Ella es acusa injustamente por un delito que no cometió y al darse cuenta que el ser que aseguraron que ella asesino esta vivo, hará lo que sea para vengarse y hacerlo pagar por todo lo que ella tuvo que vivir.
Y en el camino hacia su objetivo encontrará a un fuerte aliado que sin darse cuenta los dos caerán rendidos ante las garras del amor.
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Libertad a medias.
Zazil
Después de mi momento de dolor e ira, me volví a sentar en el sofá donde estaba Lula, me sonrió y tomó mi mano en forma de apoyo.
— tranquila, sabes que muy pronto pagará esa gente que te hizo daño— solo asentí con mi vista puesta a la nada.
Mi cabeza comenzaba a mostrarme un sinfín de escenarios para hacerlos pagar y hacerlos sentir lo que llevo yo arrastrando por años y por la situación o circunstancias, mi lado perverso salía de las profundidades de mi ser.
Giré a verla y solo le sonreí; esa tarde ya no cruzamos palabra, yo solo me quede en mi habitación mirando por horas esa fotografía donde salía mi hijo, era muy guapo por desgracia tenía mucho parecido a su papá, pero también tenía algo de mí.
Lleve la imagen a mi pecho y donde sin poderlo evitar unas cuantas lágrimas se escaparon de mis ojos, después de desahogarme limpié con fuerza cada lágrima derramada.
Las semanas habían avanzado, pero al inicio del tercer mes los custodios llegaron a nuestra celda y nos hicieron señas— es hora.
Me extrañé por lo que habían dicho, nos esposaron a Lula y a mí, para llevarnos a la planta baja.
Al bajar las escaleras caminamos por un pasillo, el cual recordaba cuando de recién había llegado aquí, entramos a una habitación donde en ella estaba Daina; nos hicieron desnudarnos, nos revisaron y solo nos entregaron en una bolsa nuestras pertenencias.
Abrí mis ojos en total sorpresa, al ver a Lula solo reía— te dije que nos iríamos antes, todo gracias al patrón.
Solo asentí sin decir una palabra más, no lo podía creer, al terminar de vestirnos de nuevo nos esposaron y nos llevaron a la oficina del alcaide de la penitenciaria.
Al entrar nos recibió muy gustoso, su actuar era raro y muy extraño, pero no importaba, sabía que hoy sería libre.
— esto será manejado internamente señoritas— solo asentimos en eso entro la secretaria dejando tres carpetas sobre el escritorio— necesitaré su firma aquí y será todo.
Abrimos las carpetas, leí rápidamente y solo decía sobre mí libertar absoluta, liberándome de multas u horas de servicio o también en su defecto mi libertad condicional.
Firmamos las tres y al entregarle las carpetas nos dio unos sobres, al abrirlo era una nueva identidad, me sorprendí, pero Lula solo palmeo mi hombro— tranquila, es por seguridad— vio mi identificación y solo sonrió— tranquila Emma.
Solo negué hasta abrazarnos las tres, en eso llegaron los custodios que nos acompañarían hasta el final del pasillo, caminamos tomadas de la mano mientras sentía mi adrenalina hacer fiesta en mi interior.
Al llegar a la puerta el sonido del interruptor se escuchó y entendimos que era hora de abandonar el lugar, la primera que salió fue Daina y tras de ella Lula, fui la última y al salir mis ojos pudieron apreciar el atardecer.
Y solo sonreí, porque después de tanto tiempo, hoy soy libre, camine y no vi por ningún lado a Lula, ni a Daina, pero frente a mí había tres camionetas grises, con sus vidrios entintados.
Se abrió la puerta de una de las camionetas y de ella bajo un hombre con el rostro lleno de cicatrices, se acercó a mí e hizo como una reverencia.
— es hora de irnos, mi patrón la espera— solo asentí y caminé tras de él, no quería preguntar por mis amigas, en realidad no sabía que terreno comenzaba a pisar, así que fui en silencio todo el camino.
El camino fue eterno para mí, hasta que la camioneta se detuvo por unos segundos y volvió a moverse, por la ventanilla pude ver que entrábamos a una fortaleza inmensa.
Donde cada centímetro del lugar era ocupado y vigilado por hombres armados, seguimos en camino unos cinco minutos más hasta que se detuvo, el hombre que venía conmigo bajo y extendió su brazo hacia mí, sabía que esa era la indicación o la invitación a bajar.
Caminamos por una pequeña explanada, subí tres escalones y continuamos caminando, quedándome anonadada con la inmensidad de esta casa, era completamente blanca y con sus ventanas de espejo y en la punta de la hermosa cúpula estaba sujetada del asta la enorme bandera de Grecia.
Por un momento me distraje observando todo hasta que una voz ronca me llamo— hola Zazil, por fin tengo el placer de conocerte y ver que eres aún más hermosa en persona.
Me sorprendí, pero a la vez me sentí un poco incómoda por sus palabras, lo vi caminar hacia mí y en verdad no supe que hacer, y solo sus brazos me rodearon pudiendo oler su fragancia, al separarse de mí, tocó mi mejilla dejando un beso en ella.
— ¿tienes tu nueva identidad?— asentí aún nerviosa— perfecto, ahora ven conmigo te mostraré tu habitación.
— gracias— hizo una mueca de agrado por mi respuesta— señor, ¿dónde están Lula y Daina?.
— ellas están en la otra casa, tú estarás conmigo bajo mi protección preciosa— solo asentí sin decir más.
Era más que claro que yo estaría bajo la sombra de este hombre; subimos las escaleras, pasamos una puerta y la siguiente puerta la abrió dándome el pase, al verla era extraordinariamente hermosa, pero no sería lo mismo porque presentía que el querría algo y no creo que sea un simple gracias.
Suspire viendo por la gran ventana y solo volví a sentir sus brazos rodearme por detrás, beso mi cuello— alístate en una hora nos iremos.
— está bien— solo dije eso sin quitar mi vista de la ventana, beso mi hombro y solo escuché sus pasos alejarse.
— por cierto mi nombre es Ciro, mi bella Emma— volví a asentir hasta que la puerta se cerró.
Me dispuse a darme una ducha, al salir fui al armario y un bello vestido azul tenía una nota pegada en el.
...Este vestido es perfecto para esta velada; preciosa...
Volví a suspirar y solo me cambié con uno distinto, pero igual de elegante, me coloqué las zapatillas, me maquille y peine lo mejor que pude, estaba por terminar cuando un ligero toque se escuche en la puerta.
Camine hacia la puerta y al abrirla, era Ciro con su ajustado traje.
Sus ojos viajaron de arriba abajo casi comiéndome con la mirada, mordió sus labios hasta mostrarme una ligera sonrisa donde negó por no haberme puesto el vestido de su elección.
— te ves bellísima, perciosa te traje esté perfume combinará a la perfección con el dulce aroma de tu exquisita piel— agarre la pequeña bolsa y de él saque un pequeño perfume, atomice mi cuerpo y caminé hacia él.
Tomó mi mano y salimos de la casa, para subir a un auto deportivo color blanco con vivos naranjas, encendió el motor y lo hizo sonar para que notara la gran potencia de este.
Y solo comenzó a manejar a toda velocidad con las camionetas atrás del auto al igual que motociclistas a los costados.
Al llegar, bajo y me abrió para ayudarme a bajar y donde aprovechó para darme un beso fugas, el cual me hizo sentirme demasiado incómoda.
Caminamos hacia un casino, tomó mi mano entrelazándola con la suya hasta que entramos, estaba lleno de gente en las máquinas, pero solo seguimos caminando por un pasillo el cual conduce a un gran salón.
Al entrar había varios hombres muy bien parecidos, pero eran igual que él, porque no soy tan tonta para no darme cuenta de que Ciro no es una blanca palomita.
Saludo a distintas personas y me las presentaba, hasta que nos sentamos, sirvieron la cena para después servir el postre.
La noche avanzaba y tomé un par de tragos, pero necesitaba ir con urgencia al sanitario, al levantarme, Ciro tomó mi brazo.
— ¿a dónde vas?— intente zafarme, pero fue imposible— te preguntaré de nuevo, ¿a dónde vas?.
— al baño, es urgente— asintió soltándome e hizo señas con sus manos y tres hombres se pararon atras de mí.
— acompañen a su patrona— ellos asintieron y yo al escuchar eso, simplemente fue sentir un balde de agua helada.
Caminé hacia los sanitarios y los tres hombres me seguían, entre y al salir del w.c, lave mis manos, quería prolongar mi estadía aquí, es horrible haber soñado y sentido con mis manos mi ansiada libertad para darme cuenta de que es solo a medias.
Moje un poco mi rostro hasta que un toque fuerte hizo eco en el sanitario, al abrir era Ciro con su rostro serio, al verme solo me abrazo, pasó su mano por mi cintura sintiendo su fuerte agarre y solo nos fuimos de regreso al salón.
mataron a su bebé 🍼😞😭