En desarrollo
Larry Russo es un CEO italiano que decide comenzar su vida en Nueva York luego que su prometida Aurora muere de un disparo en la cabeza en un asalto.
Años después se cruza con Abigail, una profesora de la universidad donde él impartía una conferencia, donde él queda prendado de ella por el enorme parecido con su novia fallecida. El destino da un tire y jale en la vida de Abigail, cuando la madre de ella necesita un trasplante de hígado para vivir.
Larry y Abigail, entrecruzan sus vidas y el destino les tiene un contrato.
NovelToon tiene autorización de Luna Azul para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
XII.
ABIGAIL GRUBSTEIN
Dicen que en la vida hay tres amores. Un primer amor, el que es como un cuento de hadas. Que crees que durará para siempre.
Esto lo experimenté en la secundaria, y aunque fue un amor fugaz lo recuerdo aún con mucho cariño
Luego viene el amor intenso, el que pone tu mundo patas arriba. Aquel en el que tu mente ya no es tan desconocida para ti, y bueno, comienzas a entenderla más claramente a través de los ojos de la otra persona. En este segundo amor, ya eres una persona más hecha, pero todavía sigues cometiendo unos errores básicos como querer moldear a la otra persona a tu gusto o auto moldearte tú para encajar en su gusto. En fin, es el tipo de amor en el que descubres lo que quieres y lo que no quieres de las relaciones. En el hay celos, miedos y dudas.
Este tipo de amor lo viví con Andrew, por culpa de él dejé de creer en el amor, sufrí mucho cuando él me engañó con mi mejor amiga y la embarazó.
Y finalmente aparece el amor incondicional. Aquí ya te conoces bien y el amor surge como si nada: con naturalidad, con sencillez, tiras y aflojas, sin dramas... Es, dicen, el amor verdadero. El que nace en un contexto seguro, saludable, sano... El que no se desmonta a la primera de cambio.
¿Un amor incondicional? No lo he vivido. Mis pensamientos iban y venían mientras Larry conducía. Pensar que podía pasar entre nosotros me llenaba de ansiedad.
Me cuestiono mucho mis malas decisiones y terminó arrepintiéndome después de un tiempo.
— No pienses tanto. Te dará dolor de cabeza.
— No pienso nada.
Llegamos a la casa. Me siento extraña siguiéndole la corriente a Larry. Rara por no batallar con él.
— Quiero tomar algo de alcohol— le dije.
— No puedo acompañarte a beber.
— No importa, quien necesita el alcohol soy yo.
— Sube al cuarto. Yo llevo una botella de vino.—Suspiré.
Sentía como mi estómago se suspendía.
Quiero cumplirle a Larry. Quiero cumplir el contrato, al final siento que solo yo salgo ganando. ¿Qué gana él? Si es un hombre guapo y millonario. No me necesita, puede tener a cualquier mujer. Es aquí donde me pregunto una y otra vez, ¿Por qué aceptó todo tan fácilmente cuando no tenía nada que ganar? Siento miedo.
Larry entró al cuarto con una botella de vino en su mano y con una copa.
— Es el más fuerte que tengo. Aunque no hay necesidad de tomar tan temprano ni sentirte nerviosa.
— Puede que tengas razón, Pero tengo rato de no tomar algo. Quiero sacar mi estrés. He decidido no escapar más, cumplir con el acuerdo.
— Está bien.
— Acompáñame a una copa, no quiero tomarla sola.
—Tengo prohibido tomar. Indicaciones médicas.
Larry le quitó el corcho a la botella y me sirvió una copa de vino.
— En otro tiempo, te hubiese acompañado a tomar. Este es mi vino favorito.
Larry siempre me miraba a los ojos, me hacía sentir nerviosa.
Me tomé un par de copas.
LARRY RUSSO
Tonta, ella piensa que vamos a tener sexo. Se bebió el vino como agua. Empezó a bailar sin música. Estaba haciendo lo mismo que hacía en el bar cuando estaba con sus amigas.
— Creo que tolera muy bien el alcohol. Llevas la mitad de la botella y aún no te caes.
— Baila conmigo.
— Yo no sé bailar.
— Yo te enseño.
Me puse de pie, está vez si puse un poco de música romántica con mi celular.
Intenté bailar un poco, si estaba haciendo el ridículo no importaba. Abigaíl bailaba para mí. No soporté más, mi amigo se había emocionado, le tomé las manos y la llevé a la cama.
Ella se quedó quieta. Empecé a besarla. Ella respondía cada beso.
— Aún pienso porque aceptaste fácilmente. Eres un hombre atractivo.
— ¿Te parece que soy atractivo?
— Sí.
— ¿Quieres tener sexo conmigo?— Quien en su sano juicio pregunta eso.
— No lo sé.
Esa respuesta fue suficiente. Me acosté a un lado. Debería hacerla pagar pero bueno.
Me giré a ella. Ella me miraba como esperando algo.
— ¿Qué pasa?— le pregunté.
— Nada.
— Ven a mi pecho. No haré nada si no quieres— Ella puso su cabeza en mi hombro y se quedó en silencio.
Cerré mis ojos un rato, tratando de calmarme. Quería hacerla mía.
Ella dio bostezo. Empecé a acariciar su cabeza hasta que ella se quedó dormida.
Esta mujer es única.
Media ahora después me levanté de la cama. Abi seguía durmiendo. Bajé a la cocina.
— Nana tengo hambre— le sonreí.
— Parece que el amor no es suficiente para tu cuerpo. Me alegra verte sonreír.
Nana me sirvió un plato de ensalada y pollo a la plancha. Después de comer, salí a comprar un ramo de rosas para Abi.
Me sentía igual como cuando estaba con Aurora.
Llevé las rosas al cuarto y lo puse en la mesita de noche junto con una nota.
Bajé al despacho a trabajar un poco. A las 9 de la noche subí al cuarto. Abi estaba despierta, tenía las rosas en la mano.
— Si estabas despierta debiste bajar a cenar.
— Gracias por las rosas.
— Es un detalle. ¿Quieres comer algo?
—No tengo hambre.
— Está bien. Cámbiate de ropa. Ya Nana trajo tu ropa al closet.
Abi se metió al baño, se dio una ducha rápida y salió vestida con un camisón de abuela (Le llegaba a la rodilla, literalmente no era de abuela, Pero teniendo tanta lencería en el closet, decidió ponerse lo más feo)
— Entré tanta ropa de dormir bonita para ponerte, escoges una mata pasiones— tenía que decirle.
Ella sonrió y agachó la mirada.
— No sabía que tenías sentido del humor.
Dos meses pasaron.
A diario la besaba, la acariciaba, pero no teníamos sexo. Dormíamos abrazados. Íbamos y veníamos de la empresa juntos. Ella ya no era indiferente. Era como si estuviéramos de novios, solo que casados. Siento que amo a Abigaíl y quiero creer que ella siente algo por mí.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
...NOTA...
...Hola mis estimados lectores. Espero que la novela le vaya gustando. Creo que ya es hora de agregarle un poco de romance a la historia. Saludos...
son cortas y sin tanto enredo felicidades y más que agradecida por tan linda labor
felicidades
Exitos Éxitos Éxitos