NO SERÉ TU AMANTE

Olga no puede dormir en toda la noche. Está muy preocupada pesando en lo que pasará cuando Erick reciba el resultado. Erick por su parte no está nervioso, ya ha recordado lo que sucedió el día anterior a la boda, si ella estaba embarazada antes de casarse, está claro que Lilia es su hija. Ni siquiera creé necesitar esa prueba. Si no fuera por la necedad de Olga no la hubiera mandado hacer.

El se da la vuelta y ve los ojos de ella abiertos y preocupados.

— Ya dime la verdad. Mañana o pasado a esta hora lo sabré.

— Lilia es mía, sin importar lo que diga esa prueba.

— ¿Me la vas a negar aunque salga positiva?

— No va salir positiva. — Afirma Olga, aunque en realidad sabe mejor que nadie el resultado.

— ¿Por qué eres tan necia? Dime qué ella es mia y terminemos con esto.

— ¿Quieres decir que nos vamos a divorciar?

— No. Al contrario. Vamos a estar juntos. Por ella.

— ¿En qué siglo vives? Ya no se esta con un hombre sólo por qué es el padre de tus hijos.

— Admites que ella es mi hija.

— Yo no admití nada. Por favor detén ésto. Ya pasé muchas noches contigo. Ya fui tuya de todas las formas posibles, por favor dame el divorcio.

— Hicimos un trato, no te has enamorado de mi, y mucho menos te he sido infiel. ¿Por qué te dejaría? — Olga lo observa con resentimiento.

— ¿Por qué me odias? ¿Qué te hice?

— Yo no te odio.

— ¿Y por qué no me dejas?

— Por qué te quiero.

— No estoy para chistes. — Olga se da la vuelta.

— Mírame. — Erick la jala. — Yo te quiero.

— ¿Está es tu nueva estrategia? Mentirme no va funcionar. Pierdes tu tiempo. Yo no me voy a creer ese cuento. — Olga le da la espalda nuevamente.

... A la mañana siguiente Olga no va a trabajar, le pide a Enrique que haga todo por ella, ahora teme dejar sola a su hija. Después de cambiar su pañal desayuna con ella en su habitación.

— Lilia mi amor. — Erick saluda muy cariñoso.

— No la llames así.

— No te pongas celosa, tengo amor para ambas. — Ella le pone una mala mirada. — ¿Quieres que papá te abrace?

— Si. Papá. — Responde la pequeña estirando sus brazos.

— El no es tu papá.

— Si papá. — Dice de nuevo Lilia.

— Qué inteligente es mi hija. — Erick le da un beso en la mejilla.

— No es tu hija. Deja de llamarla así.

— Amor no le hagas caso a tu mamá. Ella está loquita.

— Dame a mi hija.

— Ya la tuviste toda la mañana. Me toca.

— Te estás tomando demasiado en serio tu papel de padrastro.

— Yo no soy su padrastro. Soy su papá. Lo sabes mejor que nadie.

— La prueba de ADN no ha llegado.

— No la necesito.

— Yo creó que si. Te vas a llevar una gran decepción cuándo la veas.

— Si, me voy a decepcionar de ti, por no decirme que estabas esperando un hijo mío.

— ¿Para que te lo decía? ¿Para que me pudieras que abortará?

— ¿Pensaste que te pediría eso?

— ¿Y que se supone me ibas a pedir? ¿Qué me casará contigo? — Pregunta sarcástica.

— ¿Lo dudas?

— Por supuesto que lo dudo. Te acostaste conmigo, y al día siguiente ya estabas con otra. No tenías ni un poco de respeto por mí o por ella.

— Por qué no éramos nada.

— Esa fue la razón para no decirte. No tenía sentido.

— No estoy hablando de ti. Estoy hablando de la mujer que viste, ella y yo habíamos terminado hacía unos meses, no era nada mío. Llegó sin invitación.

— Claro. Por eso mandaste a preparar un desayuno romántico.

— Era para ti.

— No me mientas.

— No estoy mintiendo. Creeme por una vez.

— ¿Por qué debería?

— Por qué digo la verdad. Puse lo que te gusta, pan integral, rebanadas de tomate, huevos con tocino, jugo de manzana, aguacate, kiwi, arándanos, nueces, y pan tostado con mermelada de mango.

— Esas cosas también podrían gustare a ella. No soy alguien con gustos excéntricos.

— Diga lo que diga no vas a creerme.

— ¿Cómo puedo confiar en alguien que se quiere vengar de mi? ¿Tu lo harías?

— Yo no me quiero vengar de ti. Y mucho menos ahora. — El toma su mano. — Quiero que nos demos una oportunidad. — Olga jala su mano.

— Yo no quiero nada contigo. Ni ahora ni nunca. Lo único que estoy esperando es que te metas con otra, así podré dejarte. — Olga jala a Lilia y baja con ella al jardín. Erick se siente muy mal por todo lo que está pasando, pero sabe que tiene la culpa por lo que le dijo antes de su boda. Si el estuviera en el lugar de Olga tampoco le creería.