Zulema de la Puente, tiene 25 años, y en poco tiempo ha sufrido una serie de desgracias que cambiaron su mundo, su padre murió, su madre está muy enferma, fue despedida de la compañía en que estaba desarrollando una carrera exitosa y su prometido Javier Belmonte canceló su compromiso.
Ahogada en los problemas, una noche bebió más de la cuenta, y para vengarse de su prometido durmió con su tío, Mathias Belmonte, un frío, pero apuesto hombre de 35 años, dueño de una de las más importantes fortunas del país.
¿Será Mathias un problema más grande para Zulema o será su Salvador?
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11. ¿Obsesión o algún otro sentimiento?
Esa mañana Mathías Belmonte ha firmado un par de contratos de Bella & Moda, también y ha pedido la revisión de otros, mira con atención y cierta desesperación su reloj, estaba cerca la hora pactada con Zulema De la Puente, esperaba que esa mujer llegara y aceptara su proposición de trabajo, antes no había sentido esa ansiedad por ver a alguien.
Cuando despertó aquella mañana después de una noche de sexo asombrosa, lo único que encontró fue la nota que decía “Estuvo increíble, pero fue solo por esta noche, somos adultos, lo entiendes, ¿verdad?”; había muchas mujeres detrás de él y esa chica le había dejado en claro que solo le sirvió para quitarse el despecho; justo en el día que había cumplido treinta y cinco años, vaya regalo de cumpleaños pensó, la ex novia de su sobrino Javier, era una mujer especial y quería conocerla aún más, pero odiaba haber sido visto solo con propósitos sexuales, sin que él se lo haya propuesto.
Apretó el lapicero hasta romperlo, le había dicho que sabía separar lo personal de lo profesional, y hasta ese momento había sido así, pero con Zulema era diferente, había vuelto a conectarse con sus emociones, lleva dos semanas recordando el sabor de su piel, el sonido de sus gemidos y la belleza de su rostro como una obsesión difícil de quitar; sin embargo, sabe reconocer que tiene talento, y intuía que Zulema De la Puente podría hacerse cargo de la campaña del nuevo producto de belleza en un nuevo nicho de mercado, sería una oportunidad para demostrar su profesionalismo, y también podría usar la ocasión para conocerla mejor y encontrar la manera de volver a tenerla en sus brazos, esa noche no había sido suficiente para satisfacer su necesidad de ella.
Averiguó de todo sobre Zulema De la Puente, sus amistades, sus estudios, incluido el jardín de infantes, y los trabajos que tiene y que ha tenido; llegando a la conclusión que era una buena e inteligente mujer, con talento desmedido y gran determinación; con un único error en su vida, haber estado cinco años de novia con su sobrino Javier. Sin embargo, todo lo descubierto se le borraba en el instante, cuando volvía a su memoria los recuerdos placenteros de aquella noche.
Se levanta de su asiento, y mira la ciudad a través del gran ventanal de su oficina; sacude su cabeza y se dice que debe dejar de ser obsesivo o la iba a asustar, y era lo que menos quería, era cierto que la quería de nuevo en sus brazos, pero por su gusto y voluntad. Tenía que descubrir si ella había despertado una obsesión o algún otro sentimiento.
Estaba tan distraído que no se percató que su hermana había estado dando golpecitos en la puerta; se sobresaltó cuando Elena Belmonte le tocó el hombro.
- "¿Qué estabas pensando?, hermanito", preguntó Elena Belmonte intrigada y con una sonrisa inquieta.
Elena estaba próxima a cumplir treinta años, era directora ejecutiva del área de finanzas de la compañía Belmonte; una mujer hermosa de ojos verdes y cabello castaño, elegante y decidida, de hambre voraz en los negocios al igual que su hermano, tan imponente que asustaba a cualquier hombre, incapaz de soportar el éxito deslumbrante de Elena, aunque por dentro guardaba un anhelo que odiaba tener, porque sentía que la hacía sentir débil.
- "No te escuché llegar", respondió Mathías saliendo de su asombro, al notar que sus pensamientos sobre Zulema lo hacían perderse de la realidad.
- "Lo sé, ¿qué negocio te tiene tan absorto?", consultó Elena yendo a tomar asiento.
- "Cuando se concrete te lo diré"; respondió Mathías acercándose.
- "Como gustes. No es necesario que te recuerde que en dos meses será mi cumpleaños, y nuestro padre ha organizado una gran fiesta, quería preguntar si ponía a alguien a tu costado en la mesa que compartiremos", dijo Elena.
- "Creo que es muy pronto para responderte eso", expresó Mathías con una sonrisa.
- "Interesante. No fue un NO rotundo como antes", manifestó Elena arqueando la ceja.
Elena miraba con curiosidad a su hermano, había un brillo en sus ojos que apenas se podía reconocer, algo le indicaba que había alguien que había despertado el interés genuino de su hermano.
...Elena Belmonte...
te felicito
mamita y su abuelo