es una historia conmovedora y apasionada que explora temas como el amor, la identidad y la aceptación. La novela sigue la vida de Orange y Geovanni, dos amigos de la infancia que se reencuentran años después y reavivan una conexión profunda que evoluciona hacia un romance intenso.
La trama gira en torno al descubrimiento de la sexualidad y la lucha por la aceptación en una sociedad conservadora. Orange, un joven introvertido, se siente atraído por Geovanni, un hombre seguro de sí mismo y físicamente atractivo.
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¿Porque Te Vas?
Dos días después de que Orange se marchara sin dejar rastro, la habitación de Geovanni se había convertido en un santuario de recuerdos. La fragancia de Orange aún flotaba en el aire, pero su ausencia era tan palpable como una herida abierta. Geovanni había intentado comunicarse, pero los mensajes de WhatsApp quedaban suspendidos en el ciberespacio, sin recibir respuesta alguna. La desesperación comenzaba a carcomerlo.
Con una maleta en mano y el corazón encogido, Geovanni salió de su pequeño apartamento. El bullicio de la calle lo envolvió como un manto pesado. El ruido de los autobuses, el murmullo de la gente y el constante claxon de los coches creaban una sinfonía caótica que resonaba en sus oídos, igual que la confusión en su mente. “¿Por qué se fue sin decirme nada? ¿Acaso no le importo? ¿Qué hice mal?”, se preguntaba una y otra vez. El miedo a perder a Orange lo consumía.
Con un boleto en mano, abordó el autobús. Durante el viaje, el paisaje se convirtió en un borrón, al igual que sus pensamientos. La ciudad de México se acercaba, una metrópoli inmensa y anónima que prometía un nuevo comienzo, pero también una soledad abrumadora.
Al llegar, se instaló en un pequeño apartamento que apenas si le cabía. Un colchón en el suelo era su cama, y unas cuantas cajas, sus únicos muebles. La soledad era opresiva, pero la necesidad de cuidar de su madre, Florecía, lo impulsaba a seguir adelante. “Tengo que ser fuerte por ella. Por los dos”, se decía a sí mismo, tratando de encontrar consuelo en esa idea. Sin embargo, las noches eran largas y solitarias, y la nostalgia lo embargaba.
Cada noche, antes de dormir, tomaba su teléfono y revisaba los mensajes, esperando ver alguna señal de vida. Pero siempre era lo mismo: dos palomitas grises que simbolizaban la ausencia de respuesta. El futuro se extendía ante él, incierto y lleno de desafíos. Pero Geovanni estaba decidido a construir una nueva vida para él y su madre. A pesar del dolor, sabía que tenía que seguir adelante.
Para llenar el vacío, Geovanni se sumergió en el trabajo. Buscaba empleo en cualquier lugar, desde restaurantes hasta tiendas de conveniencia. La rutina lo ayudaba a mantener la mente ocupada, pero no lograba silenciar la voz de la soledad que resonaba en su interior. Un día, mientras trabajaba en una cafetería, escuchó una canción que los dos solían escuchar juntos. La melodía lo transportó de vuelta a aquellos momentos felices, y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Se refugió en el baño, tratando de contener el llanto. “¿Será que algún día volveremos a estar juntos?”, se preguntaba con esperanza. Pero una parte de él sabía que las cosas ya no serían iguales.
Pasaron los meses y la vida de Geovanni seguía siendo una lucha constante. La nostalgia lo embargaba, pero también sentía una creciente sensación de independencia. Se daba cuenta de que era capaz de superar cualquier obstáculo. Una tarde, mientras caminaba por las calles de la ciudad, se encontró con un pequeño jardín. Se sentó en un banco y observó a las personas que pasaban. De repente, vio a una pareja que se abrazaba con ternura. Una punzada de dolor lo atravesó, pero también sintió una nueva determinación. “Merecía más”, pensó. Se dio cuenta de que no podía seguir viviendo en el pasado. Tenía que seguir adelante y construir una vida nueva para sí mismo.
Con el tiempo, Geovanni comenzó a salir con nuevos amigos, a explorar la ciudad y a descubrir nuevas pasiones. La herida en su corazón aún no había sanado por completo, pero se estaba volviendo una cicatriz. Un día, recibió una notificación en su teléfono. Era un mensaje de Orange. Su corazón se aceleró mientras abría el mensaje. “Lo siento mucho. Necesitaba tiempo para pensar. No quería lastimarte. ¿Podemos hablar?” Geovanni no pudo evitar sonreír. Había esperado este mensaje durante tanto tiempo. Con cuidado, comenzó a escribir su respuesta, sabiendo que esta conversación marcaría el rumbo de su futuro.
El día de la despedida había llegado. El cielo, como si presintiera el dolor que ambos sentirían, se había nublado, amenazando con soltar un aguacero. Geovanni, con el corazón encogido, esperaba a Orange en el mismo lugar donde habían cenado la primeravez. La incertidumbre lo consumía. ¿Qué le diría Orange? ¿Por qué lo había llamado para verse?
Al verlo llegar, Geovanni sintió un nudo en la garganta. Geovanni lucía diferente, más maduro, pero sus ojos seguían brillando con la misma intensidad de siempre. Se acercaron lentamente, el silencio entre ellos cargado de tensión.
"Necesito que me escuches", comenzó Orange, su voz temblorosa. Geovanni asintió, sintiendo que su mundo se desmoronaba. "Me voy a casar en febrero", continuó Orange, evitando la mirada de Geovanni.
Un escalofrío recorrió a Geovanni. "¿Casarte? ¿Con quién?" preguntó, su voz apenas un susurro.
Orange se mordió el labio. "Con una chica muy guapa. Es de buena familia y nos conocemos desde hace tiempo. Mis padres están muy contentos con la decisión".
Geovanni sintió como si alguien le hubiera arrancado el corazón. "Pero... ¿y yo? ¿Qué hay de nosotros?"
Orange bajó la mirada. "Lo siento, Geovanni. No puedo seguir así. Necesito dejarte ir".
Las palabras de Orange fueron como una puñalada en el corazón de Geovanni. No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Cómo podía Orange ser tan cruel? "¿Por qué me haces esto? ¿Acaso no sientes nada por mí?"
Orange levantó la vista, sus ojos llenos de dolor. "Te quiero, Geovanni, más de lo que puedo expresar. Pero no puedo luchar contra lo que sienten mis padres. Necesito su aprobación, su bendición. Y ellos nunca aceptarían nuestra relación".
Geovanni se sintió traicionado. "¿Así que te vas a casar por obligación? ¿Por conveniencia?"
Orange asintió con la cabeza, sin poder mirarlo a los ojos. "Lo sé, es horrible. Pero es lo que tengo que hacer".
Una lágrima escapó de los ojos de Geovanni. "No puedo creer que me estés haciendo esto. ¿Después de todo lo que hemos pasado?"
Orange se acercó a él y lo tomó de las manos. "No quiero perderte, Geovanni. Pero necesito que te alejes de mí. Si te quedas, nunca podré ser feliz".
Geovanni sintió como si el mundo se derrumbara a su alrededor. "No puedo vivir sin ti, Orange. Te amo".
Orange lo abrazó con fuerza, tratando de encontrar consuelo en sus brazos. Pero sabía que tenía que ser fuerte. "Lo sé, y yo también te amo. Pero tenemos que seguir caminos separados".
Se separaron lentamente, sus miradas clavadas la una en la otra. El cielo, como si sintiera su dolor, comenzó a llorar. Las gotas de lluvia resbalaban por sus rostros, mezclándose con sus lágrimas. Un trueno retumbó en el cielo, amplificando el dolor en sus corazones.
"Adiós, Geovanni", susurró Orange, antes de darse la vuelta y alejarse.
Geovanni se quedó inmóvil, observando cómo la figura de Orange se desvanecía en la lluvia. El dolor era tan intenso que sentía que se iba a desmayar. Se dejó caer al suelo, sollozando desconsoladamente, mientras los truenos continuaban retumbando como un eco de su corazón roto.
Mientras tanto, Orange caminaba por la calle, sintiendo un nudo en la garganta. Sabía que había tomado la decisión más difícil de su vida, pero también sabía que era la única forma de asegurar su futuro. Sin embargo, el dolor de dejar a Geovanni lo consumía.
Al llegar a su casa, se encerró en su habitación y se dejó caer sobre la cama. Las lágrimas brotaron de sus ojos, empapando la almohada. Se sentía culpable, vacío y perdido. ¿Había hecho lo correcto?
La lluvia seguía cayendo afuera, como una metáfora perfecta de su corazón roto.
excelente historia diférente enamorada de tu trama 💯♥️♥️♥️🌹🇨🇴🤩🇨🇴🇨🇴🇨🇴🌹🌹