Isabella Rossi tiene 21 años, es la hija de un famoso empresario y lleva una relación con su novio desde los diecisiete años, solo esperaba graduarse para completar el compromiso que ambas familias han convenido desde hace muchos años, pero los padres de Isabella le dieron a escoger si casarse o no. Ella está muy enamorada de Sebastián Greco un joven apuesto de 25 años que es hijo de otro poderoso empresario, y no tiene dudas de él, pero pronto conoce el engaño de su prometido y su mejor amiga por eso su compromiso quedará disuelto. Al encontrarlo con su amiga él le dice que lo hizo por qué ella no lo representa y es demasiado mojigata, entonces ella decide cambiar tanto su aspecto como sus principios.
Te invito a conocerla.
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El antro.
Llevaba dos meses de novia con franco y sí sigo desconfiada, pues, él ha tenido mucho trabajo y ha salido de viaje con Soraya, no solo él, los amigos y Sebastián también, pero igual se ven tan bien en las fotos de las revistas, que no creo que pueda con eso. Después de estar en varias reuniones con clientes importantes fui a mi oficina a pensar; y ¿si todos tenían razón? Y ¿si no soy suficiente para franco? Suspiré y seguí trabajando, estaba llenándome de trabajo para no pensar, pero no dejaba de hacerlo, Franco era un hombre con experiencia y que le gustaban las mujeres como Soraya y yo era todo lo contrario, estaba molesta conmigo misma por ser tan boba, mientras estaba inmersa en mis pensamientos entró Sebastián.
Sebastián: Hola isa, que haces princesa, te venía a saludar, llegamos hace horas del viaje, quería hablar contigo.
Isabella: Hola Sebastián, qué bueno, y Franco dónde está no me dijo que llegó, bueno que quieres Sebastián si vienes a molestar mejor vete.
Sebastián: No te vengo a molestar solo a decirte la verdad y sobre eso Franco está en su oficina con Soraya.
Isabella: Y según tú, cuál es la verdad.
Pensé esta con Soraya y por qué no viene a decirme que llegó.
Sebastián: La verdad es que tú no debes estar con él, tu lugar es a mi lado, mi amor volvamos casémonos, tú no eres mujer para Franco, entiéndelo vas a sufrir.
Isabella: Yo sufrí, pero contigo, me engañaste, me humillaste.
Sebastián: Ya te expliqué, que estaba tomado isa, tú eres hermosa, lo sé, pero no eres para un hombre como Franco, a él le gusta otro tipo de mujeres y tú nunca lo llenaras.
Esas palabras se repetían en mi mente.
Sebastián: Isa Soraya es la mujer para él, digamos que en el sexo ella lo complace en sus raros gustos, tú me entiendes verdad.
No podía procesar lo que decía si Franco era del tipo que le gustaba el sexo, así yo nunca estaría a su altura, pero no podía seguir con la duda, le iría a preguntar a Franco.
Isa; Sal de mi oficina de inmediato.
Fui a la oficina de Franco y escuché la voz de Soraya hablando con Franco, decidí volver en otro momento, pero cuando me disponía a retirarme Franco habló
Franco: Que Isabella es una niña y nunca me saciaría como tú, en el sexo duro, por qué tú tienes experiencia y ella no...
No seguí escuchando y me retiré de ahí de inmediato, no podía creerlo, él también lo pensaba, no podía seguir con un hombre como él, solo lo iba a hacer infeliz, no había duda, él estaba conmigo, pero por lástima al final todos tenían razón y yo solo era una niña ingenua que jamás estaría a su altura ni a la de nadie. Salí de ese lugar encontrándome con Esteban chocamos y me vio llorando, me quiso preguntar, pero escapé antes que lo hiciera.
Tomé un taxi y me fui a mi apartamento donde lloré como nunca, estaba triste y decepcionada de mí no era suficiente, mi teléfono sonó infinidades de veces, al rato llegaron mis amigas era obvio que Esteban se los había dicho. Les conté todo desde lo que me dijo Sebastián hasta lo que dijo Franco, mis amigas me convencieron y nos fuimos a un antro, las chicas me eligieron, todo llevaba un vestido supersexy y hermoso, me quedaba espectacular, parecía una reina.
Llegamos al antro, este era muy bonito, tenía una iluminación tenue y con luces de colores, estaba superlleno y nos pusimos a tomar y a bailar, yo no dejaba de pensar en él y eso me daba rabia, no debía pensarlo, debía dejarlo ser feliz, en mi cabeza rondaba el mensaje que le escribí hace unas horas antes de romper mi teléfono. "Franco, yo no soy para ti, tienes razón, nunca estaré a la altura de tu experiencia o la de Soraya, tal vez cuando consiga tanta como la tuya te busque por ahora es mejor que te libere, tú solo me tienes lástima, pero te dejo en libertad no volveré a la empresa. "
Ni siquiera tuve el valor de mirarlo a los ojos y decírselo, yo ahora debía poner tierra de por medio me iría y empezaría de nuevo me encargaría de todo a la distancia a dónde pensaba ir, también teníamos empresas que necesitaban de mí.
La noche siguió y yo seguía. Tomando y bailando, quería olvidarme de todo, estaba decidida en volverme otra, debía dejar de ser así, ya era la segunda persona que perdía por virgen y santa. Un chico muy guapo y sexy se me acercó y me dijo para bailar, empecé a moverme lo más sensual que podía, me movía como nunca muy sensual, el chico paseo sus manos por mi cuerpo, yo seguía bailando mis amigas me sonreían vi a Kate y estaba gritándole a alguien por teléfono, la vi salir hacia el baño para hablar mejor supongo, seguí bailando por mucho rato luego me invito a tomar un trago a su mesa se lo acepté. Me decía que no me escuchaba bien, que si podíamos ir a otro lugar y hablar mejor, que no me iba a arrepentir y me estiro su mano para que la tomara y me fuera con él, por un momento lo dudé, pero él me volvió a preguntar.
Chico: Y entonces quieres ir a otro lugar conmigo, dejé caer mi mano en la del chico, pero cayó en la mano de Franco, me halo hacia su pecho y le dijo al sujeto.
Franco: mi novia no va contigo a ninguna parte okay
sujeto: Creo que ella es la que debería decidirlo, no tú.
El chico intentó jalarme, pero fue mala idea, Franco de un golpe lo lanzó al suelo, yo estaba conmocionada, Franco volteó a verme y dijo.
Franco: Nos vamos.
Isabella: No me voy, me quedo y por qué le pegaste a mi amigo.
Franco: Claro que no tú vienes conmigo y cuál amigo si lo acabas de conocer.
Isabella: Franco no voy, ya no somos nada terminé contigo.
Franco: A mí parecer mandaste una sugerencia y luego no conteste la llamada.
Isabella: Ya no tengo teléfono y yo terminé contigo, no soy para ti.
Franco: Tú eres lo que necesito y más ahora vamos te portaste muy mal señorita.
Dijo y me besó y como deseaba ese beso un beso suave, delicado, pero demandante y lleno de amor, al menos así lo sentía yo.