El mujeriego mas grande del planeta, se encuentra en verdaderos apuros cuando encuentra una sorpresa en la puerta de su casa!
Podrá con este desafío, estara dispuesto a sacrificar lo que más le gusta?
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Vuelo de locos
Ya estamos en el avión, no hubo mayor inconveniente, menos mal. Son 7 horas de vuelo y claro esta no puede faltar alguna circunstancia bochornosa.
Mi asistente por alguna razón no vuela en primera clase conmigo, si no prefirió ir en otro lado, estoy con mi paquete con su asiento al costado. De repente llega un olor de forma discreta, pero un tanto conocido para mí, la miró y veo de que efectivamente tiene esa cara feliz, la cual me he dado cuenta que pone cuando hace de las suyas.
- en serio pequeña, no podías esperar hasta que lleguemos? - le digo, busco con la mirada a Antonella, pero nada.
Dios mío, solo espero que no sea tanto como la primera vez, debí practicar un poco más cuando estábamos en la casa.
Saco la mochila del maletero donde se encuentra todas sus cosas.
Dejo el talco al costado, pañal, pañitos y una bolsa, prevenido vale por dos.
La saque de su asiento y ya este olor me da mala espina, la coloqué encima del cambiador en los sillones y agradezco que el espacio es amplio.
Le empiezo a sacar su enterizo y el olor se intensifica. En serio si alguien tan pequeño y que solo toma leche puede hacer esto, como será más adelante cuando como algo más?, porque eso al menos si sé que en algún momento no solo tomara leche.
¡Ya estamos por abrir el regalito, la deje en pañal y un polo manga corta, abro el pañal y ohhh por Dios...!!! ¡Guacala!!! Que olor... ¡Voy a vomitar!! ¡Voy a vomitar!! Me alejo un poco y trato de respirar profundo... Acá no tengo caño por lo que tendré que esforzarme y liarla con los pañitos... Pero como hago para agarrar eso... ¡O Dios!!
Empiezo limpiándola y limpiándola, pañito tras pañito y no hay cuando terminar, veo que me manche el brazo sigo adelante con la misión... En eso esta sinvergüenza le da una patada al talco y este sale volando... ¡Encima estaba abierto!! Se formó una nube blanca y todo cayó por todos lados, mi cabello, cara, ropa, piso, asientos, techo, todo... La miro a ella y es como si algo la hubiera cubierto no le cayó ni un poquito... Ni para respirar profundo porque me fumo el talco...
Uno... Dos... Tres... Uno... Dos... Tres...
Agarro el pañito nuevamente y termino con la niña después de acabarme todo un paquete de paños, le pongo el pañal al menos algo le pusé bien o eso creí por al cargarla se le cayó el bendito... Y empiezo a sentir la frustración en mi sistema, y una lágrima cae... Y como soy un hombre fuerte y varonil me sorbo los mocos porque justo en ese momento se acerca la azafata... A la cual casi le da un infarto.
Por piedad me cambia de lugar y luego llama a mi asistente para que cuide a la niña mientras me voy a cambiar... Y en verdad sé que no puedo dar marcha atrás. Me quedo un buen rato en el servicio higiénico pensando... Cuando ya me siento capaz de ver la cara de las azafatas salgo.
Llego al sitio y la escena qué veo es lo más hermoso que pude haber visto en vida y me doy cuenta de que vale la pena todo.