese día en que me ayudaste a salir de ese lugar, pensé que ahí acabaría esa locura, pero ahora parece que fueron más lejos —dijo Irina mientras Pamela asiente.
—Iri, ve tranquila, yo estaré en contacto con el guapo…, digo, con el primo de Aníbal, te mantendré informada —dijo sonriente mientras que Irina rueda los ojos. Sabe que Pame es una enamoradiza de primera, a ella le gustan todos los chicos guapos, sin embargo, no la ha visto enamorar con nadie.
Irina hizo unas llamadas y reservó su vuelo para esa noche, quería ir rápido. Aníbal solo estaría en el hospital convaleciente por una semana; sí, todo salió bien.
Ella entró a la habitación de Aníbal y vio a su primo reprenderlo por la situación en la que estaba. René entró y casi se desmaya. Aníbal estaba muy delgado, su semblante es enfermizo, eso hizo que su primo casi se caiga de la impresión.
—Aníbal, me vas a decir lo que te pasa en este momento, esto no puede seguir así, me vas a contar lo que pasa o de verdad, me vas a conocer, debes salir de lo que sea por lo que estás pasando —dijo René, furioso, mientras que Aníbal lo mira tranquilo y asiente.
Irina se acercó y se sentó en la cama al lado de Aníbal.
—Primo René, claro que esto no va a seguir así, este testarudo va a cantar como un pajarito, solo esperemos a salir del hospital, quiero preguntar si puedes quedarte con él una semana, debo volver a París, tengo reuniones y compromisos, pero regresaré para hacer relevo —dijo Irina mientras que René asintió, él también tiene que volver a su ciudad, pero después de esto, va a mover cielo mar y tierra para que lo trasladen a la gran capital en su trabajo, Aníbal realmente está en problemas.
—Señorita Irina, no se preocupe, yo me encargo durante su viaje, veré todo lo que es conveniente —dijo René mientras mira a la hermosa Pamela, que lo observa con una sonrisa coqueta—, claro que le encantaría a esa belleza como contacto.
Irina rodó los ojos de nuevo, ahí estaba Pamela y su coquetería que terminaría en nada como siempre o con un corazón roto por ser despreciado a último momento.
Aníbal miró todo sin decir mucho, le recomendaron no hablar mucho debido a la irritación de su garganta, pero se sintió desprotegido en cuanto oyó a Irina decir que volvía a París.
—Criatura, ¿volverás de tu viaje? —dijo apenas mientras que Irina se volteó para ver la enorme tristeza en los ojos de Aníbal.
—Cuñado, claro que vuelvo, debo llevarte a un buen lugar para que te recuperes, y además, me vas a decir lo que pasa. Si no lo haces, te daré una paliza memorable —dijo molesta, mientras que Aníbal asintió suavemente—. Debe contarle a Irina, es obvio que ella no sabe lo que pasa.
Irina, por otro lado, lo mira complicada, ella debe ayudarlo, claro que sí, se lo debe. Aníbal, sin saber que le hizo un gran favor hace 5 meses, ella debe pagar esa deuda.
René salió para hacer varias llamadas, debía avisar a su trabajo que se quedaría por unos días, claro que le dieron libre, ya que mostró los documentos de Aníbal y su delicado estado de salud.
Irina se despidió de Aníbal, quien la vio irse en silencio esperando que no lo deje tirado, no lo abandone como lo dejaron todos hace 2 meses, creyendo ser parte de una familia. Se dio cuenta de que era el más prescindible de la familia que añoraba; él no tenía un lugar real en esa familia.
Pamela intercambió números con René, ella estaría en contacto con el guapo primo de Aníbal. Irina se demoraría una semana y ella debía aprovecharse para conocer a ese castaño guapo.
Irina estaba en el aeropuerto esperando su vuelo, y decidió hacer una videollamada a René. Quería saber cómo estaba Aníbal.
René contestó alegre y le pasó su celular al convaleciente primo suyo, el cual se alegró de ver a la pequeña rubia.
—Cuñado, ya voy a abordar, no hagas problema para tomar tu medicación y come bien. Cuando vuelva el nutricionista ya tiene tu dieta lista, así que nada de majaderías —dijo risueña, mientras que Aníbal asiente.
—Criatura, no te preocupes, ya has hecho mucho por mí, me siento como un tonto, mi joven cuñada me trata como un niñito —dijo, haciendo que Irina de una carcajada.
—Bien, bien, ya vuelvo y alista tus ideas cuñado, porque me vas a decir lo que está pasando y si no me lo dices lo averiguaré por mi lado y será peor —dijo haciendo un lindo puchero mientras que Aníbal Asiente, claro que hablará con ella y quiere saber sobre su gran pelea con Olga, necesita saber lo que pasó ese día.