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«Una Amante Por Contrato»

«Una Amante Por Contrato»

Status: Terminada
Genre:Completas / Amor prohibido / Dominación / Traiciones y engaños / Romance entre patrón y sirvienta / Esclava / Sirvienta / Venderse para pagar una deuda / BDSM / Romance de oficina / La mimada del jefe / Mujer despreciada / Casada con el millonario
Popularitas:1.9M
Nilai: 4.6
nombre de autor: Ana de la Rosa

Un deseo por lo prohibido

Viviendo en un matrimonio lleno de maltratos y abusos, donde su esposo dilapidó la fortuna familia, llevándolos a una crisis muy grave, no tuvo de otra más que hacerse cargo de la familia hasta el extremo de pedírsele lo imposible.

Teniendo que buscar la manera de ayudar a su esposo, un contrato de sumisión puede ser su salvación. En el cual, a cambio de sus "servicios", donde debía de entregársele por completo, deberá hacer algo que su moral y ética le prohíben, todo para conseguir el dinero que tanto necesita...

¿Será que ese contrato es su perdición?

¿O le dará la libertad que tanto ha anhelado?

NovelToon tiene autorización de Ana de la Rosa para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 20

Muriel no supo qué decir. Además, tener a Yeikol tan cerca le provocaba ciertas sensaciones.

— Muriel, quedé intrigado con unas palabras que usted dijo; Le abrí las piernas a un hombre y me pagó muy bien. ¿Y sabes que fue lo mejor?… Me quedó gustando.

— ¡Vaya! Usted no deja escapar ningún detalle.

— ¿Qué hay de cierto en eso?

— Lo siento, no tengo que responder a su pregunta. Si no tiene nada más que decir, me retiro.— ella se giró y caminó hacia la salida.

— No le he dicho que se puede retirar.— ella se detuvo, pero no volteó a mirarlo.

Él se acercó a ella por detrás, logrando juntar ambos cuerpos, y le susurró al oído; — Créame que nunca sentiría algo con alguien que me use a su voluntad. ¿Recuerda esas palabras, Muriel?

Ella se inmutó y se le erizó la piel al sentir su respiración en el cuello. Con esas palabras ella comentó la cláusula número dos. Obviamente, se acordaba de esas exactas palabras, y prefirió no responder a la pregunta.

Yeikol, tomó su silencio como un sí y le dijo. — Espero que no cambies de opinión. Lo digo por su bien. Puede retirarse.— se alejó y volvió a su escritorio.

Muriel salió de la oficina totalmente ruborizada. Sus amigas la esperaban impacientes, querían saber qué había sucedido. Muy ansiosas empezaron a hacer preguntas.

— Ustedes saben lo que pasó, el señor Richardson la despidió por irrespetuosa.— dijo Muriel.

— ¿Y qué te dijo a ti?— preguntó Sofía.

— Que no puedo volver a usar su nombre como referencia, bajo ningunas circunstancias.

Ellas continuaron indagando, pero Muriel les contestaba con vanas respuestas.

Alfred notó a Yeikol perdido en sus pensamientos.

— Señor, la señora firmó el contrato de cancelación.— preguntó Alfred, aunque él sabía la respuesta.

— No.

— ¿No? Supuse que no quería volver a estar con ella.

— Alfred, amigo, no siempre puedes tener la razón.

El asistente no entendía el comportamiento de su jefe, y le recordó. — Dijo que ella no era lo que estaba buscando.

Yeikol sonrió levemente, era chistoso ver el rostro de preocupación que reflejaba Alfred.— ¿A qué le tienes miedo, Alfred?

— Mi señor, lo conozco desde que era un niño, y nunca lo había visto reaccionar de esa manera ante una mujer.

— ¿Crees que me puedo enamorar?— preguntó Yeikol con una sonrisa.

— Eso no sería conveniente, mi señor.

Yeikol sabía cuánto aprecio le tenía Alfred, por esa razón entendía lo mucho que se preocupaba por él.— Relájate. Amo a Milena, jamás dejaré de amarla.

El día continuó avanzando. Muriel regresó a la mansión. Pero antes de entrar a dicho lugar, vio una mujer sentada en la acera, que le llamó la atención. Era la mujer del día anterior. Decidió ir a saludarla.

— Hola, extraña.— Saludó Muriel y se sentó a su lado.

— Hola, arrepentida. Si quieres un consejo te advierto que te costará dinero. Los clientes están difíciles y debo el alquiler.— dijo la señora con su cigarrillo en mano.

A Muriel le causó risa su manera peculiar de expresarse.— No necesito un consejo. ¿Cuál es tu nombre?

— Eres una tacaña. Soy Lola.

— Lola, me caes bien. Y para que veas que no soy tacaña, te voy a pagar el alquiler.

La señora se levantó sorprendida por la generosidad de Muriel. Desde hace tiempo nadie hacía nada por ella, a menos que fuera por interés. Se arrodilló ante la joven y le sujetó la mano.

— Pídeme lo que quieras, pero recuerda que no tengo nada, y no soy lesbiana.— dijo la señora.

— Levántate. ¡Qué cosas dices, Dios! ¿Te parece si nos tomamos un café?

Lola decidió llevar a Muriel a su humilde hogar, la habitación quedaba a unas cuadras de la mansión. El espacio era pequeño, pero se podía sentir buena vibra, y respirar aire fresco.

La señora Lola no tenía hijos y sus familiares le dieron la espalda después de su fracaso matrimonial. Ella fue una mujer adinerada, pero su pareja sentimental la dejó en banca rota, y se marchó del país. Sin oportunidades, sin recursos económicos, y sin una mano amiga que le brindara apoyo, se dedicó a la prostitución. Fue maltratada, e insultada muchas veces, tantas que había perdido la fe en ella misma.

Después de tomarse el café y platicar por una hora, Muriel regresó a la mansión. Para su sorpresa, o quizás no tanto, los Brown esperaban por ella. De inmediato empezaron los reclamos por la hora de retraso. 

Muriel terminó de entrar y se acomodó en el sofá. Era sorprendente ver la manera que ellos tenían para recibirla. En otras ocasiones, la joven se ponía nerviosa, esta vez, decidió no darles el gusto de verla molesta.

— Mi hermosa familia. ¿Qué puedo hacer por ustedes, para que estén complacidos?— preguntó con sarcasmo y se acomodó en el regazo de su esposo, quien la miraba extrañado.

— Vamos, levántate de ahí. Necesito un café.— gritó Beatriz.

Noah la empujó, haciéndola tropezar y caer al suelo. — Muévete, prepara el café para mi mamá. Y me urge un baño.

Esa era la vida de Muriel. Pero, hasta cuando iba a seguir soportando.

Era de noche. En la mansión Richardson, Yeikol salía del baño completamente desnudo, y el agua corriendo por su piel. Milena, al ver a su hermoso esposo, se acercó a él. Con ambas manos, le empezó a acariciar todo el cuerpo, provocándole una erección.

— ¿Pensé que estabas cansada?— preguntó Yeikol, excitado.

— No lo suficiente para privarme de hacer el amor con mi esposo.— ella se abajó frente a él, y comenzó a practicarle sexo oral. Después de varios minutos, él estaba a punto de acabar en su boca, la levantó y la cargó.

— Te amo.— dijo Yeikol mientras la llevaba a la peinadora.

— Yo también te amo. — dijo ella excitada.

Empezaron a hacer el amor. Él la trataba con delicadeza, como si fuera una muñeca de porcelana, que teme romper. Cada beso era apasionado, cada caricia con ternura, cada movimiento con suavidad. Entre ellos, hacer el amor era una verdadera obra de arte. Los gemidos, y las palabras de placer, hacían que ambos se excitaran al máximo.

1
Gabriela Carina Leañez
Excelente
Candelaria Cantillo
De acuerdo con tú comentario Ana de la rosa el final no fue el correcto para una historia tan hermosa le faltó más le faltó La gran boda más momentos dé felicidad juntos pero mí querida Escritora 👏👏☺️👏👏👏👏👏👏👏☺️❤️☺️☺️ ❤️ eres excelente escribiendo que Dios te siga bendiciendo
Camilber
me disculpo por decir palabra en contra de Milena.
ella asume su derrota con madures.
Camilber
wao me deja sin palabras este capítulo leído
Camilber
el hijo de Muriel si el propio hijo de yeikol, el de Milena sabrá Dios de quien será
Camilber
ja para mi haber ese hombre Noah camina a escondidas de Muriel.v
Camilber
esta yeikol se va a enamorar de Muriel
Camilber
muriel va aprender después de tanta agonia que está viviendo en estos momentos, y no creo mucho que la esposa de richarson sea muy sumisa
Candelaria Cantillo
Está Súper emocionante con Milena no tiene problema ella le va a dar el divorcio y con el desgraciado del Noah no más con ofrecer le una buena cantidad de dinero enseguida acepta
Candelaria Cantillo
Jajajaja Muriel el solito se enteró que estás embarazada
Candelaria Cantillo
Yo té felicito por está hermosa historia 😊muy diferente a las que eh Leído y también quiero una mini historia con Milena ☺️❤️
Candelaria Cantillo
Ufff que se traerá está mujer debe estar que se la lleva el diablo por dentro pero espero por favor Escritora que a Muriel y a su bebé no les pase nada
Candelaria Cantillo
y la Milena que dejé tanto dramatismo porque si ella hubiera querido su bebé no lo hubiera puesto en riesgo
Candelaria Cantillo
No estoy dé acuerdo con Muriel de decir que el no va a saber nunca de su hijo
Magdalena Petrazzini
Felicitaciones escritora, es muy linda tu historia y fue un placer leerla, y te digo si me encantaría que Milenia encuentre el verdadero amor y pueda tener un hijo.
Te deseo muchos éxitos en tu próxima novela😘🌹❤️🫶🤗⭐⭐⭐⭐⭐👏👏👏👏👏👏👏👏
Magdalena Petrazzini
Excelente
Candelaria Cantillo
Ella no se cuido si le dolía el vientre de lógica tenía que acudir al médico pero prefirió irse a trabajar como si a ella le hiciera falta dinero siendo esposa de un millonario y ella también es adinerada
Adriana Caturelli
muy buena tú novela,felicitaciones así me gustan una
uy buena narración.
Candelaria Cantillo
Éste capítulo me dejó con una tristeza 😭😭😭😭😭😭😭😭😭 me siento mal a las 12 y 22 minutos a m todo por esta pareja de enamorados y también por mí querida Escritora
Candelaria Cantillo
Ollé pareciera que Milena anduviera persiguiendo a Muriel
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