En un mundo lleno de magia, Aarón es un joven que vive en un pequeño pueblo con su familia, el solo desea tener una vida como la de sus padres, encontrar a una mujer a la cual amar y que lo ame y tener una hermosa familia, ya que si bien ellos no son ricos, ni viven en grandes mansiones, tienen lo suficiente para vivir una buena vida y ser felices, pero todos sus planes cambian cuando descubre que él es el portador de un poder antiguo y que sus destino esta entrelazado al de otras tres personas, quienes juntos deberán salvar su mundo del dios Daotan, un dios maligno que solo busca el dolor y la muerte de todos los seres vivos.
En el camino por dominar sus nuevos poderes y comprender su nuevo papel, Aarón descubrirá que el amor no está descartado de su vida y talvez sea ella a quien necesité para poder lograr su destino.
Esta es la primera historia de la tetralogía Los 4 Guerreros de los Elementos
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Capítulo 12
NARRADOR
- Afra querida, porque no sales un jugar un rato con los caballeros afuera, estoy seguro de que se alegraran de verte – le dice Arlo a su hija, a lo que ella emocionada asiente y se va a jugar con aquellos que se habían vuelto sus amigos, ya que rápidamente la pequeña se volvió la adoración de los caballeros, quienes la consideraban una hermanita – puesto que Afra ya se fue, tenemos mucho de qué hablar
Ante las palabras de su padre, Aaron tomó asiento en una de las sillas del comedor, al igual que Jorge y Arlo, poco tiempo después también llegaron Chantal y su madre.
- Debemos pensar que hacer a continuación, es más que obvio que debemos ir a la capital y la llegada del joven Tero nos es de mucha ayuda – comienza a hablar Arlo.
Uno de los obstáculos más grandes para la familia era el traslado, ya que no tenían el dinero suficiente para financiar el viaje, otro obstáculo era la audiencia con el rey, por el hecho de que al ser solo una familia de plebeyos, les sería muy complicado reunirse con el monarca, pero con la intervención de la familia Tero, esas dos cuestiones se facilitaban enormemente.
- Si acepta ayudarnos, le estaríamos muy agradecidos, e intentaríamos pagarles de alguna forma – continúa hablado el señor Arlo, diciéndole esto a Jorge en específico.
- Claro que les ayudaré, y mi padre también estará dispuesto a ayudarlo, para mi familia es un honor poder ayudarlos – les dice Jorge.
- Gracias, joven Tero, usted es alguien de un gran corazón – le dice Chantal, con una tierna sonrisa, que a Jorge le recordó a su propia madre.
- Pueden llamarme Jorge, y no necesitan pagarnos, lo haremos con gusto.
- Bueno ya con eso resuelto, ya solo nos queda planear, ¿Qué haremos a continuación?, somos conscientes que no estamos preparados para lo que viene y que para eso necesitaremos aún más ayuda – dice el señor Arlo, ya que sabe que se adentraran en una vida completamente diferente a la que están acostumbrados, donde hay un sinfín de protocolos y reglas que ellos mismos deberán aprender.
- Eso lo hablaré con mi padre, una vez lleguemos al ducado, deben entender que este es un asunto muy delicado, puesto que por años se creyó erróneamente que Clayton era el elegido para ser el gran Carnero, por lo que debemos actuar con cautela – les dice Jorge, a lo que los presentes asienten.
- Crees que intentaran algo contra mí, ¿no es así? – le pregunta Aaron, quien sabe que el duque Kasar ha usado la posición de su hijo para obtener una gran cantidad de privilegios que no le corresponden.
- Así es, y no solo contra ti, también en contra de tu familia, es por eso que no podemos precipitarnos, pero también sé que no podremos hacerlo solos, por lo que hablar con el rey es prioridad, y de allí partiremos – les dice Jorge.
- Me parece bien, entonces ¿Cuándo nos vamos? – le pregunta Ersa
- Dentro de 3 días, así le daremos tiempo a Aaron de recuperarse para aguantar el viaje y al resto de recoger todas sus cosas y dejar todo en orden aquí – les explica Jorge
- Está bien, partiremos en tres días – dice el señor Arlo
Después de eso el grupo planificó los detalles del viaje, ya que debido a Afra, siendo ella aún muy pequeña, tendrían que hacer más paradas de las necesarias, puesto que al no tener un carruaje donde pueda ir la niña, esta tendría que ir a caballo, algo agotador para alguien de su edad, por lo que calculaban que les tomaría al menos 6 días llegar al ducado.
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Los 3 días de espera pasaron rápidamente, ya que había varias cosas que hacer, por lo que toda la familia estuvo muy ocupada, sobre todo para Ersa y Chantal, porque al irse del pueblo, este se quedaba sin curandera, y aunque la anciana quería irse y dejarlos a su suerte, Chantal decido hacer una serie de anotaciones y dejárselas a Félix, siendo este uno de los pocos chicos de la aldea que sabía leer, para que pudieran tratar los malestares básicos, hasta que llegara otro curandero.
- Madre, ellos ya la pasarán mal cuando nos vayamos, no creo que el dios Kaayo deje de pasar todas las ofensas que le hicieron a uno de sus guardianes, además no todos fueron malos con nosotros, y no por aquellas horribles personas deberán pagar inocentes – le dijo Chantal a su madre, por lo que Ersa acepto ayudar a su hija con aquel pequeño libro, su hija tenía razón, si bien eran contados, algunos los trataron bien y esperaba que no sufrieran por culpa de los demás.
Por su parte Arlo, junto a algunos de los hombres de Jorge, se encargaron de obtener víveres para el camino, así como de repartirlos de manera equitativa para que los caballos no cargaran demasiado, por otro lado, Aaron junto con Afra entrenaban con Jorge y Pedro, quienes les enseñaban a los hermanos lo básico de la magia, y a Aaron lo básico para el combate.
Ambos guerreros quedaron impresionados con las habilidades mágicas de los hermanos, ya que Afra tenía un poder que fácilmente podía compararse al de la familia real, quienes al ser descendientes del primer gran Carnero, eran lo que más poder mágico tenían, por su parte la magia de Aaron era simplemente algo indescriptible, dominada la magia como si de algo natural en él se tratara, además que su energía mágica supera todo lo antes visto, y si bien ambos tenían aún mucho camino que recorrer, para Jorge no cabía duda que lo lograrían y se convertirían en dos muy talentosos magos, por la parte del combate, Aaron si era algo más torpe que con la magia, le ponía igual o incluso más empeño que a esta, por lo que si bien tenía aún un muy largo camino por recorrer, con un entrenamiento más formal, Aaron podría convertirse en un formidable guerrero.
- Bueno, es la hora, ¿ya se aseguraron de guardar todo lo que quieren llevar?, una vez partamos, ya no volveremos – les dice Chantal a sus hijos, quienes llevaban un pequeño morral cada uno.
Por dedición unánime repartieron muchas de sus pertenencias entre las pocas personas que alguna vez fueron amables con ellos, la ropa, los muebles y utensilios de cocina, entre otras cosas, eran objetos que no eran necesarios, puesto que Jorge les explico que él se encargaría de darles alojamiento, así como ropas más apropiadas para la que sería su nueva vida, por lo que lo único que llevaban con ellos eran cosas de valor sentimental para ellos, siendo estos algunos juguetes, en caso de los más jóvenes, y alguna que otra prenda especial, como el vestido que usaron en su boda, en caso de los mayores.
- No mami, llevamos todo – le contestó Afra con una sonrisa.
- En ese caso es hora de irnos – dijo Jorge y así la familia, junto con la comitiva de caballeros, abandonaron aquella aldea ante la mirada atenta de sus pobladores, quienes no eran tontos, y tenían miedo de su futuro, sabían que habían actuado mal, y nunca pensaron que sus acciones tuvieran alguna represalia y ahora les temían a estas.