Fiorella estaba feliz por casarse con el hombre de su vida, su amado Camilo. Pero no todo era como ella pensaba. La noche misma de su boda ella comprendió el gran error que había cometido. Aún así piensa que su amor puede hacer que todo cambie y se dispone a ser todo para complacerlo.
Decidida a ganarse el amor y la confianza de ese cruel hombre ha soportado todos sus desplantes y desprecios. Pero todo resulta inútil, ya que otra mujer ocupa el mayor lugar en el corazón del hombre, y es la merecedora de todo su amor, comprensión y cuidados. Ella solo será por siempre el ser despreciable que se metió en medio para separarlos y que constantemente lastima e intimida a su dulce primer amor. Él nunca la verá de otra manera y ya es tiempo de que lo entienda y se de por vencida, antes de que sea demasiado tarde para ella.
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Sofía Spencer
Fiorella Meyer
Mi amado Emmett salió luego de ayudarme y acomodarme en la cama, su cama. Estoy segura de que mi papá se va a enojar cuando lo sepa, pero qué más da, yo estoy feliz de poder estar junto al hombre que amo.
Hoy, miro hacia atrás y pienso en todo lo que ha pasado, lo que he vivido. Me sigo preguntando el por qué permití que Camilo me tratara como lo hizo. Aún puedo sentir sus gritos e insultos, me sigo desertando por la noche asustada temiendo que sea mentira y que no me encuentre junto a las personas que amo, y que me aman de verdad.
Creí amar a Camilo, él al principio fue tan caballeroso, tan amable, aunque se mostraba distante siempre tenía una palabra reconfortante o dulce. Pero luego cambió de una manera que jamás imagine. Yo entiendo que el amor no se obliga, pero no entiendo por qué me humillo, insultó y maltrató de la manera en que lo hizo.
La culpa de todo es mía, yo me aferré de una manera absurda a alguien que no valía nada
Hoy siento que lo que sea que haya sentido por Camilo se ha transformado en odio, hacia él y su amante, me cobraré cada una de las humillaciones y de las vejaciones a las que fui sometida. El terror que viví en esa casa, pensando que en cualquier momento esa mujer cumpliría su palabra y terminaría con mi vida de la forma más despreciable que exista.
Sé que tengo que lograr hablar, contar el infierno que viví. Es difícil olvidar y dar vuelta la página, no sé de qué manera hacerlo, creo que es hora de aceptar la ayuda de un especialista para poder soltar todo lo que me está atando en este momento.
Siento la puerta abrirse y por ella entra él, el hombre que me rescató, el que he amado con cada fibra de mi ser desde que recuerdo. El que llena mi mundo de color y me da felicidad.
Lo observo encandilada, no he podido quitar la vista de él desde que abrió la puerta. Es tan apuesto y varonil. Su aspecto rudo, frio y despiadado es lo que más me seduce. Sé lo cruel que mi Emmett puede ser si se lo provoca y esa parte de él me encanta.
Sé que soy guapo, pero si me miras así me vas a gastar me dijo con burla y soberbia en los ojos.
Mmmm… No te miraba, solo estaba… estaba roja, muerta de la vergüenza, no sabía que decir.
Si mi vida, yo te entiendo, soy tan hermoso que te he dejado muda seguía con su burla mientras que yo no sabía dónde meterme.
Colibrí, vamos que te llevo a que te des un hermoso baño para refrescarte un poco, estás un poco acalorada dijo entre carcajadas. El muy maldito no dejaba de burlarse y mi cara estaba cada vez más roja.
Se acercó a mí y me comenzó a dar dulces besitos en toda la cara. Se sentó junto a mí en la cama, mientras me atraía a su cuerpo y me abrazaba con mucho cuidado.
Te amo mi hermosa, te vez maravillosa así toda rojita y babeando por mí, como yo me babeo por ti
Esas palabras bastaron para que yo me sintiera derretir de amor por él.
Yo también te amo dije mimosa y coqueta.
Fiore, no me mires así, no me provoques mi amor me dijo al oído con una voz varonil y ronca que hizo que me temblara todo el cuerpo.
De pronto hace demasiado calor en este lugar, parece que han subido la temperatura.
Pequeña, estuve con Denis, pronto serás definitivamente libre, creo que debemos hacer muchas cosas, y aclarar muchas otras me dijo y yo no entendía a qué se refería.
¿Cómo qué? pregunté con cierto temor.
Mi amor, papá debe aclarar en primer lugar que yo no soy un hijo legítimo… me dijo un tanto apenado. Yo solo le acaricié el rostro y le di algunos besitos para que no se sintiera mal.
Entiendo, es necesario fue mi simple respuesta.
En un mes haremos el evento para celebrar el aniversario del Grupo Meyer, ese será el momento indicado para aclarar muchas cosas, ese día comenzará el juego una mueca diabólica se dibujó en su rostro y eso hizo que el calor se hiciera más patente en mi cuerpo.
Una sonrisa cómplice salió de mis labios, sabía que Emmett estaba preparando algo muy divertido para ese hombre y su familia.
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A esa misma hora una hermosa mujer de cabellos negros y largos descendía de un avión que acababa de aterrizar. Tenía una mirada segura y un semblante tranquilo. Su andar era armonioso moviendo sus caderas de un lado al otro. Toda ella derrochaba sensualidad y glamour. Se veía como una diva, era definitivamente una celebridad no solo del internet, sino también en el cine y la televisión.
Fuera del aeropuerto la esperaban innumerables periodistas que buscaban captar con sus cámaras el momento exacto en el que Sofía Spencer volvía a su tierra natal. La suficiencia en todos sus actos era palpable.
Buscaba con la mirada, estaba ansiosa, más que eso, desesperada por poder ver a la persona por la que había decidido volver a City Moon.
Sofía Spencer partió de la ciudad hace menos de dos años, todos creyeron que lo hacía en busca de cumplir un sueño, de lograr ser la actriz que hoy es y poder volver convertida en la estrella admirada por todos. Dejó todo atrás, incluyendo al hombre que la amaba profundamente, su novio, más que eso su prometido, y hoy volvía dispuesta a recuperar el amor del poderoso Emmett Meyer, y a convertirse en la joven Dama Meyer, la única dueña de toda la fortuna, ya que solo ella estaba a la altura de un hombre con él.